En los últimos tres días, Baekhyun había recuperado casi todo el buen humor que había perdido durante todos los días anteriores. El lunes, al entrar en clase, había creído que alguna clase de ente divino estaba en su contra y que nada podría salirle bien. Aquel viernes, sin embargo — y a pesar de haberse quedado dormido y haber terminado acabándose desayuno en el autobús de línea para llegar a tiempo a una horrible clase de matemáticas — el sol parecía brillar más, y hubiera podido jurar que había pájaros cantando al otro lado de la ventana.
Quizás todo se debiera a que los viernes eran uno de los días en los que los alumnos se separaban según optativas, y él tenía dos horas seguidas de coro. O, tal vez, y sólo tal vez, el hecho de que su queridísimo vecino, Park Chanyeol, le hubiese dicho el martes pasado que tenía pensado irse a vivir a Estados Unidos el próximo año también tuviera algo que ver.
Sólo quizás, sí. Porque aquella tenía que ser la mejor noticia que le habían dado en meses.
—Kyungsoo —tras dedicar un saludo al resto de sus compañeros, Baekhyun cruzó el aula hasta el asiento que tenía asignado y sonrió a su amigo mientras se sentaba—, buenos días.
El otro chico le devolvió la mirada, parpadeando.
—Tienes la camisa por fuera de los pantalones —indicó—, y una mancha de algo que creo que es comida en una esquina del labio.
En condiciones normales, Baekhyun se habría sentido ligeramente horrorizado, aunque sólo fuera porque tenía una reputación de chico popular que mantener, pero aquel día ni siquiera le importó. Sin levantarse de su silla, se colocó bien la camisa, la chaqueta y la corbata, y cuando estuvo seguro de que su uniforme estaba en perfecto estado de revista de nuevo, se limpió la comisura de los labios con uno de los pañuelos de papel que le tendió Kyungsoo, siempre atento a todo.
—¿Qué te ha pasado esta vez? —le preguntó su amigo— ¿Has vuelto a venir bebiéndote el café en el transporte público?
—Iba tarde —fue todo lo que replicó Baekhyun—. Y el desayuno es la comida más importante del día. Por mucho que digas, no pienso perdérmelo.
—Hay ocasiones en las que pienso que eres increíble. ¿Sabes? Deberías...
Obviamente, Kyungsoo tenía la intención de comenzar a sermonearle sobre la importancia de hacer una vida ordenada y poner la alarma lo suficientemente temprano como para no tener que recurrir a beberse el café en el autobús, pero sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de pasos y de una voz muy alegre y muy grave dando los buenos días a todo el alumnado. Cualquier otro día, Baekhyun hubiera gruñido, pero aquella mañana ni siquiera sintió ganas de mirar a Chanyeol mal, así que simplemente se giró hacia él mientras su vecino sonreía mucho, se detenía a saludar a un par de personas más y caminaba hacia su sitio en el fondo de la clase.
"Sólo unos meses más" se dijo "Unos meses más y seré libre de él para siempre".
El timbre que anunciaba el comienzo de las clases empezó a sonar poco después, y Baekhyun comenzó a tararear una melodía mientras buscaba el libro de matemáticas dentro de su cartera. Cuando alzó los ojos, sin embargo, Kyungsoo había ladeado la cabeza y lo estaba mirando con el ceño fruncido y una clara expresión reprobadora.
—¿Qué te pasa ahora?
—No me parece bien —Kyungsoo suspiró mientras Baekhyun se encogía de hombros y abría su cuaderno, que resultó ser el mismo que utilizaba para economía—. Sinceramente, Baek, no está nada bien que la única razón que tengas para no gruñirle más a Chanyeol cada vez que se acerca sea que se vaya a ir del país al acabar el curso. Es mezquino.
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88 Días [EXO; ChanBaek]
FanfictionHay tres cosas que Byun Baekhyun tiene total y absolutamente claras. La primera de ellas es que tiene que aprobar su examen final de economía, sea como sea. La segunda es que no puede volver a permitir que lo rechacen en otra audición. Y la tercera...