Capitulo 6: Una chica solitaria

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Al mismo tiempo de la verdad revelada a a Praxis y Zin sobre los problemas que conllevaron a la guerra de los cielos y la reencarnación de aquellos destructores, Aftermoon estaba viviendo un alta tasa de delitos, entre asesinatos, secuestros, robos, todo en un lapso corto de una semana, justo después de la graduación de la nueva generación de mensajeros; Ming entendió la preocupación de su abuelo por la decisión tomada de sus compañeros de ir a Xicamor, y notó la influencia que tenían al mundo a pesar de que no eran conocidos públicamente, pero no tenía tiempo para pensarlo, solo tenía en mente la búsqueda del Demonio de las artes, el hecho de solo pensar en él hacía que desprendiera un aura de ira y furia, que llenaba cualquier sitio y lugar de un panorama de miedo, peligro y amenaza por parte de la joven, eso fue lo que pasó cuando estuvo en la ciudad régimen, haciendo que los ciudadanos tuvieran pavor de verla a pesar de que ella ayudara, lo que los calmaba para confiar en ella era el gatito Kuro, pues cada vez que ella se acercaba a un desconocido trataban a kuro casi como una persona en sí con amor y hasta tributo teniendo respeto al animal que acompañaba a Ming.

En toda su vida Ming no sabía que era realmente una amistad o algo cercano a ello, pues sus compañeros jamás la vieron como alguien con quien hablar por ser bisnieta del gran sabio e hija de uno de los más grandes y reconocidos mensajeros de Preya, dado que ella no fuera la excepción y tenía que dar ejemplo y no romper las expectativas creadas por la presión social, siendo así una chica concentrada en lo suyo pero sin ser capaz de mantener una amistad verdadera y huérfana, ya que su madre murió a los pocos días de dar a luz y su padre que cayó con honor en la guerra; fue extraño para ella el trato de humildad y sencillez de parte de los ciudadanos de aquel lugar gracias a ese amigo peludo de su hombro.

- ¿Qué eres realmente Kuro? - mientras veía al gato lamiendo su pata derecha - todo el mundo te respeta y quiere, pero solo eres un animal que no tiene razonamiento, esto no tiene nada de lógica

Y acarició con cariño bajo la oreja a su acompañante de cuatro patas, mientras recorría la parte ya arreglada de la ciudad, pues gracias a ella lo que sería un trabajo de 3 días se volvió 7 horas de obras, pues ella sin ayuda de nadie movía los implementos y hasta estructuras completas a los lugares correspondientes. Una vez visto que todo estaba en orden se despidió con cariño de la gente y en la estación de trenes antes de partir unos cuantos niños no más de 10 años llegaron con una bolsa que traía comida y varios snacks, con unas cuantas cartas de agradecimiento y algunas declaraciones de unos cuantos y allí luego de esperar otro tren bala, al buscar a subirse para ir a la capital del país, Kuro se bajó de su hombro y le agarro un pie con la pata con una fuerza tan increíble que Ming no podía moverse.

- ¿Pero que demonios? - mientras veía a Kuro que estaba callado - ¡¡Suéltame!!, ¿No ves que tengo que subirme?

Pero ella terminando de decir cuándo el tren tomó nuevamente carrera, viendo solo su perfil a lo lejos a la velocidad de 500km/h, y allí Kuro la soltó y volvió a subirse a su hombro.

- ¿Qué es lo que haces gato estúpido?, Acabo de perder mi tren ahora tendré que esperar unas horas para poder seguir.

Los niños que estaban aún allí se rieron de la muchacha

- Señorita - dijo una niña agarrando de un borde de la franela de Ming - Kuro la puede llevar a la capital, él es muy rápido.

- Es solo un gato - respondió a la niña - pero - pensó -, ¿cómo hizo para detenerme con tanta fuerza en ese momento?

- claro que es un gato - dijo un niño algo explosivo de personalidad - ellos son rápidos y curiosos, muy ágiles, nunca he podido atrapar a Kuro ni a Shiro que siempre están con aquella señora amable, son muy rápidos, una vez ellos fueron a la capital en 10 minutos y regresaron.

La Guerra de los cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora