🪁 MI NIÑEZ: 🪁

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Mi niñez fue una época para nada alegre, desde muy pequeño mi padre me enseñó a armar y a desarmar un arma.

A las 7 años mi padre me enseñó a defenderme y a pelear, prácticabamos todos los días en un máximo de dos horas o hasta que me lastime o que el se lastime.

- ¿Estás bien?- dijo mi padre ayudando a levantarme.
- Si padre.
- Mira eso.- dijo señalando mis rodillas.- Te cortaste.
- Lo siento padre..., No volverá a pa...
- Jayden, no digas nada ni pidas perdón al contrario esas marcas...- dijo limpiando la herida.- son marcas de todo el arduo trabajo que haces en nuestros entrenamientos, así que siéntete orgulloso de estás marcas.
- Si padre.
- Bien ahora repite todo el ejercicio de nuevo..., Ahora espero que lo hagas bien.

Y cada vez que fallaba en algo, el castigo era lo peor.

- Terminaste muy tarde..., Tu tiempo anterior fue perfecto.- dijo molesto.
- Lo siento padre, el circuito estuvo difícil está vez, lo haré mejor la próxima vez.
- ¡NO!, ¡LLEVAS DICIENDO ESO VARIOS DIAS SEGUIDOS!- dijo dándome un puñetazo directo en la cara.
- llorando.- LO SIENTO..., NO VOLVERÁ A PASAR.
- No te creó...- Aún golpeándome.- ¡ERES UN MALDITO NIÑO MENTIROSO!

Ir a la escuela con las marcas de los castigos que recibía por parte de mi padre era lo peor no saben las mentiras que me tenía que inventar para salvarme de ir a la dirección del director.

- Buenos días Diana, que linda te ves.
- Buenos días maestra, gracias
- Buenos días Carlos.
- Hola maestra.
- Buen..., ¿Jayden?, ¿Cariño qué te pasó?- Dijo la maestra arrodillándose a mi altura.
- Nada maestra..., Estoy bien.- dije cubriendo mi ojo derecho con mi cabello.
- Cariño estoy viendo cómo tienes tu ojito y tú labio, respóndeme algo ¿Tú padre sigue haciéndote daño?
Asentí con la cabeza.
La maestra me abrazo y recuerdo que en el oído me dijo...
- Desearía poder hacer algo por tí mi vida.

Un día volviendo de la escuela, al llegar a casa ocurrió algo que no me imaginaba.

- Debes dejar que le hablé...- dijo viéndose interrumpida por mi que entre a la casa de sorpresa.
- Hijo.- dijo mi padre sin mostrar su coraje por la situación presente.
- Padre, regrese de la escuela.- dije nervioso.
- Excelente hijo..., Cómo puedes ver maestra a venido a conversar conmigo.
- Si padre..., Los dejaré seguir conversando.
- Bien..., Ve a tu habitación y no quiero verte hasta que yo te llamé.
- Si padre.- dije dirigiendo me a mi habitación.

Al entrar a mi habitación y cerrar mi puerta pude escuchar un poco de lo que hablaban en la sala.

- Es un niño hermo...
- ¿A qué has venido?
- Creo que sabes exactamente a lo que he  venido.
- Pues sea a lo que hayas venido..., No me vas a quitar al niño..., Paula.
- Y ¿Tú si debías quitarme lo a mi cuando apenas había nacido?, ¡ES MI HIJO!

*En la sala.*

- Sí.., Será tu hijo pero no hubiera sido el hombrecito que es hoy sí no fuera por mi, lo he educado mejor que nadie.
- Sí educarlo bien significa mandarlo a la escuela con un moretón o con alguna cortada en los labios..., ¿Que educación es esa?
- Vete ya Paula..., Lo que sea que quieras no lo conseguirás.
- Pero Gabriel..., Déjame verlo una última vez, no le diré quién soy o que soy de el pero déjame verlo déjame conocerlo.
- Bien haremos esto...
- Escucho...
- Te daré la oportunidad de conocerlo y de pasar tiempo con él pero..., Deberá continuar sus entrenamientos conmigo.
- Por supuesto.
- Bien..., Lo llamaré.

Mientras en mi cuarto yo me escondía en mi closet con mi peluche favorito.

- Jayden...
- Si padre...- dije parando me derecho.
- Baja porfavor..., Hay alguien que quiero presentarte.
- Enseguida.

El poder de una mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora