|×𝐒𝐞ñ𝐨𝐫 𝐛𝐮𝐞𝐧𝐚 𝐬𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞•|[𝐊𝐓𝐃𝐊][𝐎𝐌𝐆𝐕]

Capítulo I

Estaba llorando, mucho, ya no puede aguantar, solo quiere regresar a todo lo qué era antes, en su hogar con las criaturas, antes de sufrir y sin respirar bien, sin está tortura...

Solo estaba corriendo en su forma original, un híbrido, águila o alcón, porque si estuviera en su forma humana... Sería un problema.

Qué importa de sus heridas, nada más quería irse de ahí, ojalá sea sólo un sueño, quiere despertar de ese sueño y volver a respirar totalmente bien, estar con su gente, despertar de esta tortura...

Sin saber nada más de aquí, está solo y lloviendo, todo empapado.

También se escuchaba sus pasos en los charcos de agua y lodo, mientras una criatura grande lo perseguía ladrando junto a otros más.

Sí podría usar sus poderes, podría estar sin está tortura, pero en la condición de cómo está horita, no puede.

-¡Alto ahí, maldito Omega!- dijo el compañero de ese mounstro.

Dios, sí podía activar sus poderes, su don, podría entender lo que estaban diciendo.

Aún con poca magia que tenía, pudo abrir un portal y hacer una trampa para los monstruos.

Saltó hacía el portal en una forma de pájaro o paloma, ya que en ese mundo y época qué va a ir, no habría ningún animal 'mágico' .

Cerró el portal más rápido que pudo y se calló en un charco de agua, logró divisar el lugar, estaba en una carretera.

Era pequeño bueno no tanto, pero era de noche además, estaba lloviendo, por eso ningúna persona podría verlo, sólo alguien especial sí lo podría ver...

-¡A-achu! Diablos, t-tengo frío...- Estaba temblando y no era mentira que tenía frío.

-¡Oí! ¡¿Qué creés que haces ahí tirado y temblando!?- Dijo una voz ronca, a su dirección, se sobresaltó al oírlo.

Oh por dios, ¿¡Acaso se olvidó de poner su forma mariposa!?

Se miró, no, estaba en su forma mariposa...

Pero si estaba en como de mariposa, entonces... ¿Cómo?

Se giró al verlo se quedó, paralizado.

¡Era un alfa! No... ¡El Alfa más guapo y atractivo que ah visto en sus 2000 años de vida!

Cabello rubio cenizo, puntiagudo, ojos rubí, su mirada penetrante, ese rostro... Era un ángel.

De verdad... ¿El también podría tener una buena suerte?

-Oí, ¿no vas a hablar o qué? ¿Acaso te comió la lengua el gato?- Dijo arrodillándose frente a él.

Ahora sí podía verlo bien.

Era hermoso.

-Mierda, estás tan mojado hay que llevarte a mi hogar...- Dijo y lo levanto poniendo lo a su hombro y acomodando su paraguas.

¿Hiba a ser, salvado...?