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El amanecer llegó. Los primeros rayos del sol entraron por las aperturas de las persianas, iluminandome, como una caricia sobre mis párpados.
Sonreí inconscientemente, hoy será un gran día...

Já! Ya quisiera que mis mañanas sean como en los libros.

- BONNIE! O TE DESPIERTAS O TE DESPIERTO, Y NO TE VA A GUSTAR LA SEGUNDA OPCIÓN!- Mierda. Me senté de un salto en mi cama. Cuando mi mama comienza con sus amenazas, es mejor hacerle caso. Tomé mi cabeza entre mis manos ya que al levantarme muy rápidamente me comenzó a doler.

- YA VOY!- Rodé los ojos.

- Y a mi no me ruedes los ojos, señorita.- Como. Carajos. Hizo. Eso. Estoy segura de que mi madre tiene poderes mágicos, ella penetra en mi mente. Apuesto a que es un ángel caído, o un Nephilim. Seguro puede hacer explotar mi mente como Nora hace con Dante en Finale, de Becca Fitzpatrick. Y ya me fuí de tema...

Corrí hacia la ducha, ya que estoy bastante retrasada. Y luego de salir de esta me vestí con lo primero que encontré. Bajé las escaleras saltando los benditos escalones de dos en dos con la mochila colgada torpemente de mi hombro izquierdo, el ejemplar de mi libro favorito 'Beautiful Disaster' en mi mano, y en la otra mano el cepillo de pelo. Hay que ganar tiempo de algún modo, verdad?

Cepille la bola de enredo a la que llamo cabello mientras mi mama me servía un plato de cereal. Yo quería galletas!

- Buenos días bonita, como despertaste esta mañana- Habló mi madre irónicamente.

- Siendo amenazada por ti, querida madre- Rodó los ojos y se sentó frente a mi a tomar su café justo cuando suena una bocina.- Es Mare, nos vemos.

Salí de la casa para comprobar que, efectivamente, Mare se encontraba esperándome en su auto.

América Williams, alias Mare, es mi mejor amiga desde segundo grado. Desde ese momento no nos separamos jamás. Y como ella tiene auto, todas las mañanas me lleva a la escuela.

La chica divertida y conocida por los alumnos, al trabajar en la revista escolar, pero sin llegar a ser popular. Preciosa, de cabello color azabache y ojos profundamente azules. Con la risa mas contagiosa que escuché en mi vida, aunque claro, también se asemeja al sonido que hace una foca con epilepsia.

- Como estas, Bon?

- Viva, Mare, viva- Reimos juntas.

Y así se pasó el caminos al instituto, entre risas y un concierto improvisado con las canciones que pasaban en la radio.

Al llegar cruzamos las puertas del instituto como las divas que somos... Nah mentira, autopisé el cordón de mi converse desatada y tropezé, algo que me sucede a menudo. No soy la persona mas coordinada del mundo.

- Adoro el cabello de Kim Kenish!- Dijo mi amiga mirando el pelo de la recién nombrada.

- Lo se! Quien no lo amaría? Es rosa!- Chillé emocionada. Siempre quise el cabello de color pero nunca me animé a hacerlo. Evidentemente Kimberley es más valiente que yo.

Llegamos a la primera clase, historia. La que por cierto nos toca juntas. Pero lo primero que se me ocurre hacer es sacar Beautiful Disaster y comenzar a leer.

- Otra vez te pondrás a leer, B?

- Sip, oye, no tienes ningún amigo sexy que pelee en sótanos abandonados y que juegue mal al poquer aunque tenga una familia amante de este?- Pregunté recordando el momento en el que leí en el libro que la mejor amiga de Abby, la cual irónicamente se llama también América, le presenta a Travis.

Proyecto: Cuento de HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora