«Todas las cosas tenían que terminar algún día, ¿verdad?»
Nightless City nunca se sintió acogedora. A pesar de ser etiquetada como una ciudad donde el sol siempre brillaba intensamente, la ciudad nunca pudo compararse con Lotus Pier o The Cloud Recesses, incluso Lanling con su apariencia ostentosa y enormes edificios hechos de lo que parecía oro se sentían un poco más acogedores que esta ciudad.
El palacio del sol y las llamas que se ciernen sobre todo lo que hay en el suelo ahora se asimilaba a una mortal jaula de cristal. El simple hecho de recordar que ahora no tenía escapatoria hacía que Fengmian realmente anhelara caer a su muerte.
Recostado en la ostentosa cama de costosos almohadones, el anterior líder de la secta Yunmeng Jiang alzó su mano, donde allí se limitó a observarla. Aún podía recordar la sangre de su difunta esposa y de sus propios hombres manchando su piel. Deseaba poder bañarse y tallarse hasta el punto de sangrar.
—¿Por qué? —murmuró con dolor. Bajó la mano luego de soltar un pesado suspiro.
Cerró los ojos en busca de consuelo, asimilando que su nueva realidad se trataba de ser una bao er nai. Reducirse a lo que un omega inculto sería. Abrirse de piernas, complacer al alfa, servir al alfa.
Ahogó un llanto.
Negó abrir sus ojos cuando escuchó el asqueroso chillido de la puerta abrirse. Sabía que si los abría lanzaría cualquier cosa hacia la persona que se adentraba a la habitación. El simple hecho de tener que ver a un miembro de la secta Qishan Wen lo volvía loco.—He venido a ver si necesita algo —informó la voz femenina.
Fengmian rehusó a decir una sola palabra.
»No es necesario que respondas. Veo que estás bien.
—¿Quién eres? —Abrió los ojos y giró su cabeza en dirección hacia la puerta, logrando ver a la joven. Una hermosa doncella de rasgos dulces, a pesar de su expresión arrogante y ojos oscuros color tinta. Claramente, era miembro de la secta por las túnicas de color rojo brillante del clan Qishan Wen, con imágenes de llamas bailando alrededor de su cuello y mangas para indicar su alta posición.
—Wen Qing —respondió la fémina—. Ejerzo como médica.El anterior líder de secta solo aguardó silencio. No había mucho para contarle a la dama más allá de todo lo sucedido.
»No pido que confíe en mí, pero le informo que solo soy una sanadora y que nunca he matado a nadie —informó Qing, ganándose una pequeña mirada de asombro por parte del hombre mayor—. También puede confiar en mi hermano, Wen Ning.
Fengmian se prometió a sí mismo recordar ese último nombre.
—¿Por qué me dices todo eso? —preguntó el actual consorte del líder.
—Te recomendaré que no tengas enemigos en este lugar, Maestro Jiang. La vida con el Maestro, sus hijos y sus fieles no es para nada fácil. Ni siquiera para mí, mucho menos para mi hermano.Las palabras provocaron que el líder Jiang se estremeciera.
»No veo que su rostro se haya inflamado —comentó desde su posición, examinando el rostro del mayor—. El Maestro me ordenó venir tras decir que usted se cayó. No sería la primera vez que lo examino, Maestro Jiang. Pero sí es la primera vez que lo haría con su "consentimiento".
—Gracias —agradeció con sinceridad, esbozando una pequeña sonrisa para ella. Su boca aún dolía por el fuerte manotazo otorgado por Ruohan, pero era soportable.
—No hay que agradecer, es mi deber. Las damas que se encargarán de usted están afuera —informó—. El Maestro Wen ha informado que lo preparen para unas horas. Dijo que necesita encontrarse presentable para el festejo.
—¿Festejo? —No comprendía las palabras, pero el cómo Wen Qing bajaba la vista lo hizo tener una leve sospecha.
—El festejo de victoria por la caída de la secta Yunmeng Jiang —concluyó la joven y abandonó la habitación.
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Cordura
FanficCuando Jiang Fengmian regresó a Lotus Pier en bote para aproximarse a la batalla, siempre tuvo en mente dos cosas: luchar con fervor y morir con honor, pero nunca imaginó que terminaría humillado hasta el punto de no reconocer quien era. Pareja pri...