Si Analizamos

579 13 1
                                    

Llama la atención las palabras que parecen aquí, en este pasaje del Salmo 96:7-8 En la versión "Dios Habla Hoy" este mismo versículo anterior dice: "Den al Señor la honra que merece". Y en la "Reina Valera Contemporánea" se nos dice también en ese mismo pasaje: "¡Tributen al Señor la honra que merece su nombre!" las palabras tributar y dar, las cuales nos indican una "acción de entregar a otro".

Analizando más a fondo el término tributar, éste es definido en diccionarios como: "Pagar o entregar en obligación cierta cantidad o cuota, ya sea el vasallo a su señor o el súbdito o ciudadano al Estado." Significa además: "Dar muestras de gratitud y veneración."
Desde tiempos inmemoriales los tributos han sido y son una manera en que el vasallo o el ciudadano retribuye a su señor o al Estado una parte de lo que recibe de éste. En nuestros tiempos actuales se les llama impuestos. Dentro del sistema social humano, el propósito o justificación del tributo es proporcionarle al Estado o gobernantes los recursos para actuar de manera tangible en beneficio de sus afiliados. Lamentablemente, no siempre quien recibe el tributo cumple a cabalidad con ese fin para el cual se le entregó. Pero, independientemente de lo anterior, los tributos son obligatorios, ineludibles e inapelables.

Si debemos pagar tributo al hombre, ¿cuánto más no debemos
tributarle a Dios el honor que le pertenece y se merece?
Si aún de los tributos humanos no se puede escapar y quien hace evasión de los mismos está expuesto a una sanción e incluso, a la cárcel; cuánto más, el tributarle honor y gloria a Dios es algo que no se puede refutar ni eludir. Más que eso, es nuestro deber hacerlo, porque es algo que le debemos a Dios.

"Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y (dad) a Dios lo que es de Dios..."
Marcos 12:17

En este versículo anterior el Señor Jesús hace una comparación entre la obligación humana de entregar al gobernante lo que se le adeuda, y la obligación o deber del hombre para con Dios, de entregarle lo que le debemos y que Dios se merece. También se nos dice en otro pasaje:

"Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada..."
Romanos 13:7,8

Y si esto nos lo dice el apóstol Pablo en lo referente a la relación con nuestro prójimo, ¡cuánto más es aplicable a nuestra relación con Dios!

POR QUÉ ALABAR y ADORAR a DIOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora