|~°Capítulo 23°~|

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Era un nuevo día en el castillo prusiano, los empleados comenzaban su rutina de trabajo por alrededor del gran castillo, los guardias comenzaban su hora de vigilancia y los de horario nocturno se iban a descansar.

El chileno ya se había despertado hace un buen rato, ya estaba desayunado y vestido, listo para su nuevo día. Ahora mismo se encontraba caminando en los pasillos buscando a su padre, quería pedirle si podría llevarlo a un lugar para pintar.

En lo que iba caminando se topó con kaiser, de seguro él sabrá dónde está Prusia.

— ¡Oe Kaiser!—gritó llamando su atención.

(¿Ja kuchen?) ¿Si kuchen?...—detuvo su camino para darle su atención a la estrella.

— ¿Sabi dónde está el viejo? Lo he estado buscando...—preguntó curiosamente.

(Oh...Vater, er ist in seinem Zimmer, aber er wollte noch einen Moment bleiben-) Oh...vater, está en su cuarto pero quería estar un momento a so—el alemán no pudo continuar al darse cuenta que el chileno se estaba alejando de él.

— ¡Gracias nos vemos!—gritó corriendo.

(Chile wartet auf das Nein) ¡Espera Chile el no-...!—no pudo continuar debido a que el chileno se había ido.- (Ich wollte nicht, dass jemand eintritt) Quería que nadie entrara...

El chileno no alcanzó a oír la indicación qué le dió el tricolor y solo siguió su curso hasta llegar a la habitación del alemán mayor.

Golpeó la puerta un par de veces pero no escuchó indicación alguna de que podía entrar, así que empujó un poco la puerta y asomó su cabeza.

Estaba el prusiano sentado en la orilla de su cama dándole la espalda con la cabeza baja, al parecer estaba mirando algo, el chileno se asomó más y entró completamente a la habitación cerrando la puerta lentamente.

— ¿Vater?...—lo llamó despacio.

(Hm? Oh, hallo kleiner Stern... Was ist hier los?) ¿Hmm? Oh, hola estrellita...¿Qué sucede?—aquel se dió vuelta dejando el cuadro que estaba en sus manos en la mesita y le dió la atención a su hijo.

El chileno no mencionó nada por el momento, solo observaba con preocupación las enormes grietas que iban creciendo en el rostro del mayor...tenía más que antes.

Se acercó lentamente hasta su padre, aprovechando que este estaba sentado, se posicionó frente a él y acercó su pequeña mano a su rostro, tocando con delicadeza su mejilla.

— ¿Qué tienes?...—preguntó angustiado.

(Es ist gar nicht so klein) No es nada pequeño...—puso su mano sobre la de su hijo acariciándola con ternura.

— Te veí algo cansado...¿Son por esas grietas?...—volvió a preguntar y con su dedo las fue delineando.

(Nein, nein, Chile, das ist nur der Job, brauchst du irgendetwas?) No no Chile, solo es el trabajo, ahora ¿Necesitas algo?...—volvió a preguntar

— Quería preguntarte si podrías pintar en el jardín conmigo...—pidió un poco avergonzado.

(Klar, Sternchen, hol dein Material, ich bin in ein paar Minuten bei dir.) Claro estrellita, ve por tus materiales y en unos minutos estaré allá contigo.—despeinó el cabello de su hijo y este acató lo pedido y salió de la habitación corriendo.

Una vez el chileno se fue, Prusia suspiró pesadamente y vió de reojo el cuadro otra vez. Aunque su soledad nuevamente se interrumpió por la llegada de su otro hijo.

(Was ist los, mein Sohn?) ¿Que ocurre hijo?...—preguntó al divisar su rostro decaído apenas entró.

(Das kann man nicht mehr verheimlichen Vater) No puedes ocultar eso más padre...—respondió imperio observando los daños en su rostro.

— *Snif* (Ich weiß... ) Lo sé...—bajó un poco la mirada al oír eso.

(Sie müssen Chile sagen) Tienes que decirle a Chile...—mencionó algo triste.

(Ich werde es ihm ein anderes Mal sagen... Mach dir keine Sorgen.) Se lo diré en otro momento...tu no te preocupes.—abrazó amorosamente a su pequeño imperio.

El alemán menor solo correspondió, al estar un poco más grande que Chile, sabía más cosas, sabía que iba a ocurrir con su padre, pero sabía que tarde o temprano ocurriría, solo no se esperó que tan pronto, nisiquiera se sentía listo para ser el siguiente líder de su nación.

(...)

Chile se encontraba en el enorme jardín del castillo, trataba de decidirse cual de todas las flores pintar, habían de muchos tipos y todas eran hermosas.

(Hast du dich schon entschieden, Kleines?) ¿Ya decidiste pequeño?—el prusiano apareció detrás de él.

— ¡Ay! ¡Que me asustai!—se quejó el chileno dándose vuelta.

(Hahaha, tut mir leid, mein Sohn, aber ich bin hier. Was werden wir jetzt malen?) Jajaja, lo siento hijo, pero aquí me tienes. Ahora ¿Qué vamos a pintar?

— Bueno, pensaba en...

...

Mientras tanto, en el castillo español, el dueño de aquel hogar, se encontraba en su oficina viendo los asuntos con su nación y con sus colonias, reconocía que no ha tenido tiempo para visitarlos, pero sabía que estaban en buenas manos con sus otros padres.

Aunque, le preocupaba Nueva España, aún se notaba que seguía decaído, habían veces que solo lo encontraba frente a una ventana por horas sin hacer nada...cuando antes había que pelear con él para que estuviera quieto.

Sabía que le hacía falta la compañía de Chile, era obvio que necesitaba un amigo, pero no sacaba nada con traer a Argentina de visita si México quería a su amigo con cola de reptil.

Tenía que llevarse a Chile, no quería que pasara más desgracias en aquel lugar, entendía que Prusia lo haya acogido como su hijo, pero ahora que sabe quién es su verdadero padre, debería saber que tiene que devolverlo.

Sacudió su cabeza quitando aquellos pensamientos, de todas formas sabía que Chile estaría ahí con ellos tarde o temprano.

(...)

— ¡¡Kaiser ven rápido!! ¡¡Apúrate!!—gritó el chileno en llanto.

(Was ist hier los?!) ¿¡Qué sucede!?—el alemán mayor apareció corriendo saliendo del castillo.

— ¡¡Vater se desmayó!!—soltó llorando.

✧°•𝐿𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑖𝑡𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑖𝑡𝑎𝑟𝑖𝑎•°✧ ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora