ARCANO

ENCUENTRO

Llevamos un poco más de tres años aqui, pasamos los días cumpliendo tareas para poder sobrevivir, mi tarea asignada es ir en busca de ramas secas, acompañada de lucía, me agradaba hacerlo junto a ella, ya que nunca la aburría junto a ella, siempre se las ingeniaba en sacarme una sonrisa, cumplí mis 18 años junto a ellos, prácticamente los considero mi familia, los apreciaba muchísimo.

Mery era mamá de dos, pero no lo parecía, aparentaba ser tan joven como para tener 42 años, su rostro exhibía una belleza indiscutible, poseía ojos color miel, que lograban un efecto de belleza junto a su cabello color chocolate.
Ni que decir de sus hijos, Lucía era mayor que yo con dos años, era muy llamativa gracias a su hermosa sonrisa, y por otro lado, leo no se quedaba atrás, y a pesar de ser muy callado siempre se las ingenia para darnos a conocer si algo no le parecía lo correcto.

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Era un día como muchos, me desperté con un dolor de cabeza intenso, le dije a Mery que no tenía ganas de levantarme por lo que ella no insistió en que le ayudara, ya que a medida que nos fuimos conociendo, se dio cuenta que tenía dolores de cabeza constantemente, por lo que respeto mi descanso.

Sentí que me sumía en un sueño profundo, cuando de pronto percibí a lucía sacudirme insistentemente, desconcertada abrí mis ojos, algo me decía que su mirada transmitía miedo, y lo confirme cuando la escuche susurrar con pánico con los ojos

-Adara....hay hombres cerca de las rocas......mamá y papá no están, fueron en busca de provisiones- toma una pausa y prosigue- Leo salió en busca de ramas, estamos solas - lo dice con su voz quebrada, y al escuchar esas palabras salir de sus labios sentí pánico el cual ella ignoro y continuó- es imposible escapar, no tenemos tiempo- lo dijo esta vez con un susurro más bajo.

La cueva no era tan profunda, Mery y Julián decían que eran muy bajas las posibilidades de que nos encontraran detrás de las rocas por lo que no optamos por un escondite o forma de escape en estos casos.
Escuchamos pasos muy cerca, sentía mi corazón en la boca mi estómago .... estaba más que aterrada, y sabía que este sería nuestro final.

-están cerca- susurra lucía, con un movimiento de cabeza.
No teníamos con que defendernos. Por lo qué lucía y yo estábamos vulnerables ante un ataque de soldados.

-¡ Por aquí !- mis oídos alcanzan a escuchar una voz proveniente desde arriba y siento que el mundo se me viene abajo, empiezo a llorar, y lucía intenta tranquilízame sujetando con su mano mi boca para no ser escuchadas por los extraños.
Sentí que el tiempo se paralizó al escuchar una segunda vos

-!Tenemos presencia de rebeldes!-  dijo una voz masculina que hizo que me levante de un salto en cuestiones de segundos tras escuchar esas palabras, pero Lucía se aferra a mis brazos con aún más fuerzas para no soltarme.

-tengo miedo- susurra lucía, y no tenia ninguna duda sobre ello, yo estaba aterrada del miedo, pensé en mis padres, en lo tanto que me habían protegido, sentía que si lograban capturarme, sus muertes no habrían valido de nada, por lo que tan solo me quedaban sus recuerdos, cada palabra pronunciada por mamá y papá se me venían a la mente en este instante que al parecer sería mi fin.

Mientras más se acercaban las voces más pánico sentía, y de pronto se escuchó una risa femenina, por lo que esta vez fue lucía la que se levantó de un salto.

- los soldados......no pueden ser mujeres.... No es cierto?- dice con duda en su mirada

- No.... no lo se- respondo, ya que esto me tenia con muchas dudas por la cabeza, entré ellas una mínima esperanza había crecido en mi, de que no se tratasen de soldados del gobierno, si no de rebeldes como nosotras.

-Lucía hay que salir- le ordenó e intentó zafarme de su agarra del cual fallo

- No podemos arriesgarnos- me regaña

- no crees que si se hubiesen tratado de soldados, ya hubieran entrado sin pensarlo para capturarnos?- le digo, siendo consiente de lo que ocasionaría si estuviera equivocada
Ella asiente y para mi sorpresa es ella quien se acerca a la salida, mientras que yo con el miedo emanando por mis venas decido ir tras ella, y para nuestra sorpresa....

Observó tres personas curiosas, dos varones y una mujer de aproximadamente la misma edad nuestra.

-pensábamos que estaba abandonado- dice el moreno- perdón por invadir su hogar.

- somos de la aldea Olite no queremos hacerles daño- Esta vez habla él de ojos verdes.

Quede estupefacta, puedo observar a los tres individuos en frente nuestro, tenia tantas preguntas y a la vez tanto miedo.
Los observé y analicé a lo lejos...
No había duda que los tres era bastante atractivos, solo en ese entonces me percaté que el de la derecha me llamó un poco la atención.... era robusto, piel color canela, ojos color verdes, labios carnosos, el cual intente ignorarlo pero me resultó  un poco difícil ya que su miraba me emitió una sensación algo extraña, tal vez consecuencia de no haber visto nuevos rostros por largos tres años, mis ojos siguieron observando cada características correspondiente de cada sujeto en frente, la de la risa la única mujer del grupo, blanca, ojos azules y cabello color negro, era bastante atractiva. Los tres  daban un panorama llamativo para cualquier espectador, o tal vez era consecuencia de haber pasado más de tres años sin ver nuevos rostros.

-Se las comió su lengua el ratón?- Pronuncia el moreno al ver que Lucia y yo no emitimos respuesta  alguna -

Lucía es la que toma la iniciativa.
¿Que es lo quieren?- les dice desafiante

-Solo estábamos de expedición......veo que no tienen miedo de ser descubiertas - responde el de ojos verdes señalando nuestro hogar, con una voz firme que me estremeció por dentro por segunda vez.

-Esta zona no es segura- comenta el moreno

- Estamos....más de tres años en las rocas....- les grita Lucía con voz entrecortada

- Que raro que no las hayan encontrado - toma una pausa y prosigue diciéndole algo al moreno que no logre escuchar por mi falta de atención.

-somos rebeldes y pertenecemos a la aldea Olite, se encuentran solas?- pregúnta el moreno
Y ahí es donde mi mundo vuelve a tener una mínima esperanza.

-No estamos solas- Esta vez la que habla soy yo- somos cinco- digo con un poco de miedo en los labios.

Para lucía y para mi, no era para nada fácil lo que estábamos viviendo, hace un año atrás habíamos tenido una conversación con Mery y Julian, la cual habíamos perdido todas las esperanzas de encontrar a los olites y ser parte de ellos y su aldea, por lo que esto nos llevaría, a una nueva esperanza de vida y no queríamos desperdiciarla.

Queríamos ser parte de ellos..
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