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Llegó un punto en el que la monotonía se apoderó de su vida. No sabía cuantas horas pasaba haciendo algo que no fuese ir a terapia o encerrarse en su cuarto hasta quedarse dormido.

A veces se le olvidaban las tareas básicas como comer, o siquiera ocuparse de su propia higiene personal.

Ganyu y Keching eran sus apoyos en esos momentos, y aunque las dos se mostraban comprensivas y no le presionaban para que volviese a su vida de antes, él seguía sintiéndose incómodo con la situación.

Ya no era un niño, y aún así era tan fácil quedarse entre los brazos de su hermana mayor, dejar que le trajese de comer y que le cuente cosas con ese tono de voz tan cálido y suave.

Keching también era más suave con él, aunque ni ella misma pareciese darse cuenta. Le cocinaba cuando Ganyu no estaba, también pasaba por su cuarto cuando estaba limpiando en sus días libres.

A veces, cuando Xiao estaba en sus peores días y ya no podía mantener esa máscara invulnerable, ella le escuchaba con paciencia y dejaba que se desahogase. Era cierto que no era algo muy ocurrente, pero aun así pasaba de vez en cuando.

Keching fue también la que le habló de un taller de dibujo que había cerca de su oficina, y le ofreció poder llevarlo y recogerlo porque sus horarios de trabajo se lo permitían. Por más que trató de hacerlo pasar por una casualidad y tratar el tema con desdén, Xiao supo que seguramente se había pasado horas buscando el mejor lugar para proponerle un buen pasatiempo.

Antes de todo Xiao adoraba dibujar, y debía admitir que se le daba bien. Se enfocaba sobretodo en paisajes, distintos lugares que plasmaba con acuarelas sobre su sketchbook.

En ciertas ocasiones hacía trabajos más grandes, algunas de sus pinturas se encontraban esparcidas por la casa; Ganyu adoraba colocar sus obras por las paredes, diciendo que para ella no habría mejor pintor que su hermano.

Ella también fue quien financió gran parte de sus materiales de dibujo cuando era más pequeño, incluso cuando el dinero escaseaba y tenía que quedarse hasta tarde haciendo trabajos extras.

Antes del accidente, Xiao tenía su propio trabajo a medio tiempo. No era un lugar fijo, ni mucho menos, después de todo el chico seguía estudiando y estaba enfocado sobretodo en eso.

Ahora que no se dedicaba a hacer nada, por el momento, el prospecto de tener algo nuevo en su rutina era agradable. Aunque también le dejaba ansioso.

Aun así, cuando pisó el taller por primera vez, con sus materiales de dibujo en la mochila, y el móvil con el chat de Ganyu abierto; supo que tenía que agradecerle a Keching esto.

Y si la mujer tuvo que ocultar su sonrisa con una mano cuando Xiao le trajo un dibujo de ella y Ganyu, es algo que se quedó entre ellos dos.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2022 ⏰

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