City | Bellice

Capitulo 7

Fue unas horas después cuando llegué a la puerta del apartamento de Nikki. Podía escuchar el débil sonido de las voces desde adentro, pero eso no significaba mucho: vivía con dos compañeros de cuarto, que casi nunca estaban sin compañía. Llamé, no es que realmente lo necesitara. Había tenido una llave de este lugar durante años, pero no iba a entrometerme, si Nikki quería espacio, entonces eso sería lo que obtendría.

La más joven de sus compañeros de cuarto abrió la puerta, luciendo un poco sorprendida de verme. "Oye, Bella. ¿Olvidaste tu llave o algo así?" Entonces, claramente no le había dicho a Andrew que algo había pasado entre nosotras.

"Algo así. ¿Está ella aquí?"

"Sí. En su habitación. Adelante". Se hizo a un lado y me hizo pasar adentro, y le sonreí a su otra compañera de cuarto, Laura, y los otros tres se sentaron en el sofá cuando pasé. Conocía este apartamento tan bien como el mío, y me detuve solo brevemente antes de llamar a la puerta del dormitorio de Nikki, no quería que ninguno de los demás sospechara que algo estaba pasando.

"¡Está abierto!" Me armé de valor antes de abrir la puerta de un empujón, sin sorprenderme al ver a mi amiga tirada en su cama, con la ropa esparcida por todas partes, la música sonando en voz baja a través de los parlantes en una esquina de la habitación. "Bella. Oye. Pensé que me estabas evitando". Una de las cosas que más me gustaban de Nikki era su franqueza y el hecho de que siempre decía lo que tenía en mente.

Bueno, casi siempre, al parecer.

" pensé que no querrías verme por un tiempo". Respondí, honestamente, mientras cerraba la puerta detrás de mí y me apoyaba en ella. Se incorporó, cruzó las piernas y me hizo un gesto para que me sentara frente a ella. Lo hice, consolándome de estar en un entorno tan familiar.

"Mierda. ¿Cuánto tiempo hace que nos conocemos?" Me encogí de hombros. Realmente no podía decir exactamente cuándo nos hicimos amigas, había sido después de la primera vez que nos acostamos cuando empezamos a hablar. Nos encontramos en el mismo bar una semana después, y ella vino y se paró a mi lado, y entabló una conversación al azar. Y el resto, como dicen, fue historia. "¿Y cuántas veces no he querido hablar contigo?"

"Esto es un poco diferente a tener una discusión sobre quién es la chica más sexy del club".

"Bueno, supongo. Pero sigues siendo mi amiga, Bella. No quiero que eso cambie. Sabía que no sentías lo mismo, siempre lo he sabido. Por eso no te lo dije de inmediato. No quería hacer las cosas incómodas. Pero ahora que está ahí, no quiero que las cosas cambien. Entonces, ¿podemos fingir que esto nunca sucedió? ¿Por favor? "

La expresión de súplica en su rostro me hizo pensar que esto la estaba afectando más de lo que dejaba ver, y prometí que no haría que esto fuera más difícil para ella de lo que ya sería. Y eso significaba que el tema de Alice tendría que estar fuera de los límites, porque no confiaba en mí misma para dejar entrever cuánto me estaba empezando a preocupar por ella.

"Considéralo olvidado," respondí, una sonrisa viniendo fácilmente a mis labios ante su sonrisa.

"Excelente. Entonces, ¿quieres salir?" Y, así como así, supe que las cosas entre nosotras iban a estar bien.

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"¿Por qué acepté esto? ¿Por qué, por qué, por qué ? Fue una idea estúpida, y yo soy una idi -" El sonido del timbre de mi puerta me interrumpió en medio de una perorata, y maldije en voz baja por el ruido. Porque solo podía significar una cosa: el día C había llegado.

C significa cita, por supuesto.

No es que Alice hubiera dicho que era una cita, pero la inflexión en sus palabras cuando me preguntó, la seguridad de que solo iríamos como amigas, eso me hizo pensar que lo era. O al menos, que así saldría.