Capítulo 1

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Los zapatos de Yibo producían un sonido fuerte con cada pisada que daba en el alabastro, su cabello rubio yacía rebelde como de costumbre con unas ondas por aquí y por haya. Su mirada azulina como el mismo cielo en vez de reflejar una simpatía eufórica, lo que te topabas cuando lo mirabas era una de pura irritación y molestia.

Como era de esperarse barría con tan sólo la mirada a todo ser que se interponía en su maldito camino hacia la universidad. Su jodida alarma no habia sonado y como consecuencia esta misma había dado a parar en la pared de su cuarto.

Cuanto odiaba llegar tarde a clases.

Juro que ese dia no seria para nada bueno, ya que desde que se levantó solo putadas le han pasado, comenzando con su maldita alarma, con el café que derramó en sus hojas de trabajo, el jodido perro del vecino arruino sus bonitas plantas, un
maldito Alfa en celo trató de tocarle el culo y ahora llegando tarde ha clases justo en el receso.

Perfecto.

Solo rogaba que su aroma no se haya incrementado por la caminada rápida que está haciendo, aunque al pisar la cafetería donde siempre tomaba su café con leche, gruñó por la excesiva atención que recibía por su olor.

Ser un Omega era muy jodido. Toda esa mierda de feromonas, celo, lubricante y sumisión le desagradaba. Había deseado ser un fuerte Alfa, pero lamentablemente no todas las cosas que deseamos se hacen realidad, por tal razón fue presentado como Omega a los quince años.

Con el entrecejo fruncido Yibo compro su respectivo aperitivo por supuesto junto a su café con leche. Mientras se sentaba en la mesa más apartada de los demás puestos que yacían ocupados por el resto de los estudiantes.

Yibo es considerado una persona libre de decidir si quiere ser parte de cierto grupo o no, por que era de esos indecisos que no le agrada ni le gusta ser agradable con nadie. Por eso que su círculo amistoso se reduce a dos: Su mascota que era un conejo y Song Ji Yang, aunque de este último no tanto ya que llevaba cuatro meses de conocerlo.

Ser un león omega macho tenía sus ventajas y a la misma vez su desventaja. La mayoría del tiempo le gusta dormir, sentir la calidez de su cama era una de las cosas más maravillosas para él. Por consiguiente, también le encanta comer mucho y mantener su estómago satisfecho que es su medicina para no rugirle hasta a las piedras, y el hecho de ser el depredador más grande de la universidad le atribuía cierto estatus que nadie se atrevía a desafiar. Era casi como el Rey león, aunque pareciese más Scarh que mufasa o zimba. Todo eso era la supuestamente ventaja.

Por que por otro lado no quería siquiera pensar en las desventajas.

Un gruñido de advertencia vibró profundo en su pecho cuando cierto chico de baja estatura se digno en interrumpir su sagrado momento de comer. Cuanto deseo encajar sus filosos colmillos en su cuello para destrozarlo, total con alguien tenía que despojar su actitud de mierda.

- ¿Cuantas veces quieres que te repita, que no me gusta que me jodan cuando estoy comiendo? Song - rugió Yibo recibiéndolo con una mirada fría.

Ji Yang. Acostumbrado a la actitud de ese leoncillo solo se atrevió ha alzar las manos indefenso, ya que, si lo contradecía, posiblemente terminaría como el tonto Alfa que trató de doblegar a Yibo el día anterior. De tan solo recordarlo su cuerpo se estremeció. Yibo le había roto dos costillas y fracturado el brazo izquierdo.

Pobre tipo.

Una vez Yibo haya terminado y disfrutado del último bocado de su merienda, Ji Yang de atrevió a saludarlo con una amigable sonrisa, una que ni siquiera recibió de regreso. Pero qué va, ya se habia resignado, Yibo era todo un hueso duró
de roer.

𝘛𝘰𝘯𝘵𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰 - (Adaptación) «Zhanyi» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora