‧₊˚ ᝰ━━━━ Prólogo

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Una mañana de Invierno acababa de comenzar, se sentía calentita dentro de su cama

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Una mañana de Invierno acababa de comenzar, se sentía calentita dentro de su cama. De a poco fue abriendo sus pequeños ojos color oscuro, comenzando a admirar la habitación iluminada. Se levantó de un salto y miró por la ventana esperando encontrar algún rastro de nieve, y la desilusión adornó su cara luego de comprobar que lo único que había detrás de la ventana era la calle vacía.

Suspiró con decepción y preparó su ropa para bañarse. Cuandó salió ya cambiada y relajada fue hasta la cocina para preparar el desayuno.
Volteó la cabeza esperando ver a su madre sentada mientras tomaba ese café amargo que la caracterizaba, por que decía que el azucar arruinaba el sabor especial del café, además de que este la despertaba para comenzar su día temprano y no dormirse en el proceso. Pero como siempre, su madre no estaba allí.

Puso agua a calentar y sacó un paquete de galletitas con chispas de chocolate que tanto le gustaban. Escuchó como alguien bajaba a paso lento las escaleras que conectaban las habitaciones con el living, cocina y comedor. Su hermano menor Yuki, se acercó hasta su hermana para darle los buenos días y sentarse a desayunar, no sin antes agradecer por la comida.

-¿y la abuela?-preguntó. Su hermano la miró con una mueca confundida para luego contestarle;

--dijo que se quedaría un poco más en cama, que aún tenía sueño.

El niño se encogió de hombros y siguió desayunando, pero para Tsuki eso no era normal de parte de su abuela; quien siempre estaba con mucha energía y con una sonrisa para cada uno, a pesar de estar gravemente enferma.

Siguió comiendo aún pensativa y trató de no pensar en aquello el resto del día, pues según su abuela; si tanto pensabas que algo iba a pasar, terminaría pasando. En verdad no quería que eso sucediera. Una vez terminaron de desayunar se prepararon para ir al colegio.

Aún con el malestar en el pecho saludó a su abuela, la cual estaba recostada en su cama. Le mostró la mejor sonrisa que tenía, siendo correspondida por su abuela. Salió de su casa de la mano de su hermano mientras este le iba contando como quería ser de grande;

-...¡y lucharé contra villanos como lo hace All Might, el símbolo de la paz!

-eso es peligroso Yuki, ¿no tendrás miedo?-miró a su hermano con una sonrisa burlona.

-No, porque all might nunca tiene miedo, pelearé junto a él y diré frases como ¡Eso les pasa por desafiar la paz!

La mayor rió mientras veía a su hermano entusiasmado, quien levantaba una mano hacia el cielo con el ceño notablemente fruncido.

-entonces quieres ser héroe...

¿Ella podría pensar en su futuro como decisión de sí misma? Con la enfermedad de su abuela apenas podía tener tiempo libre para jugar con su hermano. Y su madre pronto estaría igual. Estaba destinada a quedarse en casa, tratando de retrasar algo tan inebitable como la muerte de sus seres queridos.

-...nee-san-, llamó la atención de su hermana, -...cuando seas grande, vamos a ser héroes juntos, ¿no?

Suspiró parando de caminar y observó la escuela primaria a la que asistía el pequeño.

Salía de su instituto acompañada de su grupo de amigos, mientras estos planeaban ir al karaoke como todos los días

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Salía de su instituto acompañada de su grupo de amigos, mientras estos planeaban ir al karaoke como todos los días.

-¿Esta vez si vendrás con nosotros al karaoke?

-Lo siento chicos, no puedo hoy-, respondió con una sonrisa de labios- debo hacer...

-hacer cosas, lo sabemos-, la contraria tenía una mueca de aburrimiento- no sé que sea lo que haces, pero deberías darte un descanso de vez en cuando.

la chica observó al suelo pensativa- aquí los dejo, debo comprar algunas cosas.

Se despidió de sus amigos con una sonrisa para desviarse del supermercado e ir al jardín de infantes. Ellos no sabían la situación en la que Suki estaba, quisiera poder salir junto a ellos como cualquier chica en un viernes. Pero no podía, debía cuidar de su hermano y su abuela, además de apreciar cada segundo en el que su madre no estuviera trabajando.

Cuando llegó al establecimiento saludó a la maestra con una sonrisa y se fue del lugar de la mano de su hermano. Este miraba atentamente las muecas que hacía la mayor, frunciendo cada vez más su ceño.

- ¿Por qué tienes una cara tan rara?

- ¿qué cara?, no estoy haciendo ninguna cara- dejó salir un suspiro -. Creo que necesito dos fines de semana seguidos.

-ya estoy muy grande Suki. Me puedes contar tus problemas, como el hombre de la casa tengo que protegerlas a ti, a mamá y a la abuela. Pueden confiar en mí en lo que sea.

La chica -luego de sorprenderse por las palabras de su hermano- sonrió al ver en qué se estaba convirtiendo su hermano y lo mucho que estaba creciendo.

- Eso fue muy maduro de tu parte, Yuki- alabó, haciendo que el nombrado se sintiera orgulloso-. Me siento aliviada de tenerte como hermano, sé que cuando sea una ancianita vas a protegerme de estafadores ¿No es así?

Rieron juntos, mientras volvían a caminar más tranquilos.

-Pero sí vas a contarme lo qué te pasa, ¿no?

-Necesitamos dinero, la fecha límite de la renta ya pasó, y dos veces. Agradezco que el dueño de la pensión sea tan amable con nosotros, pero tampoco quiero abusar de eso. Además de que necesitas cosas nuevas para el colegio, los medicamentos de la abuela y muchas cosas más. Pero no te preocupes, tu hermana es tan genial que va a conseguir un trabajo donde le paguen un millón de dólares al mes.

-Podrías ganar algo de eso siendo héroe-dijo pensando mientras veía a los pájaros en el cielo, formando una flecha mientras volaban.

-si, supongo.

El camino a casa se hizo pacífico, y más cuando el menor caminaba dormido y Suki tuvo que llevarlo en su espalda todo el camino. Siendo completamente rodeada de sus pensamientos y la breve conversación que tuvo con su hermano.
Es por eso que luego de dejar al menor en su respectiva cama, se dispuso a informarse sobre el trabajo de los héroes.

Si bien podría comenzar a ganar dinero luego de alrededor de tres cuatro años, podría pagar los tratamientos especiales de sus familiares, y hacer que no les vuelva a faltar nada.

Claro que faltaba demasiado para eso, y no tendría el tiempo ni el dinero. La pensión no esperaría cuatro años, y ella tampoco.

Entonces volvió a su situación inicial; necesitaba buscar un trabajo. Es por eso que luego de una hora y media encontró la página de una cafetería, la cual se encontraba no muy lejos de su instituto. No dudó en aplicar, ni aunque fuera menor de edad, ni aunque no tuviera experiencia.

Tenía planeado conseguir ese trabajo cueste lo que cueste, y al terminar la secundaria se convertiría en héroe. Este plan no tenía plan de respaldo, debía funcionar sí o sí.

-Si, Yuki. Vamos a ser héroes juntos.

⇢ ❝ 𝐒𝐎𝐌𝐍𝐈𝐀 ❞ ; Shotō TodorokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora