Me pregunto dónde te encontrarás en estos instantes.
Tal vez estés escondido en algún rincón del universo, convertido en una estrella dispuesta a iluminar a todo un planeta tal y como hiciste con nuestro mundo.
Desde que te marchaste, la existencia de este planeta pierde cada vez más sentido. Nunca debieron privarte de recuperar tus alas.
No era tu deber renunciar al Edén sólo para permanecer conmigo, no soy más que un fantasma que habita el cuerpo de la que una vez pudo tenerlo todo en sus manos.
Nunca pedí que sacrificaras tu vida por mí, y de cierta forma todavía te odio por ello.
Tú no naciste para sufrir el dolor que conlleva una vida mundana, dime, ¿por qué fuiste tan insensato?
Yo nunca quise servir a Yhwh, mi creación fue un simple fallo en su gran plan.
Pero tú sí estabas destinado a brillar junto a él.
Ángel estúpido... He usado cada minuto, cada segundo de mi vida, para tratar de averiguar la forma de traerte de vuelta.
Pero ya ni siquiera existes. Y yo aún sigo respirando.
Luché contra ti en cada Apocalipsis. Tú querías salvar al mundo, y yo sólo quería salvarte a ti.
Siempre estuvimos condenados.
Pero yo volvería a desafiar a las leyes más sagradas por ti. Lucharía hasta hacer desaparecer la Noche Eterna una vez más, sólo para que tú pudieras ascender.
Mi único propósito en esta vida fue salvarte a ti, no ver cómo te convertías en polvo de estrellas.
Como si no fueras nada. Como si nunca hubieras existido, por todos los Dioses.
¿En qué estabas pensando?
Regresa junto a mí.
