PARTE CINCO.

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Era Navidad cuando Mina pídió su segundo deseo

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Era Navidad cuando Mina pídió su segundo deseo.

Su familia estaba en la sala, ella salió a tomar aire en la terraza y sacó su celular. Después de unos segundos el rostro sonriente y sonrojado de Nayeon estaba frente a ella.

- Estás borracha.- rió Mina.

- Un poco, pero aún así te extraño.

Hace unas dos semanas no se veían, Mina había viajado a Japón por las fechas, Nayeon se quedó en Corea.

Mina recordó el consejo que su amiga Dahyun había dicho; a veces somos demasiado ciegos, a veces estamos demasiado asustados, pero al fin de cuentas siempre encontraremos el camino correcto sí nos permitimos ser un poco rebeldes y no seguir lo que los demás esperan.

- ¿Algún deseo para estas navidades? - preguntó Nayeon.

- ¿Debería pedir uno?

- En días como estos ocurren milagros.

Mina sonrió al mismo tiempo que Nayeon, esa sonrisa de dientes frontales, esa sonrisa soñadora y tan hermosa como el verano. Mina quería llorar.

- ¿Ocurre algo? - Nayeon lo notaría, por supuesto.

- Es sólo... no lo sé, Nay, te extraño bastante. El único deseo que quiero es que estés aquí.

- Aguarda unos minutos, el taxi está por llegar.

- ¿Qué?

Pero Nayeon finalizó la llamada.

Y sí, después de cinco minutos Mina tuvo su deseo, Nayeon tampoco soportaba la idea de estar lejos de ella.

- Tus deseos siempre serán cumplidos, esperaré impaciente a ver qué querrás la próxima.

- Eres una idiota.

- Me amas así, yo también a ti, ¿recuerdas? Tenemos eso en común.

Mina la abrazó.

Mina la abrazó

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