Capítulo 3

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Yibo sabia que algo andaba mal con él desde hace aproximadamente una semana. Y sabía por un carajo que era, su estúpido celo estaba cerca, muy cerca, más que cerca.

Y ahora mismo lo confirmaba.

Su cuerpo entero estaba sumergido en la tina con agua fresca para aliviar el calor abrazador que lo cubría por completo. Su piel sonrojada esta más que sensible y ante cualquier toque gemía de impotencia, su parte trasera no a dejado de lubricar en preparación para la persona que lo tomaría.

Y no quería eso, no quería a cualquier persona. Quería a Xiao Zhan con él, a su pareja, a su bebé grandote.

Lágrimas escurrieron de sus ojos al darse cuenta de que estaba completamente sólo, sin compañía alguna, sin el aroma a colonia de bebé en su cuerpo, sin Zhan.

Quería a Zhan.

No quería pasar su celo sólo, anhelaba sentirse mimado y consentido, pero a la misma vez quería que lo follaran duro contra las cerámicas en ese justo momento. Por eso es que odiaba tanto sus celos, eran una completa puta que le exigía ser follado por un ser dominante que lo doblegara y le dejara en claro cual era su jodido lugar.

Ah, su león inmoral deseaba tanto un nudo para poder jugar

Lloró dramático mientras se echaba más agua fría con una esponja de patito amarillo que su bebé grandote le habia obsequiado, para aliviar el calor que iba en aumento, y de tan sólo recordar a su bello humano lloriqueo más por las ganas de tenerlo y de no poder tenerlo ahí.

No quería que lo viera en esas condiciones, tan vulnerable y sumiso. Además, era imposible que Zhan soportara uno de sus intensos celos, él era un simple humano que no contaba con un nudo como los Alfas y nunca podría anudarlo y mucho menos marcarlo. Y él todo necesitado sabía que no dejaría ni quiera descansar a Xiao si este decidía ayudarlo, no hasta que lo preñara.

Quería el semen de Zhan. Anhelaba sus bebés que de seguro saldrían tan bellos como su padre humano.

Calló su llanto cuando el insistente sonido del timbre no dejaba que se desahogara como quería, este era su momento de maldecir y fantasear con la perfecta polla de su pareja que no tendrá en su culo para ese dia. Una vez llego hasta la puerta acomodó bien una camisa blanca antes de abrir la puerta, pero soltó un gruñido cuando escuchó de nuevo el sonido insoportable

- ¿Que puta quieres? - rugió mientras abrió la puerta de golpe, encontrándose con Xiao del otro lado, y más lubricante escurrió de su parte intima - Zhan.

Ambas de sus piernas se debilitaron, y más de sus feromonas inundaron completamente todo el departamento, hasta pudo asegurar ante la potente excitación que le surgió que su aroma a celo a llegado hasta los extremos del último piso logrando que los Alfas inquilinos lo detectaran. Por eso tenia que encerrarse de inmediato sino quería ser tomado por alguien que no sea Zhan, y él al ser humano y no contar con feromonas para neutralizar para marcar territorio era mucho más peligroso estar aún ahí de pie con la puerta abierta.

Pero el tacto suave e intimo de una mano de Xiao en su mejilla sonrojada, logro olvidar el posible peligro que los acechaban. Ahí de pie con el olor a colonia de bebé de Zhan y con el calor corporal que siempre emanaba logro calmar su
desolación, pero aumento más las ganas de ser follado en la entrada de su departamento.

Xiao tenia que irse.

-Gege, mi hermoso y bello gege- Xiao lo arrullo como a un pequeño leoncillo como lo hacia su madre leona. Tan amoroso como de costumbre. -No fuiste a clases gege, yo me preocupé mucho y quise venir a verte.

-No puedes estar aquí Zhan, no ahora-Yibo negó con su cabeza, pero también se negó a dejar ir a Xiao. ¿Tan contradictorio ¿No? Su mente decía una cosa, pero su cuerpo expresaba otra.

𝘛𝘰𝘯𝘵𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘰 - (Adaptación) «Zhanyi» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora