Capítulo 5: Rencuentro

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Sentía algo raro, no sé, pero que Ran me tomara así, con los ojos cerrados movía algo en mi interior, pero ¿Qué era eso? ¿Qué es está sensación? Se sentía tan extraño.

— S-Sanzu — dijo entre cortado.

— ¿Sí?

Quise alejarme un poco, para que pudiera respirar mejor, pero solo conseguí que me apresara más contra su cuerpo, una de sus manos bajo de la cintura a mis glúteos. Mi cuerpo entero se estremeció por eso.

Un cosquilleo comenzó a crecer en mi vientre.

— N-no — comenzó hablar entre cortado ¿Sera que se lastimó? O ¿Por qué sufre mucho? — N-no p-puedo r-respi-rar

Tan pronto como escuché eso me levanté de Ran.

— P-perdóname, no me di cuenta — le ayudé a sentarse en su lugar. Examine con cuidado su cuerpo, debo de verificar que no tenga alguna herida grave.

No había rasguño alguno en su rostro, solo algo de tierra y hojas sobre su cabello, baje por su cuello dónde no había nada tampoco. Quise tocar su espalda, recibiendo un quejido tan pronto como toque.

Le quite la camisa sin mucha fuerza, él se dejó hacer por lo que continúe. Su espalda se veía algo colorada, más tarde habrá un gran moretón, pero no parece ser nada más grave que eso. Mire de igual manera su pecho para confirmar que no tuviera alguna costilla rota, haciéndome soltar un suspiro de alivio al saber que solo es su espalda.

Miré un poco más su pecho, es marcado, toque con cuidado, es muy suave ¿El de Rindou será igual?, Negué rápidamente, no debo de pensar en eso ahora, debo ayudar a Ran.

— No parece ser nada grave, solo ese golpe en la espalda — le comunique, ayudándolo a levantarse — Muchas gracias por salvarme.

Con mucho cuidado de no lastimar lo, lo abrace. Al ser tan alto tuve que ponerme de puntitas para alcanzar su hombro, rodeando con cuidado su pecho. Es tan cálido.

— Eres muy pequeña — alce mi cara, para verlo directo a los ojos. Sí que era alto, me hacía sentir como si fuera una hormiga — Siempre que estés a mi lado, voy a protegerte — dijo dulcemente. Acariciando mi cabeza suavemente.

Por alguna extraña razón, sentía mi rostro calentarse y mi corazón acelerarse por escuchar esas palabras. No sé ni siquiera que responder.

Pero... Esas palabras me recuerdan un poco a Nana, solía decir que ella siempre estaría a mi lado y me protegería.

— ¿E-Es una promesa? — lo mire con duda, incluso tenía algo de miedo. Pensar que algo le podría pasar, me daba miedo.

Se separó un poco de mí, poniendo ambas manos sobre mis hombros — Es una promesa — afirmó. Extendiendo me su meñique ¿Por qué hacia eso? ¿Quería que lo tomara?

Levanté la mirada de su meñique, buscando saber qué hacer. El asintió lentamente, indicando que entrelazara nuestros meñiques. Eso hice.

— Una promesa Ran...

Él me sonrió, era una sonrisa que me transmitía tranquilidad, que me indicaba que podía confiar en él, que cumpliría esa promesa.

Ambos nos mirábamos fijamente. Una suave brisa llegó a nosotros, creando una pequeña lluvia de hojas a nuestro alrededor.

Las manos que hace un momento estaban sobre mi hombro y mano ahora estaban a cada lado de mi rostro, acariciando suavemente las cicatrices que ya hacen a los costados de mis labios.

— ¿Ran? — este no respondió, solo me veía fijamente.

Coloqué mis manos sobre su pecho, podía sentir como su corazón latía con rapidez. Mi cuerpo entero se estremeció, pero no aparte la mirada. Ambos nos acercamos un poco más.

Lost Princess |Ranzu & Rinzu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora