1. Pastel de calabaza.

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Se vistió con apuro, mientras maldecía porque había descansado mal, una simple remera, campera verde oliva y un pantalón bastaron, salió a la calle, estaba nublado y atestado de gente que ni se molestó en mirar.

Tenía que desayunar algo o de lo contrario se iba a descompensar, su carrera lo consumía y nada era lo que se había imaginado. Ingresó a la cafetería que se ubicaba frente a su universidad. Edward revisó sus bolsillos, tenía apenas unos pocos dólares, debía conseguir otro trabajo.

Se acercó a la barra. En ella se apoyaba un joven de pelo negro, parecía de su misma edad, unos 20 y tantos. El chico lo miró, azules, unos intensos ojos azules y una mandíbula muy envidiable.

-¿Me escuchas? -Un empleado le habló.

-Eh si, perdón.

-¿Qué va a pedir? -el señor parecía molesto.

-Ah, si. Un café y...-miro una porción de pastel de calabaza, se veía buena-uhm ese pedazo de pastel.

-Disculpe. Ya no queda pastel, puedo ofrecerte una...

-Pero si lo veo, ahí está -señaló Edward.

-Yo ordené el pastel de calabaza, pero te lo cedo. -interrumpió alguien.

Nashton se giró para ver al ojiazul que parecía haberlo escuchado, estaba más cerca.

-No, no, pediré otra cosa -se negó Edward.

-Insisto -dijo juntando sus manos.

Edward iba a aceptar. De verdad estaba muy antojado de ese pastel.

-Pueden compartir y dejar de hacerme perder el tiempo -vociferó el trabajador.

-Eso servirá.

Dio un sorbo a su café, lo disfrutó y luego pasó a su porción de pastel, lo habían cortado a la mitad y con un tenedor probó. Fue una decepción, no estaba feo, pero tampoco exquisito.

Le dio una mirada de reojo al pelinegro, no sé aguantó la risa cuando vio su cara de desilusión.

-Lo siento -se disculpó cuando recuperó la compostura-Veo que te pasó lo mismo que a mí.

-No es gracioso -estaba serio, pero un momento después soltó una carcajada-Soy Bruce Wayne, estudio derecho cerca de aquí.

-Edward Nashton, estoy estudiando criminología.

Bruce le sonrió.

-Eddie, ¿te apuntas a comer un buen pastel de calabaza? -se levantó, dejando dinero-Invito yo.

Edward pasó saliva, al darse cuenta de que estaba observando con detalle a Bruce, jamás se había sentido fascinado por el atractivo de un hombre, ¿pero qué significaba eso?

-Vamos.

Salieron de ahí, se había despejado y el sol le calentó la cara. Consiguieron un buen pastel y lo probaron en un parque. Conoció más sobre Bruce ahí, venía de Gotham, quería tomarse un descanso de su ciudad natal y estudiar en otro lado, Nashton le preguntó si era muy inseguro.

-Bastante -respondió Wayne-, cuando era un niño fuimos asaltados por un tipo, casi nos dispara, creo que se arrepintió.

Por lo que podía ver, Bruce tenía una buena familia. Edward por su parte, se había quedado huérfano.

***

Un mes después Edward y Bruce alquilaron un departamento. El tiempo corría, la amistad entre ellos crecía, se ayudaban con sus estudios, las cosas eran mejor así. Salían a fiestas. Bruce lo sacaba a bailar y aunque Edward se resistiera, terminaba sucumbiendo y se unía. Las personas siempre se fascinaban por Bruce y Nashton podía entender, su amigo era muy atractivo y sociable, él mismo era cautivado por el pelinegro, pero era solo admiración. Bruce sin embargo no parecía interesarse en nadie.

fake boyfriends » riddlebat +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora