PIÉNSELO BIEN

386 12 1
                                    


¡QUÉ FÁCIL NOS LO PONE EL SEÑOR, CUANDO, SIN TENER CÓMO PAGARLE,
LO ÚNICO QUE ÉL ESPERA DE NOSOTROS
ES NUESTRA GRATITUD, ALABANZA Y ADORACIÓN!

"Sacrifica a Dios alabanza y paga tus votos al Altísimo. El que sacrifica alabanza me honrará..."
Salmo 50:14,23

Eso es lo único valedero que podemos darle, pues ninguna de nuestras obras le impresiona a él. Aún lo mejor o más bueno de nosotros es como nada, delante de Dios:

"Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia..."
Isaías 64:6

Los tributos humanos son gravosos, pero tributar a Dios es deleitoso.
Dios nos insta a rendirle loor, porque como mencionamos hace poco, ello redunda en nuestra propia bendición. Existen incontables razones por las cuales recibimos bendición a nuestras vidas cuando le alabamos y adoramos, así como también se rompen cadenas y penetramos en el mundo espiritual, obrándose maravillas.

El tributar honor a Dios, aunque es nuestra obligación, no es algo gravoso (como lo es el caso de los tributos terrenales); sino, todo lo contrario: ha de brotar espontáneamente como fruto de un corazón agradecido con su Señor y podemos hallar sumo deleite en exaltarle.
Cuando le alabamos y le adoramos estamos reconociendo su señorío sobre nuestras vidas y sobre todo el universo; aceptamos que él es inmensamente superior a nosotros y nos rendimos voluntariamente ante su incomparable deidad. En otras palabras, aceptamos y reconocemos que él es digno y merecedor de toda la gloria, y por eso se la damos; movidos también por nuestro amor y gratitud hacia él.

En resumidas cuentas, Dios demanda y espera de nosotros alabanza y adoración porque, por derecho propio, le pertenece y la merece; pero no necesita de ella. Más bien, nosotros necesitamos de Dios, y el rendirle honor a él redunda en nuestro propio beneficio y bendición. Aquel que voluntariamente exalta a Dios está reconociendo su señorío sobre su vida, le ama y está agradecido con él.

POR QUÉ ALABAR y ADORAR a DIOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora