Tus ojos de diamante.

Capítulo 1.

Estaba lloviendo en Manhattan y Thomas se encontraba en los últimos puestos del salón de clases.

Estaba totalmente distraído pensando en mis "tareas" por cumplir hoy, no sé que hacer es el último día de clases y quisiera pasar el rato con mis amigos, quizá irnos a un bar, planeo hacer una fiesta.

- ¡ Hey cabrón!

Alguien interrumpió mis pensamientos, hice caso omiso y seguí indagando.

-¡Cabrón, Thomas!

Puse los ojos en blanco y me dediqué a ver de quien se trataba, aunque reconocía esa voz, era de Peter, mi mejor amigo- volteo lentamente mi cara y lo miro fijamente, le hice una señal con mi cabeza en respuesta, entre abrió la boca, iba a decir algo, de repente la profesora Victoria nos fulmina con la mirada pone el marcador bruscamente en el escritorio de los maestros, tensa la mandíbula y luego exclama - Usted no se cansa de molestar señor Peter Howard - lo mira fijamente y dice - es un joven de 17 años y aún así se comporta como un niño de 7, ya pronto saldrá del colegio, y le esperará la universidad, usted todos los años ha pasado con los promedios más bajos, y claro señor Lower usted no se queda atrás- aparta la vista de Peter y la dirige hacía mí- ¿que harán con su vida? , todos los años han sido los mismos, nunca cambian- suspira y se gira hacía el escritorio, en ese momento suena la campana y eso impide que la profesora siga con su discurso y también quiere decir ¡que por fin acabamos la tortura, mi último día en el colegio!.

La profesora Victoria recoge sus cosas nos dice unas palabras que no escucho y se retira, en eso todos a excepción mía se levantan de sus escritorios.

- Les deseo muchos éxitos! Por fin salimos!- grita Jessica, la representante del grupo , al escuchar esto, todos maúllan como perros desalmados, y no los culpo, es satisfactorio saber que por fin no pondremos ni un sólo pie en el colegio, y que nos graduaremos.

Llega Peter, Marcos y Ryan a mi escritorio, sin darme cuenta el salón de clases estaba semi vacío, todos ya se habían ido, sólo quedábamos los cuatro, ellos tenían puesto sus mochilas, y yo seguía sentado mirando un punto en blanco.

Siento que me mueven el hombro con brusquedad y reacciono de inmediato, giro la cabeza y miro hacía arriba, ellos permanecían de pie.

- ¿Qué te ocurre Thomas?¿ piensas en el baile de graduación? ¿en tu novia Caroline? Vamos cabrón reacciona- dice Marcos.

Había olvidado por completo el baile de graduación, planeaba hacer una fiesta, ni si quiera me acordaba que para mi "novia" era muy importante que asistiera a ese maldito baile, sinceramente a mi no me llaman la atención esas cosas, sólo a las chicas les gusta, ahora comprendo porque todas salieron tan rápido.
- me pongo de pie y les digo- !Vamos¡.

cada uno se fue hacía su casa para arreglarse, antes pasamos por mí casa y tomamos algunas cervezas, estábamos apostando que chicas irían con el mismo vestido, a nosotros nos daba igual si alguno de nosotros coincidía con el traje, después de que todos partieran a sus respectivas casas, mi mamá entra a mi habitación.

-Mira, te compre este traje dice mi mamá - la ignoro y sigo viendo la televisión - se pone en frente del televisor y me enseña el traje - ¡quítate mamá no me dejas ver!- digo yo con brusquedad.

Me molesta que mi mamá sea así, es muy intensa y ojalá me vaya a vivir pronto solo para no aguantar sus sermones.

-Mira Thomas Lower-me mira con seriedad- sé que no te importa cuantas veces te reprendamos ni cuantas veces te demos cariño y hasta dinero para que lo gastes en cosas que no te servirán de nada en esta vida, nos dices que el dinero es para comprarte ropa, cosas necesarias, y terminas borracho ¿crees que eso es justo?¿ te hemos dado el estudio, ropa, calzado, una casa muy bonita en donde vivir, nuestras empresas han prosperado, son unas de las más grandes de Manhattan, se han distribuido por todo el mundo, ¿ y sabes como hemos logrado eso? Con dedicación, esfuerzo y responsabilidad, esa herencia cuando no estemos, será tuya ¿ que pretendes hacer con eso? ¿ que esperaremos de las empresas si sólo piensas en divertirte? Cuando nos morimos, nada de lo que está en este mundo, se ira con nosotros, sólo nos llevaremos las cosas buenas y cosas malas que hemos hecho, tu padre y yo vamos a la iglesia, tratamos de ayudar a la gente con lo que tenemos, te decimos que vayas, tú no colaboras, no sé que haré contigo, siento que te estoy perdiendo- para y traga con dificultad, sus ojos están empañados de lágrimas de dolor, tiene un nudo en la garganta, me mira fijamente, agacha la cabeza y dice con una voz apagada, ahí te dejo tu traje, lo pone encima de mi cama y se va, cuando está a punto de cerrar la puerta le digo, gracias con una voz fría.