Capítulo 1: Algeciras

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-¿Lista?
-Vamos a allá.

Los focos se apagan, cierro los ojos y respiro hondo, cogiendo fuerzas.
Veo cómo mi equipo se coloca en sus posiciones mientras comienzan a sonar los primeros acordes.
Cuento hasta tres en mi cabeza y comienzo a subir cada escalón que me lleva al escenario.
Aquella plaza ruge como nunca antes, y mi piel no puede contenerse a tanta emoción.
Los focos me enfocan a mí mientras comienzo a cantar avanzando despacio hacia el borde del escenario.

-Buenas noches, mi gente- grito, dando inicio a aquella noche que pintaba ser espectacular. -Echaba tanto de menos pisar mi tierra querida, mi Andalucía. Donde he sido tan intensamente feliz junto a vosotros.

La gente grita, eufórica. Y el concierto continúa.
Van pasando las canciones, una tras otra hasta que llega el final.
Me despido y bajo del escenario, otra noche más.

Camino hacia mi camerino entre felicitaciones de mi equipo, ha sido una noche inolvidable.
Entro en mi camerino y cojo el móvil, sonrío al ver la foto de mi pequeña, sonriente junto a su perrito de peluche. La echo tanto de menos.
Estar lejos de ella es lo que más difícil se me hace.
Entro en Whatsapp metiéndome en la conversación de Albert.
-Has estado increíble. ¿Cuándo vuelves?
-Mañana por la mañana salimos hacia Madrid. ¿Cómo está Lucía?
-Dormida, no dejaba de preguntar por ti. Te echa de menos. Y yo también.
-Dale un beso, mañana nos vemos.
-Hasta mañana, cariño. Te quiero.
-Hasta mañana Albert.
Dejo el móvil y suspiro. Esto se me está haciendo más duro de lo que esperaba. Sé que las separaciones no son nada fáciles pero con alguien como Albert lo son menos.
Seguimos viviendo juntos, por Lucía, porque además con la gira me viene bien que esté con ella en casa. Pero no hacemos vida de pareja desde hace meses. Aunque él sigue creyendo que podemos arreglarlo. Yo no. Ya no.

-¿Se puede?- dice mi hermano mientras abre despacio la puerta del camerino. -¿Cómo estás hermanita?
-Cansada- sonrío. -Necesito salir ya hacia Madrid.
-¿Cómo?- me interrumpe. -Pensaba que nos quedaríamos unos días aquí.
-Esa era mi intención pero no sé si tengo fuerzas para estar lejos de casa.
-Vamos, hermanita- se acerca a mí acariciándome la cara. -Estamos en Algeciras, en nuestra casa, te vendrá bien estar lejos de Madrid para desconectar. Además así podrás aclararte todas las ideas sobre tu divorcio.
-Ya, José, pero no sé...está la niña allí en casa.
-Y Lucía estará bien, está con su padre. Queda una semana para el próximo concierto. Quedémonos aquí, ya verás como volverás como nueva.

Suspiro, dándole la espalda.

-Está bien, pediré que traigan a Lucía.
-Ves, lo pasaremos en grande- sonríe. -Ademas, ya sé- dice entusiasmado. -Esta noche salimos tú y yo.
-No José, no.
-Que sí, ya verás. Además conozco un sitio increíble que estoy seguro de que te gustará.

Asiento, si hay algo que aprendí de todos estos años junto a mi hermano es que es imposible llevarle la contraria, y siempre, siempre, acabará convenciéndome.
Me cambio lo más rápido posible y salgo del camerino, al final ha convencido a todo el equipo para ir de fiesta esta noche.

Nos subimos al coche y salimos de la plaza de toros de Algeciras dirección a algún antro que conoce mi hermano.

La noche transcurre bien, el sitio es increíble, la terraza da a la playa y es espectacular.
Unas luces cálidas y una música tranquila de fondo ambientan el lugar, dando paz a la vez que se respiras el aroma del mar.
Estamos todos sentados alrededor de una especie de chill out.
-Ahora vuelvo chicos.
Todos asienten, ni siquiera se preguntan dónde voy ya que están más interesados en la anécdota que está contando mi hermano.
Doy un trago a mi copa y me levanto saliendo del local.
Me quito los tacones para caminar sobre la playa. Echaba tanto de menos sentir la arena húmeda rozando mis pies. Avanzo unos metros acercándome hacia la orilla y cierro los ojos. Me invade la paz y por primera vez, desde hace muchísimo tiempo, logro poner mi mente en blanco.

-Perdona, ¿fuego?- interrumpen.

Que bonito es quererte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora