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Farfadox cruzo parte de su infancia en aquel gremio, de a poco y con los años, fue olvidando aquel pasado en la iglesia y su fuga, incluso de los pocos lazos. Comenzó a dedicarse a su día día. Cumpliendo con sus deberes como mensajero de los caballeros. Su responsabilidad era mas compleja de lo que suena. Vivía saliendo y entrando del reino con múltiples mensajes de guerra por aquí y por acá.  Solía mantener en comunicado contante los cuarteles ubicados entro del reino, incluso en varias ocasiones se encontró cara a cara con la burguesía para comentar ciertos pensamientos por escrito de sus superiores en el gremio. Por ahora era algo simple, pero cansador sin saber montar un caballo y sin ser escoltado. El era tan solo un joven de 12 años, a la intemperie de ir de aquí a allá.

El de tez oscura era sumamente callado y observador en todo sentido, con todos se dirigía con respeto, haciendo todo tal como dictaban y ordenaba con tal de no resaltar mucho. En su tiempo libre solía observar los campos de entrenamientos. Siempre había un grupo de jóvenes, aún que estos eran 3 o 4 años mayores que el, entrenaban entre risas pero a la vez de forma sería y determinada. Por el bien de los muchachos las espadas que utilizaban eran de madera y además solían practicar más que nada la defensiva.  Apoyado sobre el cerco de madera siempre miraba vacío ante los pares en la lejanía. Analizando cada movimiento muscular para aprender de ello. Como mensajero tenía múltiples restricciones con la experiencia práctica de la lucha. Cosa que aún que no entendía las limitaciones, las aceptaba igual. No era quien para quejarse de sus superiores.

Pero en secreto y con una espada de madera hecha a mano por el, empezó a practicar débiles técnicas con la espada que de a poco fue refinando de forma personalizada a su delgado cuerpo. Cómo no solía entrenar su cuerpo no era fornido, por lo cual daba a simple vista un cuerpo delicado y suave, fácil de corromper de alguna forma, pero en el lapso de 3 años de mensajero sus piernas estaban más que entrenadas. Eran demasiadas resistentes con tan solo su edad, eso le daba demasiada ventaja en una batalla cuerpo a cuerpo, ya que su velocidad y resistencia serían mucho más duraderas. Farfadox tenía más que en cuenta esto y lo aprovechaba al máximo, aún que no tenía una fuerza bruta descomunal, si tenía gran habilidad. Y pensar que haber practicado por meses daría su fruto en su primer combate.

Una mañana salió del gremio con destino al reino una vez más, parecía que por lo que se comentaba se aproximaba una guerra entre países y el reino de Oblivion no tenía intenciones de participar en ella, o mejor dicho el Gremio no pensaba que una guerra sea conveniente para el reino, por ello Farfadox se encontraba en camino a llevar demasiadas cartas y pergaminos de sus superiores. En mitad de caminata alrededor de 6 hombres lo emboscaron con intención de robar lo que fuera que llevase encima, para su preferencia monedas de oro, pero esto no sorprendió al joven, es más una sonrisa de satisfacción se poso en el rostro del de tez oscura mientras desenfunda una espada de hierro bastante común. Resulta que se la entrego un difunto anciano caballero. Fue este quien lo recogió en el gremio y lo entreno como un buen mensajero. Al traspaso del tiempo el anciano le llevaba suministros a su choza con tal de que sus experiencias sean escuchadas. Mientras Farfa acaricia sus estómago relleno de satisfacción el mayor de edad cuenta sus anécdotas de guerra. Esto era escuchado con suma atención del farfano en busca de teoría de batalla y hacer sentir bien a quien lo cuido todo este tiempo. Admite que creo un lazo platónico con el y eso lo apreciaba mucho.

Gracias a el anciano, Farfadox poseía una espada de hierro que apreciaba lo suficiente para no utilizarla todos estos años por respeto de la muerte de quién lo cuido desde su llegada a gremio. No lloro tras recibir las noticias, ninguna lágrima fue desecha de sus cuencas tras escuchar " quien te cuidaba falleció en batalla, espero que lo entiendas ". Eso no sabía si lo hacía sentir como un niño bueno o malo. Pero si, se sintió culpable por no llorar. Después de eso oculto la espada y rezo todas las noches por el anciano quien todo el tiempo lo llamo "abuelo".

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2022 ⏰

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Plebe. | FarfaRich. HiatusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora