¿Cómo casarse con un interesado? ➻ Mewgulf.

Paso 2.

Paso 2; Una vez encontrado el objetivo acercate a él sigilosamente y hazle saber tu posición económica.

Hacerle saber a Gulf mi posición económica no fue difícil en absoluto. Bastó con una mirada a mi persona para que él mismo se diera cuenta de que era un hombre favorecido con respecto al dinero. Sus ojos brillaron cuando le conté a que me dedicaba y lo muy bien que me iba.

Él también me había comentado un poco de su trabajo y de su vida. Pero había sido bastante tacaño con los detalles, por lo que solo me quedó hacerme una idea de lo mal que la estaba pasando en ése momento.

Esa noche me marché de aquel lugar con una sonrisa enorme de oreja a oreja. Antes de irme había pedido su número telefónico y él había accedido a darmelo. Y desde el día siguiente no hubo día en que no nos escribieramos para preguntarnos cualquier cosa trivial. Yo contestaba cuando podía, porque mi trabajo no me permitía estar pegado al teléfono todo el tiempo, pero él, muy por el contrario, tardaba solo segundos en contestar mis mensajes.

Fue esa misma semana cuando me solicitó trabajar conmigo, dado que el lugar donde estaba trabajando le habían negado la petición de incremento de sueldo, y yo accedí a tenerlo en mi empresa. Pero lo quería cerca de mí. Tan cerca que pudiera verlo todo el tiempo, por lo que le di el puesto de mi secretario personal.

Aquello me dió la oportunidad de abrirme con más confianza a él y que me conociera como realmente soy. Dejé que me acompañara a los eventos de caridad y donaciones para los más necesitados y también pedí su ayuda en muchas ocasiones para que pudiera sentir cuan importante y valiosa era una persona como él. Para que sus ojos pudieran ver que yo era más que una simple billetera llena de dinero.

Y si soy sincero, él me había sorprendido completamente cuando se mostró ante mí como era realmente, y lo mejor en todo aquello era que él mismo no tenía ni idea de que lo hacía. Lo hice sentir tan cómodo a mi lado que rápidamente se volvió la persona más cercana a mí.

Gulf era feliz cuando ayudábamos a quienes lo necesitaban. Aquello me hacía saber que en su corazón no existia maldad ni la avaricia que él creía tener. Era solo su necesidad hablando por él, que le hacía pensar que necesitaba el dinero de alguien más para salir adelante, cuando claramente no era así. Había conseguido un trabajo digno que poco a poco iba solucionando cada uno de sus problemas sin la necesidad de vender su belleza a ningún postor. Pero hasta ése momento él todavía no lo sabía, pero yo me encargaría de que pronto lo descubriera.

Fue entonces que dí por completado el paso 2 de mí guía, porque para ése punto Gulf y yo éramos más que cercanos.

¡Éramos inseparables!