11. Charlie, quiero hablar.

1.1K 28 25
                                    

La primera semana pasó y detrás de una fue otra. Así fue que el primer mes de clases pasó y Nick logró dejar a un lado todo lo relacionado con Charlie. Por primera vez en meses, era feliz. Todavía no se atrevía a decir que lo había superado, porque muy en el fondo tenía una espina que todavía no se quería quitar. Era un paso difícil, pero necesario: debía hablar con Charlie. Sabía que podía dejarlo ahí todo y finalmente pasar página, pero mentalmente lo necesitaba. No pensaba planificarse nada, ya que prefería que las palabras fueran completamente honestas. Por eso cuando el lunes llegó la hora de la comida, Nick se dirigió con paso firme hacia donde Charlie solía estar a esas horas, pero, para su sorpresa, no fue así.

Nick recordó que en un par de ocasiones el pelinegro le contó que, cuando pasó lo de Ben, solía ir a otro sitio a comer, para estar solo: la clase de arte. Cuando el pecoso entró al aula miró a su alrededor y por poco no logra verlo; sentado en el suelo, apoyado en los armarios, se encontraba el chico como decenas de veces el curso pasado.

                              •••••••

Había visto a Nick varias veces por los pasillos. Había visto a Nick varias veces por el pueblo. Había visto a Nick varias veces en muchos sitios, aunque él no lo sepa. En sus sueños por ejemplo, o en las fotos que tiene en su mesita. Tori siempre le dice que las tire, pero el pelinegro se niega. Pensaba que había pasado página. ¿Tres meses son suficientes? Era una duda que constantemente rondaba su cabeza. ¿Cuándo acabaría aquello? No lo sabía, pero no le apetecía verlo más, quería dejarlo atrás. Con ese razonamiento como escusa, Charlie pasaba las comidas en su refugio: la clase de arte. No recordaba haberle contado a Nick sobre aquello, aunque había olvidado muchas cosas. Y aparentemente, esa había sido una de ellas. ¿Cuándo fue? La duda le perseguirá siempre, pero Nick le confirmó que sí lo hizo al entrar frenéticamente en la sala.

—¿Charlie?—, preguntó el mayor y el silencio se instaló en el aula. ¿Iba a decir algo más? Debería, pero su inexistente plan llegaba hasta ahí.

—¿Qué quieres?—, Charlie no pretendía sonar brusco, pero no pudo ocultar la molestia que el chico despertaba en él.

—Hablar—, pronunció en un susurro. Era la primera vez que aquel chico le intimidaba de semejante manera.

—¿Y te crees que quiero?— en sus ojos comenzaron a florecer lágrimas, las cuales no tardaron en caer como cascadas por sus mejillas. Acto seguido, abandonó la habitación: quería estar solo.

•••••••

Durante una enana fracción de segundo, Nick sintió como si su circulación se detuviera momentáneamente. Se había esperado miles de finales para aquella situación, pero ninguno similar al que acababa de tener lugar. ¿Era eso real? No pudo encontrarle respuesta a la pregunta, la cual se repetía en bucle en su mente. Tendría que solucionar aquello. O al menos eso suponía.

Sus duda aumentaron cuando, al acabar las clases, Tao se acercó a él enfurecido.

—¿Qué le has hecho?— Y antes de que pudiera darle ninguna respuesta gritó: —Te has pasado, Nick. Déjale en paz. ¿No ves que está harto de todo esto?

No, no lo veía porque estaba tratando de complacerse a él mismo. Siempre tan egocéntrico. Él quería hablar con Charlie pudiendo no hacerlo. Si total, no iban a volver. Era imposible.

Y así fue como el alegre y optimista Nick se hundió en la mierda que él mismo había puesto allí. Estaba completamente inverso en aquellos pensamientos hasta el punto de que un gran nudo se formó en garganta. Quiso deshacerlo, y seguir como si nada, pero le fue imposible retener las ganas que tenía de llorar. Todo lo que no había llorado en el último mes. Evitar sus problemas no era el mejor modo de solucionarlos, ya lo había comprobado.

•••••••

El cuarto estaba completamente oscuro cuando la puerta fue abierta. Su hermana entró y cerró la puerta tras de sí.

—¿Qué ha pasado?—Charlie pensó en la posibilidad de hacerse el dormido, aunque finalmente optó por responder.

—Quiere hablar conmigo.

—¿Nick?— Preguntó Tori mientras se sentaba a los pies de la cama de su hermano.

—Sí—, aquel murmuro, prácticamente inaudible, dio paso a un breve abrazo entre los dos hermanos.

—Y, ¿piensas hablar con él? — Terminó por sugerir Tori.

—¿Debería?— cuestionó el pequeño.

—¿Por qué no? Aunque sea para aclarar las cosas—. Y, mientras argumentaba su opinión, se levantó de la cama.

—No sé... He sido demasiado agresivo hoy. No creo ahora quiera hablar...

—¿Te gusta que tus libros tengan un final abierto?—, comenzó la mayor, a lo que Charlie negó—. Pues entonces no hagas tu lo mismo—. Pronunció antes de salir y dejar al chico entre las sábanas y sus pensamientos, los cuales abrumarían su mente las próximas horas. ¿Debería acabar su historia?

•••••••

La noche había sido larga. Cada segundo, casi un día. Cada hora, alrededor de un año. Pero entre lágrimas y cabezadas, al fin había llegado la mañana. Se había decidido a dejar a Charlie en paz, como había dicho Tao la tarde anterior. Era la decisión correcta.

Se vistió, desayunó y se despidió de su madre, la cual le deseó un buen día. Bueno probablemente no sería, pero mejor que el anterior fácilmente. El camino al instituto lo ocupó pensando en nada. Pues ya había tenido tiempo suficiente en la noche para cavilar. Para su suerte, no vio a Charlie en ningún pasillo. Prácticamente celebró cuando llegó la hora de la comida, ya que apenas faltaban unas horas para que acabara la jornada escolar en Truham. Pero su suerte llegó a su fin cuando, el que un día fue su pelinegro favorito, le llamó desde detrás suya.

—¿Cha-Charlie?— Tartamudeó nervioso.

—¿Ayer no querías decirme algo?— disparó alejándose un poco del grupo.

—Sí, yo...— y ahí, supuestamente, es cuando debería decirle todo lo que no le había dicho, ¿no? Frente a la duda, comenzó a hablar con él corazón—. Quería decirte que has sido una de las mejores amistades que he podido tener. No se me está haciendo fácil esto de pasar página. Honestamente, espero que lo estés llevando mejor. Necesitaba decírtelo antes de que dejáramos de hablarnos del todo—. Cuando terminó sintió que se quitaba un peso de la espalda, pero la cosa no acababa ahí: Era el turno de Charlie.

—Ya. Tampoco está siendo fácil para mí. Eras muy importante en mi vida, pero las cosas cambian, supongo... —Entonces, como si tuviera algo que ver, Charlie pensó en Bruce. ¿Acaso ese cambio era Bruce? No sabía si era bueno o malo, pero antes de que pudiera continuar hablando, Nick intervino.

—Esto es el final, ¿no?— Preguntó para asegurarse.

—Sí—, contestó lacónicamente Charlie.

Allí acababa todo.
Allí acababan sus tardes juntos.
Allí acababan sus "Char".
Allí acababan Nick y Charlie.

N/A: Ha costado pero ya he acabado este FanFic :( Si creéis que hay algún detalle mejorable tanto en la manera de escribir como en la trama os leo JAJAJAJ Gracias por haber llegado hasta aquí:)))

Us [Heartstopper]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora