𝚅𝙸:Normalidad 4/4

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Ya había pasado una semana y Dazai se encontraba en el patio de atrás jugando con sus juguetes siendo vigilado por la señora que se encarga de cuidarlo.

Al "pequeño" le habían echó un pequeño examen para saber la cantidad de la droga que le quedaba encontrando el 1% en su cuerpo por lo que en cualquier momento podía volver hacer el mismo chico de 16 años con vendajes en el cuerpo y rostro.

──Dazai, ten cuidado, no corras alrededor de la alberca, te puedes caer ──dijo la señora con un tono de preocupación.

──No me caigo, mamá ──dijo el pequeño corriendo con la mano alzada donde se encontraba un avión de juguete.

El pequeño Dazai no media los riesgos, ni en adolescente como niño, no le importaba morir con tal que su muerte no sea dolorosa estaba más que satisfecho. El pequeño al querer dar la vuelta pisó mal cayendo al piso haciéndose un pequeño raspón en las rodillas.

La señora preocupada acudió en su ayuda viendo al pequeño llorar mientras lo cargaba en sus brazos y lo lleva a una de las sillas no muy lejos de la alberca w iba por el botiquín de primeros auxilios.

──Mi niño, te dije que no correrás, menos mal no caíste en la alberca ──dijo la señora mientras pasaba un algodón con agua oxigenada──Que le diré a Manjiro.

──No te preocupes mamá, yo le diré a papá Mikey que me caí por no hacerte caso ──dijo el pequeño con una tierna sonrisa decorando su rostro.

La señora soltó un pequeño suspiro poniendo una bandita en las rodillas del pequeño.

──Bueno, vamos a dentro que tienes que comer ──le dijo para después escuchar los reproches del niño.

Cargando al pequeño berinchudo camino directo al comedor donde se encontraba el plato del pequeño ya servido.

El caus para alimentarlo no se había hecho esperar, no quería comer nada que no sea dulce o que el le gustará, esa pelea era todos los días a la hora de alimentarlo.

[...]

La noche cayó los miembros de Bonten llegaron recibiendo un abrazo por parte del mas pequeño de la mansión.

──Aléjate moscoso ──ordeno Sanzu con una vena sobre saliente, entre todos ahí el era el único que no aceptaba el abrazo de bienvenida del pequeño.

──Dazai, ya vete a dormir, es tarde ──dijo Ran cargando al pequeño en sus brazos y llevarlo a su habitación.

Su habitación se encontraba llena de juguetes que le compararon los miembros de Bonten, pero su favorito era el pequeño gatito de peluche color negro que le había regalado su "madre" y el que más odiaba era un peluche de cachorro color caqui que le regaló Sanzu.

[...]

El día siguiente llegó los miembros de Bonten se encontraba sentados en la sala junto a la señora parada a su costado esperando a que Dazai se levantará.

──¿Porque hay tantos juguetes en mi habitación? ──dijo una voz para nada infantil.

Todos al escuchar la voz voltearon a las escaleras viendo a Dazai de 16 años, no al pequeño berinchudo mimado que pedía helado para la cena.

La señora no podía evitar soltar una lágrima, era el último día que vería a su pequeño pero al menos iba feliz de haberlo visto "crecer".

──¿Porque lloras... mamá? ──pregunto algo confundido por la última palabra que dijo.

Extrañamente sentía que debía decirlo, decirle a la "desconocida" mamá como si hubiera formado parte de su infancia, aguantando sus berrinches y desastres.

──No es nada mi niño, solo que verte ya a los 16 me hace pensar que ya no volveré a verte...me hiciste experimentar esa emoción de ser madre, gracias ──finalizo abrazando al joven de 16 años con vendajes.

La señora nunca pudo ser madre, siempre quiso un hijo, un niño que le dijera mamá e hiciera berrinches cada que no le daban o le negaban algo.

❝𝐔𝐧𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐛𝐚𝐧𝐝𝐨𝐬❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora