⊰ 불합격 ⊱

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– Si alguien presente que se oponga a este matrimonio – habló el padre mirando a toda la audiencia – Que hable ahora o calle para siempre

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– Si alguien presente que se oponga a este matrimonio – habló el padre mirando a toda la audiencia – Que hable ahora o calle para siempre.

– Yo me opongo – resonó en todas las paredes y las miradas no tardaron en dispararse.

Mina entró por la gran puerta y se acercó ignorando aquellos ojos penetrantes de todos los presentes, caminaba por el pasillo de aquella iglesia a paso seguro y lento, era casi tedioso, pero la manera en la que alzaba su cabeza imponiendo respeto y causando nerviosismo en la chica vestida de blanco que yacía en el altar, la hacía sentir orgullosa. Tal parecía que aún lograba mover algo dentro de ella.

– ¿Quién demonios es ella? – el chico preguntó a su futura esposa con el ceño fruncido.

– E-Ella... – tragó saliva sin quitarle la vista de encima.

Habían pasado años desde la última vez que se vieron, incluso pensó que nunca más volverían a hacerlo. Pero se equivocó y la pilló totalmente desprevenida, ¿por qué ahora? Se suponía que ese sería el día más feliz de su vida, ¿por qué Mina tenía que aparecer justo en ese momento a arruinarlo todo? Chaeyoung intentó con todas sus fuerzas hacer que se alejara, intentó con todas sus fuerzas que todos la odiaran para que ya no se acercara, se obligó a dejar de sentir cosas por ella... Y cuando creyó haberlo logrado, la japonesa decidió volver.

Por supuesto que la coreana había leído todas y cada una de las cartas que Mina le había enviado. Por supuesto que el peso de la culpa no la dejó dormir durante noches enteras. Por supuesto que se arrepentía enormemente de haberla dejado. Por supuesto que aún la amaba. Pero ya no había nada que hacer, nada por lo que luchar... Ella misma se encargó de hacerle creer al mundo y a ella misma que Mina era una perra.

Y todo marchaba bien. Había encontrado un buen hombre que la amaba. Sus padres habían vuelto a confiar en ella. Se sentía más hermosa que antes. Tenía amigas que siempre la apoyaron. Tenía todo lo que nunca tuvo... O bueno, que sí tuvo, pero que no fue capaz de valorar y ahora que tenía a la única persona que la hizo sentir amor en la vida, todo su esfuerzo había caído al suelo.

– Chaeyoung, ¡te estoy hablando! – Jaemin espetó fuertemente, causando que la menor pegara un brinco y saliera de sus propios pensamientos.

– ¿Qué haces aquí? – de armó de valor para preguntarle a su ex novia, que se había detenido a pocos metros del altar.

– Vengo a decir la verdad – sonrió de manera altanera – La verdad que no fuiste capaz de decir.

– ¿De qué verdad hablas? ¡Todo lo que yo dije en su momento fueron verdades! – exclamó, sintiendo el nerviosismo recorrerla de pies a cabeza.

Princesa – pronunció suavemente y Chaeyoung se paralizó, ese apodo... – Ambas sabemos que nada de lo que dijiste fue cierto.

– ¿De qué demonios está hablando, Chaeyoung? – su prometido volvió a cuestionar, sin entender qué es lo que ocurría.

Bitch || MiChaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora