Capítulo II

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Algo qué nadie esperaba, volví.

Esta vez actualizando una historia que para mí sorpresa le ha gustado a muchos, y que más que un regreso triunfal.

Ya han pasado algunos meses o podemos decir qué ya paso el año? Bueno siendo sincero no recuerdo bien, pero lo importante es qué aquí estoy un día más con una nueva actualización, espero la disfruten así como yo disfruté escribirla.

Perdón por errores ortografícos.

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El sol empezaba a salir en el horizonte, pequeños rayos de luz solar pasaban entre las cortinas, iluminando levemente la habitación donde dormía la pequeña rubia.

Su cama llena de peluches qué tenían formas de armas y almohadas con forma de granadas, hacían qué Mordred descansara como una princesa.

La puerta se abrió levemente, y miro la habitación, estas no eran horas para seguir durmiendo, casi las seis de la mañana.

Entró de forma silenciosamente, su pasó no dejaba sonido, se sentó a un lado de la cama y con cuidado movió a su hija.

“Mordred, es hora de despertar”. La pequeña se quejó rápidamente. “Cinco minutos más” el se rio un poco.

“Bueno es domingo así qué, tal vez puedas dormir un poco más, se acostó en la cama y su hija se aferró a el con fuerza, el padre miro el techo de la habitación, pensamientos vagaban por su mente.

Realmente el tiempo pasaba rápido, hace nada su hija tenía unos pocos días, y ahora ella es una niña de doce años, el tiempo realmente pasaba volando.

Su sonrisa decayó un poco, cuando la imagen de su esposa paso por su mente, no la veía hace un tiempo, Mordred necesitaba de su madre también, pero el hacía el mejor esfuerzo para suplantar su ausencia.

El rol de padre y madre era cansado, pero hace mucho se había acostumbrado, ahora era un gran papá y le a dado a su hija todo lo qué el deseaba en su niñez y estaba orgulloso de ello.

Miro a su hija durmiendo y su sonrisa volvió, esta pequeña es su más grande felicidad, se pregunta qué hubiera pasado si esa noche no hubiera sido atrevido, se rio entre dientes, Artoria seguramente lo hubiera seguido buscando pero esta vez sin dobles intenciones.
 
Todo hubiera sido diferente, está vez no tanto para bien, no hubiera sido capaz de poder apreciar la fortuna de ser un padre, tener ese rayo de sol que iluminaba sus mañanas.
 
Realmente era un sentimiento único, y el desearía que su esposa también lo estuviera viviendo junto a ellos.
 
Pensando qué ya había descansado los cinco minutos levantó a su hija, está vez ella de mala gana lo siguió.
 
“Antes de hacer cualquier cosa, ve a lavar tus dientes, yo preparo la bañera” la pequeña rubia asintió y camino hacia el baño, solo dejando a su padre riendo de la pereza de su hija, realmente le recordaba así mismo.
 
Entro al baño después de la niña qué ahora se lavaba los dientes, camino a la bañera y colocó una pastilla de baño y dejo el agua fluir.
 
“Báñate y cámbiate, yo prepare el desayuno, pequeña” la niña miro a su padre y asintió. “Si padre” dándole un beso en la frente a la niña salió del baño y camino hacia las escaleras del primer piso.
 
Camino hacia la cocina y abrió el refrigerador, huevos, leche, mantequilla, colocó los ingredientes en la isla de la cocina, abrió uno de los estantes, de allí sacó harina y jarabe.
 
Tomo un tazón y dejó caer harina, rompió tres huevos y vertió la leche, haciendo uso de la novia de Batman, la bati-dora, rio en sus adentros por ese chiste. Tal vez si no hubiera sido un criminal se habría convertido en comediante, quien lo sabría.
 
Revolvió los ingredientes dejando una masa hecha y sin grumos.
 
Saco un sartén y lo puso sobre la llama de la estufa, corto un trozo de mantequilla y lo dejo caer en la sartén, del cagón de los utensilios tomo una cuchara medidora, con la mantequilla ya derretida, tomo parte de la mezcla y la puso en el sartén.
 
Saco un plato y lo colocó en la isla, abrió el refrigerador y sacó crema batida y fresas, tomo una espátula y volteó el pancake, estando listo lo colocó en el palto y repitió el proceso.
 
Pancake, crema batida, pancake, crema batida, pancake, crema batida, corto un trozo de mantequilla y lo colocó arriba de la mini torre de pancakes, tomo una fresa y la corto en cuatro, puso crema batida y por último jarabe.
 
Mordred se sentó en la mesa y le sirvió los pancakes con un poco de jugo, la niña deseo instantáneamente devorar esos pancakes, tomo el cuchillo y tenedor, estuvo a punto de comenzar a comer cuando su padre la detuvo.
 
“¿Qué se dice?” Mordred dejo al lado el cuchillo y tenedor, juntando sus manos agradeció. “Gracias por la comida”. Acarició su cabeza y le indicó que comiera, la niña se derritió con el primer bocado.
 
Su comida era incomparable, aunque unos pancakes no destacaban su comida de primera clase, no era por presumir pero ese premio de cocina no se ganaba solo.
 
Se sirvió su propio plato con un poco de jugó y se sentó junto a su hija, dando gracias comenzó a comer, la mesa era silenciosa con Mordred disfrutando su desayuno.
 
Estaba por terminar su último bocado cuando su hija le llamo la atención. “Oye papá”.
 
Levantando una ceja la miro, la niña se miraba nerviosa por algún motivo, la miro por otro momento antes de hablar. “¿Sí?”
 
Mordred miro a su padre planteándose como hacer la pregunta, lo miró y respiró profundo.
 
“¿Cuándo nos visitará madre?”. Atragantándose con el último bocado, tomó jugó y pensó seriamente en que decir. Mirando a su hija, esos ojos realmente lo mataron, esos ojos brillaron con esperanza y anheló.
 
Apretó los dientes y le sonrió suavemente a su hija. “Pronto… Pronto. Eso espero” le respondió susurrando la última parte.
 
La niña bajo la cabeza, le partía el corazón ver a su hija así, se levantó de la mesa tomo su plato y lo coloco en el lavabo, se arrodilló y le dio un beso en la frente a su hija.
 
“Veras princesa, ya sabes qué ella es una agente de FBI, ella pasa realmente ocupada diariamente, y debes de entender de qué ella no puede visitarnos ahora mismo, pero ten por seguro qué en cuanto pueda ella nos vendra a visitar”. Le dio un abrazo fuerte a su hija y sintió qué se humedecía su hombro.
 
Apretó los dientes, realmente el amaba a su esposa, pero enserio, estaba siendo una idiota ahora mismo, su hija la necesitaba y… También el.
 
<Revenge Mission>
 
Se sentó en su escritorio y de su cuello tomo la cadena qué sostenía un guardapelo, mirando la foto de su familia, acarició con delicadeza la foto, miró con tristeza, hace 4 años no tenían una visita de Artoria.
 
Mordred sin falta preguntaba por ella todos los días, y el qué podía hacer, una agente del FBI no podía convivir con uno de los ladrones más buscados, pero demonios, al menos hazlo por tu hija.
 
Devolviendo a su lugar el guardapelo, abrió un cajón y saco un teléfono desechable, encendiéndolo marcó directamente al número de su esposa.
 
“Seguramente no estoy, deja tu mensaje” moviendo sus labios, soltó un suspiro.
 
“Hola Artoria, en realidad no se si escucharás este mensaje, pienso qué nunca los escuchas”. Una risa irónica fue soltada de su garganta.
 
“Te dejo uno cada día, pero bueno en realidad no importa, solo quería decirte qué en verdad Mordred te necesita, ella pregunta día a día por ti, y no sabes cómo me destroza verla con esa ilusión, solo te ruego que respondas por favor, me duele verla llorar, te amo…”
 
Dejo el mensaje de voz y suspiro, esto era difícil en verdad, el dolor en su pecho empeoraba cada día más, solo ver la tristeza reflejada en los ojos de su hija le partía el corazón, era como ser impactado por una bala, solo qué la bala dolía menos.
 
Tomo un vaso con agua y lo colocó en la mesa, abrió el teléfono saco el chip del teléfono y lo sumergió en el agua.
 
Viendo las burbujas salir a flote, pensó en su hija, sentía sus ojos empezarse a cristalizar, antes de qué llegará a soltar alguna lágrima la puerta se abrió, una sonriente Mordred entro a su oficina.
 
Volteó a ver a su hija, la única motivación qué tenía, sonrió y la miro.
 
“¿Qué necesitas princesa?” La niña sonrió, “Vamos a la tienda de libros, sí!” Quien era el para decirle qué no a su hija. Levantándose tomo su saco y camino a la puerta.
 
“¿Qué esperas? Vamos”. La niña era sonrisas caminando detrás de su padre.
 
Subiendo en su camioneta empezó su camino a la tienda. “¿Qué piensas leer hoy?” La niña sonrió e hizo una posé pensativa.
 
“No sé, hay demasiados libros qué deseo leer, pero leeré algo diferente ¡Lo tengo¡ Tal vez un cómic, ¿Pero cuál?” Era un balbuceó sin fin, lo único qué hizo fue reírse.
 
“¿Qué tal si lees algo de Spiderman? Realmente es un gran superhéroe, y sabes que el lo mejor de él, que aún frente a sus adversidades y enemigos el nunca deja caer su voluntad, el sigo luchando por aquellos que ama, así como por aquellos que guardan su plena confianza en su amigable y vecino el hombre araña”.
 
Mirando con una sonrisa por el retrovisor, vio a su hija con una nueva ilusión en sus ojos, para el no fue Spiderman su ejemplo a seguir, si no más bien el hombre detrás de la máscara, tal vez todos deseamos alguna vez ser Spiderman, más la vida me enseñó que es más difícil ser Peter Parker que Spiderman.
 
De momento desea que su hija ve a este héroe como un ejemplo de lo que es la determinación por ayudar al que más lo necesita. Aunque si fuese honesto hoy en día le gustaba más leer sobre Deadpool, simplemente era increíble ser un mercenario inmortal con un trastornó grave de la identidad.
 
Llegaron a la tienda y su hija corrió a la sección de cómics, el siguiéndola detrás, cada uno fue a buscar el comic que le interesa, su pequeña busco a ese héroe amigable, se sentía orgulloso de enseñarle la buena cultura a su hija.
 
Tal vez eso la mantendría alejada de la verdad del mundo, caminando hacía la caja registradora, tomo lo ofrecido por su hija, lo puso en el mostrador para qué la dependienta lo cobrase.
 
Ya lista su compra regresaron al coche y volvieron rumbo a casa, el caminó no fue extenso su casa estaba alejado un poco de lo que era el centro de la ciudad, le gustaba la tranquilidad y el sonido de la naturaleza, no escuchar día a día la inmundicia que era la sociedad.
 
Decidiendo animar un poco más el trayecto, busco una canción en específico en el reproductor de su auto, habiéndola encontrado miro a su hija, y ella también le devolvió la mirada con seguridad.
 
La canción empezó con un buen ritmo.
 
“Hiya, Barbie!” comenzó el dueto con su hija.
 
“Hi K-“. Cuando Mordred iba a comenzar a cantar un golpe en la parte trasera hizo que perdiera la tracción en su auto, haciendo todo lo posible por controlar el auto, freno erráticamente haciendo fuerza para detener el vehículo.
 
Suspiro cuando se detuvo por completo, el humo y el olor a neumáticos quemados se elevó en el aire, miro a los asientos traseros con preocupación y se relajó cuando confirmó que su hija se encontraba bien.
 
Una mirada a los retrovisores le dijieron todo lo que necesitaba saber.
 
Cazarrecompensas.
 
Se podía decir que había robado a muchas personas, y muchos de ellos no lo buscaron por el buen lado de la justicia, hoy en día no se sentía orgulloso.
 
Abrió la guantera del auto y saco una Glock-18, cerro sus ojos y pensó claramente sus siguientes pasos.
 
“Hija, tranquilo si, tu papá está aquí”. Le dio una sonrisa acogedora. “Ahora se buena y escóndete debajo de los asientos y no te levantes hasta que vuelva” su hija lo miro asustada.
 
“Estarás bien papi”
 
Esas palabras hicieron un vacío en su estómago. “Yo estaré bien hija, ahora lo que mi importa eres tú, prométeme que te esconderás hasta que regrese ¿Si?”.
 
“Lo prometo papi” Asintió viéndola esconderse, no quería que ella viera lo que iba a suceder.
 
Planteando su situación con otra mirada a los retrovisores. Dos camionetas, aproximadamente 8 hombres en cada una de ellas.
 
Miro su munición, 16 balas exactas, tenía que hacer maravillas si no quería desperdiciar una sola, reinició la canción y subió el volumen.
 
Abrió la puerta de su auto y miró a los cazarrecompensas bajar de las camionetas, quitando el seguro de su arma, camino hacia lo que sería claramente no una bonita reunión.
 
“La rata Uzumaki, tiempo sin vernos” el que parecía el líder hablo, lo miro detalladamente, se le hacía familiar, pero no era alguien que el conociera.
 
“¿Te conozco?” Con curiosidad pregunto, recibió una mirada de ira en respuesta, bueno era de esperarse.
 
“Acaso no te acuerdas de esto maldito, señaló a su ojo”. Oh bueno lo que fuera, ahora en vez de su ojo había un parche, seguramente por la perdida de este.
 
“La verdad no, y tampoco me importa recordar, lo único que se es que le daré una oportunidad, regresar a y dejarme en paz o decirme sus últimos palabras en este momento”. No tenía tiempo de ser modesto, la seriedad en sus palabras lo decía todo, con su hija en su auto no tenía tiempo de bromas.
 
“Así, di eso cuando deje a tu amada hija sin ojos” una risa burlona fue lo último que salió de su boca cuando una bala fue puesta en su cerebro.
 
Que mala elección de palabras.
 
Todas las armas fueron apuntadas a el. Uno menos, faltan 15.
 
“Entonces, no quedaremos parados, o vamos a bailar” irónicamente estaba sonando Barbie Girl de fondo desde las bocinas de su auto.
 
La lluvia de balas fue descargada, corriendo se cubrió con su auto, no tuvo preocupación ya que estaba blindado, desde el costado disparó matando a otro de los cazarrecompensas.
 
Con un giro se levanta y descargó su cargador, mato a ocho, quedaban seis, corriendo, usando la culata de su arma golpeó la cara de uno, y con una patada lo tiró fuera del caminó, rápidamente se agachó bajo el lateral de otro de ellos, respondió con un gancho en el estómago seguido de un uppercut.
 
No tuvo tiempo de descanso, cuándo volvió a correr cuando una ráfaga de balas se apresuró por él, usando su arma como proyectil la lanzó dando en la cabeza del que le estaba disparando.
 
Se deslizó cuando otro se apresuró con una patada descendente, levantándose rápido bloqueo el puño lanzado, usando su fuerza lo atrajo hacía el é implantó un rodillazo en el plexo solar del caza recompensas.
 
Fue lanzando al suelo por una patada en su costado, los últimos tres cazarrecompensas, bueno esto sería más interesante, tronando su cuello, ellos se lanzaron, tomo el primero y lo empujó hacía atrás con un enganche, seguido golpeó la cara del segundo haciendo que este retrocediese por la fuerza del golpeó, el tercero casi corta su cara con una cuchilla.
 
“De esto va el juego, eh?” Desviando la cuchilla con su ante brazo, lanzó una patada a la rodilla, haciendo que perdiera el equilibrio tomo su mano la torció en un ángulo poco estético y uso su propia cuchilla como el método de su muerte.
Lo dejo caer para que se desangrara.
 
Uno de los últimos dos en pie se levantó y corrió a el. ‘Estúpido’ con una patada alta, lo único que escucho fue un tronido de los huesos del cuello al ser quebrados. Camino al último que estaba con la nariz rota y lo sujeto de su traje.
 
Con una mirada amenazante, su pregunta fue clara. “¿Quién te ha enviado” no recibió respuesta, le dio un derechazo, suspiro. “Preguntaré una vez más ¿Quién te ha enviado?” No obtuvo respuesta exasperado lo tiró al suelo.
 
Miro todo a su alrededor, sangre cuerpo, balas perdidas, tenía que irse antes de la policía llegará para la investigación.

Iba a comenzar su camino de regreso a su auto cuando algo llamo su atención, era un logo bordado a mano en el traje del tipo, uno que conoció bastante bien.

El logo a pesar de ser bordado se kiro de calidad mostrando lo que sería una, ¿Espada? Se mira de una forma anormal que no coincide con lo que normalmente se clasificaría como algo especializado en el caso de una espada.

Se arrodillado junto al hombre y lo miro a los ojos. “Dile al idiota rubio con creencias de rey ególatra que deje de buscarme, si no me tocará hacer esto mismo con todos a los que envié tras de mí” se levantó con seriedad en su mirada.

“Y dile que si se atreve a tocar a mi familia, no importará el lugar donde se esconda, o cuántos mandé a matarme, llegaré y lo partiré extremidad por extremidad, ahorra corre y díselo”. Con eso miro al pobre hombre moribundo levantarse cojeando y dirigirse a una de las camionetas.

Con esto resuelto volvió a su propia auto donde su hija estaba, abriendo la puerta y apagando la radio, la miro, había cumplido su promesa de mantenerse escondida.

“Hija ya no tienes que esconderte, papá ya se encargó de los malos” escuchando la voz de su padre Mordred se levantó rápidamente y lo abrazo fuertemente, sollozando el solo la pudo sostener.

“Tranquila, papá está bien, no dejaré que nada te suceda, de acuerdo?” Ella asintió mientras se aferraba al abrazo de su padre.

No sabían en qué se metían si trataban de lastimar a su hija.

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Y que tal, les pido que me digan que piensan respecto a este capítulo, y de la historia en general, saben que si lo han disfrutado les agradecería lo apoyaran con un voto.

Después de bastante tiempo volví y con ganas, no prometo que actualizaré seguido pero si que lo haré.

Esperó hayan disfrutado leyendo así como yo disfruté leyendo, sin nada más que decir, me despido para una próxima, chao chao.

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