Capitulo 4 "La bondad en sus ojos"

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Sus mejillas eran invadidas por un gran sonrojo resultado de lo acontecido en el cuarto de baño con el pelinegro.

Si bien no había sucedido nada grave, no podía negar que el señor Uchiha le había puesto nervioso con aquellas palabras que por más que no quisiera malinterpretar, sonaron muy comprometedoras.

Sintiéndose avergonzado, golpeó suavemente sus mejillas con la palma de sus manos para borrar el bochorno que le había invadido.

-Concentrate Naruto- se dijo así mismo aún con la vergüenza latente en su rostro.

Sin más, decidió comenzar a organizar la habitación, recogiendo y acomodando todo lo que estaba a su paso.

Una vez concluida su labor de limpieza, se preguntó a sí mismo si el señor Uchiha ya habría terminado de asearse, por lo que dirigiéndose a dónde se encontraba el cuarto de baño tocó con suavidad la superficie de la puerta esperando la respuesta de su jefe.

Sin embargo, no escuchó ni una declinación o afirmación hacía su llamado, por lo que con seriedad volvió a golpear sobre esta, pero nuevamente no escuchó respuesta alguna.

Con preocupación repitió su acción, esta vez con insistencia esperando por fin escuchar la voz del pelinegro, acto que no volvió a ocurrir.

Estaba asustado, puesto que en su cabeza solo se reproducían miles de escenarios catastróficos.

-"¡Y si resbaló y se golpeó la cabeza!"- pensó y con aquello en mente entró sin cuestionarse.

Su corazón se aceleró por la descarga de adrenalina que recorrió su cuerpo al ver que el Uchiha se encontraba desplomado en la tina y sin más, corrió hasta llegar donde se encontraba el de ojos color onix, los cuales en ese momento estaban cerrados.

Con velocidad, tomó entre sus brazos el cuerpo fornido y de tez pálida sacándolo con algo de dificultad del agua. Decenas de recuerdos invadieron su cabeza, entre ellos uno que así como había llegado volvió a sepultar en lo profundo de su memoria, evitando que el dolor de aquel entonces se hiciera presente.

-¿Me puedes explicar qué estás haciendo?- La voz grabé y pastosa de su jefe hizo eco en el lugar llamando la atención del rubio quien levantó el rostro y abrió los ojos los cuales había cerrado por el esfuerzo anteriormente hecho al sujetarlo.

La sorpresa invadió al trigueño y un evidente sonrojo se coló en sus mejillas al notar que, por la posición en qué se encontraban, sus rostros habían quedado a centímetros del otro.

Sin embargo, casi se desmaya al caer en cuenta que sostenía el cuerpo completamente desnudo de su jefe. El de tez pálida también se abochornó por la reciente posición y desnudes, aún así, no quitó su semblante serio, el cual le ayudó para devolverle la compostura en tan vergonzosa y comprometedora situación.

-Ejem, ¿Sería tan amable de soltarme joven Uzumaki?- pidió, aunque su tono fué más como una orden que el de un favor.

Sin esperar más, el rubio le soltó provocado que el Uchiha cayera sentado.

-¡Oh por Dios, lo siento mucho!- se disculpó al notar lo que había hecho.

Nuevamente se acercó para socorrer al pelinegro, quien se quejaba del dolor provocado por el golpe.

-C-Carajo- expresó el pálido debido al reciente incidente.

No obstante, sus quejas cesaron al notar nuevamente el rostro del ojiazul cerca del suyo, mentiría si negaba la belleza de aquel joven.

Ya que, a lo largo de su vida juvenil había conocido cientos de mujeres hermosas, con quiénes había disfrutado ya sea una buena noche de pasión o una simple copa de vino. También hombres, los cuales se había detenido a observar más de una vez y luego estaban los donceles, que a pesar de ser escasos y muy extraños de ver, debía admitir que las oportunidades en las que pudo mirar a alguno, todos tenían una belleza innegable.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2023 ⏰

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