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El timbre resuena en el establecimiento dando fin a la primera parte de la jornada estudiantil y un pequeño descanso a los alumnos.

Park Jimin era un chico algo complejo. —Pero al menos ya no virgen—.

No era un vago, pero tampoco una rata de biblioteca chupa medias de los docentes. No era súper sociable, pero tenía su grupo de amigos. No era popular, pero su maldito nombre no dejaba de resonar en los pasillos.

La mala suerte lo perseguía.

Se dio cuenta desde pequeño. El pequeño Park Jimin apenas tenía 3 años cuando una paloma decidió que ese día haría del baño en su cabeza; o cuando tenía 10, cuando se encontró una moneda en la calle y al agacharse sin querer tumbó a una señora mayor que venía detrás de él. Y como olvidar su fracaso al querer perder la virginidad con una chica aun teniendo un dedo entre las piernas.

Lo que nos lleva a lo siguiente.

—¡¿Cómo no lo ibas a saber?!—gritó Seokjin, totalmente exasperado.

—¡¿Cómo iba a saberlo?!­­­­—Respondió igual— ¡No pensé que lo volvería ver!

Jin rodó los ojos mientras volteaba a ver hacia afuera.

Sí, estaban escondidos en el aula del conserje.

¿A cuántos santos mató en su vida pasada para que le sucedieran estas cosas?

—Mira, el rumor corrió por el campus más rápido que yo cuando ofrecen comida gratis, —cerró la puerta y lo miró serio— en realidad no creo que sea un buen plan escondernos como ratas de alcantarilla.

Jimin lo miró como si hubiera dicho la peor barbaridad de la vida.

—¿Estás loco? Posiblemente la historia ya llegó hasta nuestra facultad—lloriqueó. —No era así como esperaba que sea mi primer año.

Seokjin lo miró con la ceja arqueada.

—¿No esperabas que el capitán del equipo de tenis te desvirgine por detrás?

La sangre se acumuló en sus mejillas.

—Cállate.

Era un fracaso, también gay, pero más un fracaso.

El capitán del equipo de tenis de su universidad lo estaba buscando, un sueño para muchos, una realidad para Park Jimin.

Entonces, ¿Por qué escapaba?

Bueno, no se sentía lo suficiente valiente —y mentalmente preparado— para hablar con el chico que le hizo voltearse como chipitaps y le dio la primera y mejor cogida de su vida.

Era totalmente razonable.

—¿No te parece atractivo? Porque el tipo está donde quiere, eh.

¿Cómo no le iba a parecer atractivo? Si fuera de otra manera lo habría mandado a volar en el primer momento en que le puso un dedo encima.

No le interesaban los deportes. No creyó que le sería de mucho problema en su vida si se alejaba de la vida deportiva y solo cuidaba su salud lejos de locos que perseguían balones o entraban en acción al escuchar un silbato. Justo ahora, le hubiera gustado asistir a si quiera un partido de los que se organizaban en su universidad.

—Taehyung acaba de mandarme un mensaje. —cerró los ojos maldiciendo— Jeon te ha encontrado.

—Bueno, —abrió la puerta despacio, verificando que nadie pasaba— Cualquier cosa estaré yéndome a la mierda, si sabes algo más me avisas.

Su amigo le alzó un pulgar.

—Si dejas de ser una gallina y te pide salir, quiero que sepas que burlaré y me invitarás a comer.

smaller 𐙚 kookmin. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora