City | Bellice

Capitulo 5

"¿Podemos por favor no hacer esto ahora?" No sé qué expresión había en mi rostro, pero imaginé que no podía ser una buena – el peso de las palabras de Alice estaba empezando a golpearme, las implicaciones me hacían querer dormir por mucho, mucho tiempo. .

"Estoy preocupada por ti, Bella".

"¿Qué?" Suspiré, dándome cuenta de que no podía simplemente correr hacia las escaleras de mi edificio, ella definitivamente me alcanzaría.

"Escuchaste. No querías tener nada que ver con esa chica el otro día. Ahora, ¿qué vas a salir a dar paseos románticos a la luz de la luna?"

"No. No. No fue así. Ella solo... Tenía que explicar algunas cosas. Solo déjalo. Por favor ".

"Pero yo - "

" ¡ No !" Levanté una mano para silenciarla, mis ojos brillaban con esa ira peligrosa que a veces salía a la superficie cuando estaba realmente enojada. Como ahora, por ejemplo.

Soñolienta y estresada, Bella estaba de mal humor, de acuerdo.

"Jesús, cálmate". La fulminé con la mirada y ella levantó las manos en un gesto de disculpa. "Está bien, lo siento. Y lo dejaré pasar... Por ahora".

"Gracias", dije, mientras pasaba junto a ella, acercándome sutilmente a la entrada del edificio, y rezando para que no pidiera entrar y hablar.

"¿Quieres que te acompañe?"

maldita sea

"No, estoy bien. De hecho, estoy planeando ir directamente a la cama y dormir... Te llamaré mañana, ¿sí? Y podemos salir a tomar unas copas o algo así". Me sentí un poco mal por alejarla, especialmente cuando ella siempre estaba ahí para mí, pero si no dormía pronto, iba a matar a alguien. Había sido bastante difícil de encontrar el sueño últimamente.

"Está bien. Nos vemos entonces". Una breve mirada de decepción cruzó por su rostro, la última expresión que vi antes de darme la vuelta. Me acosté completamente vestida, sin la voluntad ni la energía para cambiarme y ponerme el pijama, y ​​abracé la inconsciencia felizmente, contenta de que me aliviaría de mis pensamientos, aunque solo fuera por un rato.

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"Hay una cosa sobre la que tengo curiosidad... Esa carta que me dejaste. Realmente nunca te ibas a ir, ¿verdad?" Ella sonrió y vi que algo de su carácter alegre y juguetón volvía a ella en ese momento, un destello de la persona que solía conocer.

Fue dos días después, y estábamos en mi apartamento, charlando sobre cosas sin sentido. Bueno, hasta que logré dirigirlo a asuntos más urgentes.

"Nop. Pero sabía que si decía que solo tendrías que reunirte conmigo una vez, estarías más inclinada a reunirte conmigo".

Últimamente me hablaba más y más en el trabajo y, para mi sorpresa, no había sido una tarea demasiado pesada. Rápidamente recordé por qué habíamos sido tan buenas amigas, hace tanto tiempo.

"Entonces, ¿mentiste?"

"Yo... lo mejor para ti era que mintiera. Pero sí, si quieres verlo así, entonces lo hice".

"Bueno, entonces, creo que por eso, me debes algo." Había estado trabajando en esto durante un tiempo, desesperada por saber más sobre por qué estaba aquí y, lo que es más importante, sola.

"Bueno, eso depende de lo que te debo exactamente". Era evidente que desconfiaba, pero supuse que era ahora o nunca.

"Quiero saber qué pasó entre tú y tu familia". Ella no dijo nada durante mucho tiempo, sus ojos encontraron la ventana, pero me quedé callada y esperé, tan pacientemente como pude.