Cordura

Prólogo

Cuando regresó a Embarcadero del Loto en bote, Jiang Fengmian se encontró con Wei Wuxian y Jiang Cheng en un bote más pequeño, sujetado por Zidian. Para su sorpresa, Zidian lo obedeció como su maestro secundario, lo que implicaba que, después de todo, Yu Ziyuan se preocupaba por él. 

Después de que Wei Wuxian y Jiang Cheng le informaron sobre el ataque del Qishan Wen Clan y la presencia de Wen Zhuliu, Jiang Fengmian los recuperó con Zidian y los envió lejos. Instruyó a Wei Wuxian para que cuidara de Jiang Cheng, lo que implicaba que sabía que sus probabilidades eran sombrías y casi nulas de sobrevivir al duelo. 

Cuando llegó a Lotus Pier y encontró a Madam Yu, quien le exigió una explicación de porque volvía y no se marchaba junto con los jóvenes.

—Porque jamás dejaría a mi dama —respondió el omega para calmar a la alfa. 

La batalla fue feroz. Madam Yu, su alfa, luchó con ferocidad hasta que fue la primera derribada entre ellos dos. Ahora se encontraba solo y al mismo tiempo rodeado de los enemigos. Wen Chao parecía divertido ante toda la batalla, mientras Wen Zhuliu parecía ser un arduo guerrero que no se rendía hasta lograr su objetivo, y así fue. Un simple toque en su pecho del conocido como la mano de fusión del núcleo y fue suficiente para dejarlo vulnerable; su núcleo dorado se derritió y él cayó pesadamente de rodillas al suelo. Jiang Fengmian supo que este era su final, que estaba destinado a perder desde que toco nuevamente sus tierras y que fallecería en esas mismas. Al menos el honor se mantendría, pensó. Su mayor consuelo era que pudo luchar con las técnicas de espada del clan Yunmeng Jiang y que sus hijos estaban fuera de peligro. Esperaba encontrar a Yu en el más allá y pedirle disculpa por todo. Por tanto. 

No obstante, el asombro fue impresionante cuando la espada que lo apuntaba jamás se incrustó en su pecho. 
Realizó una mueca de disgusto ante las palabras y burlas de los enemigos, quienes se jactaban de tener al líder de la secta Jiang arrodillado ante ellos. Percibía con claridad la chillona risa de Wen Chao, quien parecía gozar de toda esa dominancia que ejerció sobre el clan Yunmeng Jiang. Los asesinatos a todos los cultivadores y a miembros de la familia de los líderes, todo parecía poner feliz al más joven, en especial el simple hecho de que él se encontrara de rodillas. Las bolas musitadas de Wen Chao, sobre que un don nadie logró derrotar a un líder, fue degradante, pero peor fue ver como Zhuliu se acercaba junto a otros miembros. Intentó pararse para luchar pese al agotamiento físico y a la gran serie de heridas que decoraban su cuerpo, pero de pronto sintió un golpe seco, pero certero en su nuca; antes de que pudiera perder la consciencia logró escuchar esas amargas palabras. 

—No se atrevan a matarlo, maestro Wen Ruohan ordenó mantenerlo con vida y llevarlo a la Ciudad sin noche. Él decidirá que hacer con él.