Capítulo 2: Un nuevo comienzo

7 2 0
                                    


Otro septiembre más, empezando el nuevo curso.

Aunque parezca mentira, el tiempo pasa volando, ya estoy en tercero de carrera, quien lo diría. La parte buena es que cada vez queda menos para obtener mi título, la mala, me cambian de clase. Tampoco es que estos dos años pasados haya tenido unos compañeros maravillosos, pero empezar de cero siempre me cuesta más de lo que me gustaría.

Además, los motivos del cambio de clase me parecen absurdos, según la dirección, los cambios van bien para conocer gente nueva ¿Tan difícil es entender que hay personas como yo que el hecho de conocer gente nueva les crea ansiedad? En fin, por desgracia no hay nada que pueda hacer para remediarlo.

Aquí estoy, de camino al primer día de clase. La reunión de inicio empieza a las 10h. ¿Quién creeis que llega tarde como siempre? Efectivamente, yo. Son las 10:15h y acabo de bajar del bus, estoy corriendo y espero que, con un poco de suerte, la reunión no haya comenzado.

A lo lejos, veo un mogollón de gente en la entrada de la facultad, para mi alivio, puedo dejar de correr ya que ese grupo solo puede pertenecer a mi nueva clase.

Tan solo llegar yo, nuestro profesor a cargo nos hace pasar a una gran sala donde nos vamos sentando solitariamente de uno en uno, ya que ninguno nos conocemos.

Todas las miradas entre nosotros son de incertidumbre, supongo que todos estaremos pensando lo mismo. ¿Por qué este cambio? ¿Serán simpáticos nuestros nuevos compañeros? ¿Haremos amigos?

El profe empieza a hablar introduciéndonos el curso, las asignaturas, los horarios... Pero lo único que soy capaz de hacer es repetirme en la cabeza todas esas preguntas. Con miedo y nervios miro alrededor del aula pensando en si realmente conoceré gente afín a mi.

Entonces me voy fijando en todos, pero mi mirada se desvía directamente hacia él, un chico bastante misterioso, más alejado de los demás que el resto, me pregunto quien es y cómo se llama, pero supongo que pronto lo descubriré.

Van pasando los minutos y la presentación se me está haciendo eterna, quiero irme a casa. Pienso que esto se me va a hacer eterno, hasta que escucho a la chica al lado de mí, Paula, enviando audios diciendo que la presentación es un tostón y que se quiere ir. Entonces aprovecho y le doy conversación mostrando mi acuerdo en que yo también quiero irme. Viendo el horario nos damos cuenta de que nos separan en subgrupos y que no compartiremos horarios, pero de todos modos nos vamos juntas ya que no soportamos más estar ahí.

Durante la tarde me hago a la idea de que mañana empiezo de nuevo, como aquel que se apunta en unos estudios y no sabe que vendrá, yo por el contrario si se a lo que voy, pero que sea una clase nueva es como empezar de cero otra vez. 

SINTIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora