𝐖𝐢𝐥𝐝 𝐒𝐭𝐲𝐥𝐞

Una familia extraña

El infante despertó cubierto por una sábana en una camilla en un lugar extraño, para sorpresa de los paramédicos y policías a su alrededor que lo vieron abrir sus pequeños ojos, estaban severamente preocupados al principio creían que el pequeño ciervatillo había muerto.

- ¡Está vivo! - sonrió por instantes un paramédico, pero la situación no era nada para alegrarse el niño estaba aterrizado, agarrando la sábana con fuerza, sin saber dónde estaba o qué pasaba solo recordaba ese horrible momento.

- Una p-pesadilla... - dijo el pequeño volteando su mirada a los policías, varios de ellos eran carnívoros enormes tan solo uno era un ave Cristofue, uno de los policías intento acercarse de forma lenta para no alarmarlo demasiado, enseguida le huyo ocultandose en las sábanas.

- Lo siento... Niño solo quería decirte que... Los amigos de tu padre están aquí para cuidar de ti... -el canino no se acercó más, pero intentaba hacer que el infante se calmará, entendía que pasaba por un momento muy traumático a tan temprana edad pero todos ellos debían de asegurarse que el niño entendiera lo que pasaba...

Este asomó su cabeza logrando ver a dos felinos grandes a un lado del policía canino, en seguida se levantó con lágrimas en los ojos, bajo con cuidado de la camilla y abrazo al león quien se había arrodillado para sostenerlo en sus brazos.

- Hiro... Lo lamento tanto ¿Te encuentras bien?

- Hiro -llamo el otro felino un tigre albino de ojos azulados, al igual que el león se arrodilló para recibir al infante en sus brazos.

Un policía se acercó a los tres, recibiendo la atención de los felinos quienes se reincorporaron, el león tomo la mano del ciervatillo.

- Lamento informarles que ha muerto... Ustedes son los únicos que pudimos contactar, no parece tener familia a excepción de su hijo pequeño... Ustedes deberán ser sus guardianes

- Lo seremos de ahora en adelante no se preocupe... Cuidaremos a Hiro - el pequeño no entendía que pasaba en esos momentos, solo veía la mano del mayor que consideraba su tío,  vio algo en su mano al parecer era una mancha de algo rojo, sangre... Luego levantó su mirada hacia el felino.

- tío Jack... ¿Que pasa...? ¿Donde está papá?

- ... Él... Está en una junta de trabajo volverá más tarde ¿Vale?

- Vale...

En ese momento debí saber que algo extraño pasaba, pero aquellos dos felinos eran lo único de mi extraña familia que me quedaba, mi padre falleció después de ser atacado por dos carnívoros misteriosos en su propia cocina y claro que lo descubrí conforme pasaba el tiempo pero cuando pequeño no tenía ni la menor idea en serio pensé que él regresaría y me volvería a abrazar pensé que todo lo que había avistado con mis propios era solo una pesadilla sacada del mismo infierno... Seguí viviendo en la misma casa con mis dos guardianes ahora, Jack es el león con lentes y el tigre albino de ojos azules es Mauk, con el tiempo deje de considerarlos mis tíos y empeze a verlos como mis padres, y es que además de mi noble padre ya fallecido ellos se dedicaron arduamente a criarme y tratarme como su hijo... Claro que en el transcurso de mi vida casi siempre en la escuela me comentaban que mi familia era muy extraña, no todos los días ves a un ciervo con dos padres carnívoros, es muy pero que muy raro... A veces por ello me molestaban pero era el mejor estudiante, las mejores notas era impecable, lamentablemente otro carnívoro llegó a mi vida para joder, y cuando eso paso Jack y Mauk me ayudaron a aprender a defenderme por mi solo y así no deje que ningún depredador me viera como su potencial cena, no era una presa nunca más no dejaría que me pasará el mismo destino que mi padre, antes me mato que dejar que me maten... Sin embargo la vida no era tan buena aún con el apoyo y cariño de mis padres, aún lo extrañaba a él... Tenía un cuadro de mi padre en mi habitación para verle todas las mañanas y así sentirme acompañado por él y también así de alguna manera pudo verme crecer conforme pasaba el giempoEl infante despertó cubierto por una sábana en una camilla en un lugar extraño, para sorpresa de los paramédicos y policías a su alrededor que lo vieron abrir sus pequeños ojos, estaban severamente preocupados al principio creían que el pequeño ciervatillo había muerto.