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Hongjoong era la clara definición a lo que encontraba "calidez".
Calidez a su vida y a su corazón. Calidez en la forma en que sus pequeños labios se fruncían entre si formando un piquito cuando no entendía algo, la forma en que su corazón palpitaba con cada pequeño accidente que Hongjoong provocaba en la sala de ciencias, o en la clase de deporte... Calidez que crecía en su corazón a medida que sus sentimientos crecían por él cuando menos lo esperó. Es que, ¿qué de especial tenía Hongjoong?
Seonghwa supo desde la primera vez que lo vio que debía estar junto a él, que debía mantenerlo con él, porque sentía que lo conocía desde antes y su corazón le decía que debía protegerlo a toda costa. Por eso, el día en que lo vio por primera vez en la última mesa de la cafetería mientras tomaba un pan entre sus manos y le daba un pequeño mordisco, no dudo en acercarse a hablarle a pesar de todas las miradas de sorpresas que le recibió a su alrededor. Aún recuerda la cara de sorpresa de Hongjoong cuando él le había dirigido una palabra. Si él es completamente sincero no sabía por qué no dudo en acercarse a Hongjoong, solo fue su corazón quien le mandó y no se arrepiente.
Había un pequeño sentimiento que afligía el corazón de Seonghwa y era la mirada de soledad que se hacía presente en el rostro de Hongjoong cuando fingía estar ocupado en otra cosa, pero apenas retomaba la mirada en él este sonreía cálidamente. Algo le pasaba, mas nunca descubrió por palabras de él de que se trataba. Quería darle su espacio, pero llegó un momento en que su corazón de estar afligido mandó una señal de advertencia a la cabeza de Seonghwa.
Hongjoong aun no llegaba a clases y ya era pasado la primera hora. Se estaba preocupando, porque no tenía a nadie cercano en la escuela a parte de él y por lo que sabía tampoco familiares, ya que vivía solo. Mordía su lapicero en modo de preocupación, hasta que minutos después una cabellera conocida para sus ojos se hizo presente. Con su ropa holgada trataba de explicarle al profesor de turno el motivo de su tardanza, lo cual fue creída por este pues le dejo entrar sin problema alguno.
- ¿Por qué llegaste tarde? Nunca lo haces -murmuraba en voz baja Seonghwa a su amigo
- Me quedé dormido Hwanie, lamento preocuparte - sonrío como siempre lo hace para después sacar su libro de su mochila.
Pero el vendaje fresco que se notaba a penas por el leve remango de la tela para abrir la mochila del otro no pasó desapercibido a los ojos de Seonghwa.
- ¿Por qué tienes vendas en los brazos? - esta vez su voz se alzó más de lo permitido recibiendo un regaño del profesor a su persona.
- Me caí de la bicicleta en la mañana - susurró Hongjoong
No le creas, él está en peligro - hablaba su corazón, dejándolo pensativo por el resto del día
...
- ¡Ahora! - el profesor de educación física grito después de tocar el silbato para que los estudiantes comenzaran a correr- ¡Kim, prepárate!
Seonghwa era el que corría para darle la vara a Hongjoong quien correría después, pero ese momento nunca llegó.
- ¡Hongjoong! - gritó el profesor acercándose al cuerpo en el suelo.
El corazón de Seonghwa dio un vuelco corriendo hasta llegar donde su amigo para tomarlo en sus brazos y llevarlo a un Hongjoong inconsciente a la enfermería de la escuela, pero no se encontraba nadie ahí hasta unos minutos después. Pidiendo al más alto retirarse mientras examinaban al más pequeño. Entre medio de la angustia, Seonghwa creía que era por un problema de insolación ya que ese día estaba muy caluroso como para hacer deporte en ese momento, lo que no esperaba es que fuera algo mucho peor que eso.
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Sayonara Hitori
FanfictionYo creí que tu eras la mariposa y yo tu flor, pero siempre fue al revés. "Tu eres la flor que florece en plena gloria"