4. Son tan...

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Sangre.

No había otra palabra para definir el resultado de la "batalla" que había tenido lugar entre los chicos y la panda de homófobos en la que se habían convertido los antiguos "amigos" de Nick. Sí era cierto que se había podido notar la ausencia de algunos en grupo, como Imogen, entre otros.

-Harry, cierra la puta boca de una vez-, ladró Nick inmediatamente-. ¿No recuerdas lo qué te dije el otro día por Insta?¡Vete a la mierda!

-¡Oblígme!- le respondió su ya evidente enemigo.

Justo al pronunciar las anteriores palabras, la banda de Harry apareció. Ninguno de los miembros vaciló en absoluto a la hora de sacar sus puños a pasear. Eran cinco y Harry, contra Nick y Charlie. No hacía falta pensar mucho para deducir quienes tenían las de perder.

-Nick-la voz de Charlie sacó al rubio de sus pensamientos-, ¿estás seguro de qué estás bien? No has dejado de sangrar desde que Harry se ha ido.

-Sí, sí. No es nada-, respondió él con expresión neutra.

-¿Seguro?

-Seguro. Oye, no tendrás otro pañuelo, ¿verdad?- Preguntó al percatarse de que al que estaba usando ya no le quedaba ninguna parte de su superfície del color original.

-Claro-, respondió Charlie extendiéndole a Nick otro pañuelo limpio.

Unos instantes de silencio marcaron la diferencia entre la conversación que acababan de tener, y la que empezaron a continuación.

-Char.

-Dime-, respondió el nombrado.

-¿Esto es normal?- Al ver la incomprensión de Charlie, decidió explicarse mejor-. Quiero decir, ¿esto suele ocurrir?

-¿Te refieres lo de Harry jodiendo, o en general la gente? Si es lo primero, te aseguro que sí-. Respondió a tono de broma, aunque en el fondo solo evitaba que todo aquello le afectara.

-No, quiero decir si la gente es tan... tan-. La palabra se resistía a salir, ¿tan difícil es aceptar la realidad?- homófoba-, dijo al fin.

Charlie notó lo tanto que esto afectaba a Nick. Él estaba acostumbrado, ya que llevaba más de un año sufriendo este tipo de acoso -porqué no se le puede llamar de otra manera-, pero su novio no, y temía de verdad que algo similar pudiera pasarle a él.

-Créeme que el mayor incordio es Harry. Es el cabezilla de prácticamente todos los homófobos del instituto.

-Y, ¿crees que algún día parará?-preguntó Nick, con la voz entrecortada.

-Es probable, pero parece que, por ahora, no está en sus planes-, suspiró Charlie.

-Ya...

Nick estaba cabizbajo, y Charlie se percató de eso. Pensó que era normal, teniendo en cuenta que acababan de perder una pelea, y que el peor parado había sido él, ya que le había protegido con todo lo que tenía. ¿Qué haría sin Nick? Probablemente habría vuelto a recurrir a alguno de sus antiguos métodos, pese a que no eran buenos para él. Ese chico era especial, lo había sacado de la miséria en la que estaba y había hecho que le vida le sonriera de una vez, aparte del innegable afecto que se tenía. Por eso mismo le dolió en lo más profundo de su alma cuando Nick comenzó a llorar junto a él. Y no se le ocurrió mejor respuesta que rodearle con sus brazos, formando un dulce y reconfortante abrazo.

-No pienses en eso ahora, ¿vale? Mejor volvamos a casa-, le propuso a su novio, el cual, sin pronunciar ninguna palabra, inició el camino a casa. Ya se le habían quitado las ganas de ir al veterinario. Sería mejor esperar a que su madre le dijera algo.

Todo el trayecto fue en silencio. No iban cogidos de la mano. Después de lo de hoy, a Nick le costaría volver a coger confianza. Al llegara a la casa, sacó las llaves para abrir la puerta. Una vez esa fue abierta, la sorpresa invadió la mente de ambos.

-¿Dónde os habíais metido?

-Mamá, ¿y Nellie?-preguntó preocupado.

-Está bien, pero va a pasar allí la noche-. Dijo tranquilizando así a su hijo, pero no había olvidado sus prioridades-. ¿Dónde estábais?

-Íbamos a ir al veterinario porqué no respondías a los mensajes y... - Nick rompió a llorar. No pudo evitarlo. Le contó lo ocurrido a su madre, mientras que Charlie simplemente esperaba sentado junto a él, admirando la buena relación que tenían los dos, para nada similar a la que él solía tener con sus padres y, de hecho, no tardaría en notarse.

La conversación duró más de lo esperado, pero a nadie se le hizo muy pesado. Ya era de noche cuando acabaron. Había sido un día largo, y ambos chicos estaban exhaustos.

-Podrías quedarte a dormir-, propuso Nick en varias ocasiones, pero Charlie siempre decía que sus padres no le dejarían, aunque por probar no perdería nada.

-Se lo voy a pedir, pero no esperes que digan que sí-, dijo el pelinegro, terminando de ceder.

Marcó el número de... ¿A quién debería llamar? Su padre puede que fuera más fácil de convencer, pero a su madre sabía persuadirla. Terminó por llamar a la persona más indicada: a Tori. Bien, es probable que te estés preguntando porqué llamar a Tori, pero, según el razonamiento de Charlie, era lo más sensato. Si llamaba a Tori, y le pedía que le pasara a sus padres, le pasaría con los dos, y podría usar todas sus cartas. Llamó.

-¿Hola?

-¡Hola! Sí, Tori. Tengo que pedirte una favor.

-¿Qué clase de favor?- preguntó ella curiosa.

-Necesito que me pases con mamá y con papá, ¿puedes?

-Claro que puedo. Soy un alma solitaria, pero con mis padres me hablo-, rio al otro lado de la línea-. ¡Mamá!

-¡¡No!! Tori, con los dos-, gritó Charlie.

-¿Con los dos?

-Sí, con los dos, en altavoz.

-Papá no está-, respondió ella mientras bajaba por las escaleras, sin darle tiempo para reprochar.

-¿Charlie?- preguntó, esta vez su madre.

-Hola, mamá. Ehh...- genial, había movilizado a media familia, y ahora se quedaba en blanco- Esto... ¿puedo quedarme a casa de Nick a dormir?

-Con que a dormir... -suspiró- Está bien. Pero como hagáis algo...

-¡Mamá! No vamos ha hacer eso que estás pensando. ¿Por qué siempre piensas lo mismo?

-¿Qué es eso?- preguntó Oliver, el más pequeño de la familia, quién había estado escuchando la conversación.

-Nada, cosas que tiene tu hermano-, se apresuró a decir la mujer.

-¿"Cosas mías"?-, reprochó Charlie.

-Tú calla, que no te dejaré quedarte-, le amenazó su madre.

-No hace falta, no hace falta-, afirmó Charlie, como el "niño bueno" que era.

De fondo, se escuchaba a su hermano, preguntando por eso, pero Charlie ya estaba colgando, y no pudo escuchar las palabras exactas. Una vez volvió con Nick, este se le quedó mirando espectante, a la espera de la respuesta.

-Bueno, pues, ¿dónde duermo?

-¿Te quedas?- preguntó ilusionado. Por un momento, había olvidado todo lo que había pasado ese día.

-Sí-, afirmó Charlie, quién rápidamente corrió junto a su novio, y se abrazó a él.

Pasaron así un buen rato, en el que el menor estuvo pensando sobre un tema, que llevaba días rondándole por la cabeza: ¿Había comenzado a sentir más que afecto o atracción hacia Nick? ¿Podía decir qué... le quería?

PD: Bueno, ya es oficial, esta historia tiene más de 1,6k. GRACIAS

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