QUIERO SER TUYO [MILEX OS] +18

-

Agosto 17, 2016 - Colonia, Alemania

¿Por qué no hacerlo ahora? Me encuentro solo, los chicos de la banda duermen en sus respectivas habitaciones. Miles salió a correr. ¡Es el momento perfecto! pero, me da pudor. ¿La razón? Porque lo que detonó mi calentura fue ver colgado el kimono de animal print de mi mejor amigo en el marco del espejo. Desde que lo uso en el festival de "Sziget", me genera pensamientos sucios. Bueno, o al menos esa fue mi excusa. Venía fantaseando con Miles desde hace tiempo, especialmente desde que decidió que compartiéramos cada segundo juntos, sin tiempo a solas. Dormíamos en la misma cama a pesar de que cada uno tenía su habitación. No tenía inconveniente alguno para desnudarse frente a mí y proceder a vestirse. Le encantaba robarme algunas de mis prendas y usarlas en nuestro tiempo libre (las cuales cuando eran devueltas estaban impregnadas de su perfume). Sus abrazos se hicieron más frecuentes, y descubrí que me agrada la sensación de su respiración en mi cuello. Estos pequeños detalles no me disgustaron hasta que intenté masturbarme en la ducha, y él decidió apoyarse contra el otro lado de la puerta del baño y entablar una conversación. Su invasión a mi sagrado espacio personal me estaba consumiendo. Sin contar, sus intensas miradas, la manera en que sus dedos se enredan en las hebras de mi cabello cuando me acaricia, o sus desnudos brazos rozando los míos al caminar a la par. El problema es que todo esto está derivando en una especie de enamoramiento de mi parte, ¡la cual no tiene sentido! Primeramente, porque los hombres no me atraen, y segundo, porque tengo a mi amada novia Taylor, desde hace un año conmigo. Lo que concluye, en que lo que mí me pasa, es que la extraño a ella, y la falta de sexo, genera que confunda mi relación de amistad con el Miles jodido Kane, en algo más. Así que me convencí de que lo pretendía hacer, no está mal y tampoco le haría daño a nadie. Me acomodé en el sillón, levanté un poco mi remera, metí la mano en mi bóxer y comencé mi trabajo. Cerré mis ojos e intenté recordar algunos de los encuentros sexuales que tuve con Tay, pero por alguna razón, se comenzaron a entremezclar con las noches compartidas en el escenario con Miles, especialmente la noche en Alexandra Palace, donde también uso ese maldito kimono. Mi mano bajaba suave y lentamente por toda mi verga, imaginando cómo se vería Miles solamente vestido con esa prenda, en cómo se sentirían las yemas de mis dedos acariciando la textura de sus abdominales, preguntándome si sus musculosas piernas sostendrán mi cuerpo si decidiera levantarme y acorralarme contra una pared. Un tímido gemido escapó de mis labios ante la idea de ser dominado por el menor. Comencé a frotar más fuerte, y mi respiración se incrementó al mismo ritmo que la velocidad de mi mano. Mantuve los ojos cerrados, imaginando posiciones, sabores, texturas, olores, tratando de formar imágenes con la mayor nitidez posible a mis fantasías, gimiendo en voz alta su nombre, dejándome llevar por el placer que es masturbarse, cuando una voz familiar interrumpió mi obnubilación y me hizo de golpe abrir los ojos, para mirar hacia mi derecha y encontrarme con el dueño de mi fallido orgasmo, simplemente observándome con las manos en sus bolsillos.

"¿Estabas diciendo mi nombre?" preguntó con voz ronca

Miles continuó en la misma posición, yo me apresure a meter mi erecto miembro en el bóxer y bajarme la remera para esconder lo que era evidente, como si probablemente no hubiera visto más que suficiente.

"¿Me estabas espiando?" pregunte al mismo tiempo que me levante para entrar al baño, el cual estaba junto a donde él estaba parado

"Compartimos habitación, podrías usar el baño para tocarte" respondió en forma burlona

"Eso he estado intentando" respondí luego de cerrar la puerta de un portazo

Escuché claramente su risita del otro lado. Me siento tan molesto como avergonzado, y lo increíble de todo, es que, al observarme frente al espejo, puedo ver que mi estúpida erección no ha bajado. ¿Cómo es posible? Ni, aunque quisiera, no podía jalármela con él del otro lado deduciendo lo que estaría haciendo, tal vez una ducha en agua fría sería la mejor opción.