Mundo descomunal

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Mi vida parte desdé el momento en el que decido hacer las cosas a mi manera, y aquí estoy, dentro de un transbordador espacial, sin nada mas que muchos comandos, coordenadas, y mis notas que atesoró mucho.

Mis notas no son lo único que me queda para atesorar, tengo a mi maravillosa y descomunal extraterrestre que me espera en su mundo descomunal.

-Recordando el momento del despegue- Al momento de partida sentí que todo mi cuerpo tenia una serie de sentimientos vacíos y poco convencionales, no engañaban a nadie; vivía solo, pero feliz, no tenia ni hijos, ni esposa, ni unos amigos a los cuales apreciar ni confiar.

Cuando sabia que estaba en ese paraíso abstracto de estrellas, constelaciones, gravedad cero, y poco oxígeno me daban ganas de tener a alguien a mi lado para poder compartir tan preciado momento; Decidí escribir mi historia.

Cuando apolo me hizo contacto conmigo sabia que debía haber respuesta, pero mis impulsos me llevaron a tomar un camino totalmente distinto y atrevido, decidí quedarme en el espacio explorando las maravillas que me otorga el universo por descubrir.

Apolo al notar que no hubo respuesta alguna, decidió cancelar la misión y darme por muerto; y yo como un buen astronauta: feliz y apasionado por hacer lo que mas me gusta -ver constelaciones y un universo de maravillas- decidí dormir un poco.

Al cabo de un largo rato flotando por toda la nave, un extraño ruido me despertó desde la compuerta trasera, decidí investigar, pero la verdad es que no encontraba motivo alguno de dicho ruido; cuando menos me lo esperaba mire por mi derecha y note que estábamos en algún planeta, no tenia noción de que planeta pero sabia que era una planeta.

-Dicho planeta carecía de vida, pero tenia muchas pero muchas rocas en formas de gente gigante, algo así como la estatua de la libertad pero a base de piedra y granito-

Me puse mi trage entusiasmado y comence a explorar el planeta. Al cabo de un tiempo extenso note que había una especie de abertura en la tierra, decidí investigar y la sorpresa que me lleve no era para mas, había hallado el material cósmico mas precioso y brillante en forma de piedras pequeñas y macizas; decidí quedarme con poca cantidad del material sin el ideal de volverme rico ni nada, solo lo hice por gusto y algo de curiosidad.

Cuando iba de regreso a la nave note que donde la había cituado no estaba allí, solo encontré las hueyas del aterrizaje, pero lo que si note fue una silueta a lo lejos -parecía una persona sentada viendo al infinito- decidí ir para averiguar que era dicha silueta, y solo eran un montón de piedras apiladas que formaban la silueta de una persona; cuando me di vuelta me lleve un susto de los mil demonios pero después me calme, estaba presente la mujer mas hermosa, mas descomunal, y con el aspecto mas raro de este mundo.

-Con mi gusto poco normal y extremadamente raro decidí tratar de comunicarme- hola - le dije - me respondió en un trabalenguas que ni hasta el más experto podría solucionar, de hay intente pensar en como comunicarme y una voz llego a mi mente -hola- eso para mi fue como escuchar a los dioses del olimpo cantar angelicalmente porque en verdad mi intuición me decia que era la voz de ella, decidí pensar las palabras y le dije: como te llamas?, me respondió: Catalina y la verdad es que me imaginaba un nombre mucho mas raro.

Le pregunte: has visto mi nave? Me respondió: la deje que se fuera para poder tener compañia, desde hace milenios me siento muy sola, devastada y vacía, y al momento le respondí: no te preocupes que este astronauta no te dejara sola ahora.

Me llevo hasta un lugar donde podía respirar sin tener que estar en presencia de mi casco, le dije: que es este lugar? Y me respondió: solo calla y contempla; las maravillas de ese lugar eran tan incontables que hasta yo quede loco.

Empeze a sentir una serie de sentimientos que no eran ni particulares ni descomunales, me había enamorado de un extraterrestre.

Las horas, los minutos, los segundos se hacían mas duraderos a su lado, no lo podía creer, pasamos mucho tiempo juntos, muchas cosas juntos, y demasiados momentos únicos, mis sentimientos eran mucho mas concretos; escribo esto porque yo se que estas serán mis notas para toda mi vida.

Cuando pasamos todo eso había sentido un malestar inmediatamente -tenia sangre por todo mi casco-, sabia que era grave y que de pronto podría llegar a morir gracias a las condiciones del espacio, sus murmuros fueron: por favor no te vallas! Y sacando de mundo espacio del traje le entregue la divina piedra preciosa que tanto atesoraba con un anillo que sostenía dicha roca.

Le dije con mis últimos alientos mentales: por favor prometeme que me esperaras en nuestro mundo descomunal! Ella me respondió con una sonrisa y con una afirmación.

(-Notas del astronauta rebelde y maniaco-) Robert Gonzales, pero tiempo después decidió cambiarse el nombre a Juan Manuel , su paradero se desconoce, lo unico halado cercano a el fueron estas notas y poco de piedra preciosa: encontrados en el transbordador espacial de la mision apolo 12 encontrado en el sur de Texas en 1995.

Espera dice algo mas...: mi vida aun no acaba aquí, seguirán escuchando el nombre de Robert Gonzales

SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora