Me hipnotizas (jack y tu )

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Seguramente han escuchado hablar de zapatos rojos y los 7 enanos que resultaron ser aquellos príncipes hechizados hace mucho tiempo por la princesa de las hadas, pues si bien no tuvieron un camino sencillo se había rumoreado que uno de los siete había logrado romper aquel encantamiento.

Merlín, quizás el más popular según el afirmaba había sido el primero en romper el hechizo, pero fuera de eso ¿que habría pasado con los demás? En esta mini historia veremos que le deparó a cierto rubio francés y su maldición que lo seguía atormentando

Una mañana que apenas asomaba sus primeros rayos del sol en una pequeña cabaña que se adentraba en el bosque se encontraba una chica castaña  dormía profundamente cuando los rayos del sol se posicionaron en su rostro lo que hizo que abriera sus ojos color miel.
La chica gruñó y se levantó aún con el sol en la cara, froto sus ojos y fue a alistarse para iniciar  su día.

Media hora después salió de la casa rumbo al reino, no llevaba mucho tiempo viviendo ahí por lo que había ido como dos veces y le parecía un lugar muy tranquilo.  Metros después finalmente llegó sin merodear mucho fue por lo que necesitaba. Se disponía a entrará en la primera tienda cuando fue interrumpida, un jaloneo en la cadera de esta hizo que detuviera su paso

-yo tomaré esto lindura, gracias.-dijo un hombre con el rostro cubierto levantando la pequeña bolsa con monedas

-¡oye pero que, devuelvemelo!.-acercándose a él

-no creo que se pueda dulzura.-dijo para luego intentar salir de ahí cuando un grupo de seis enanos verdes le bloquearon el paso

-me parece que la damisela pidió que la devolviera. - dijo el enano rubio con acento francés

-ja! ¿Esto debe ser una broma no?-bufo el hombre

-oye yo te enseñaré que hablamos en serio. - dijo un enano castaño tornando los nudillos

Y así empezó una pelea entre los enanos y el ladrón, el rubio usaba su capa que al parecer lo hacía invisible, el pelirrojo volaba su escudo como si de un freezbe se tratara, al castaño le bastaban sus puños para enfrentarlo y los trillizos hacían uso de artefactos al parecer que ellos habían inventado y estaban probando.

Sin embargo la diferencia de altura y capacidades por esta misma era algo evidente pues el ladrón no era tan simplón para ellos. Diez minutos después los enanos habían obtenido la victoria dando como resultado un ladrón amarrado y una castaña atónita ante tal acto.

-aquí tiene señorita. - dijo el rubio levantando la bolsita a la altura de la chica

-eh?..agacho la mirada- ahh si, muchas gracias. - esta tomo la bolsa y noto una leve herida en la mano de su salvador pequeño y verde
-espera, te lastimaste la mano. - dijo jalando de él

-si pero no es na... - fue interrumpido al contemplar aquellos ojos color avellana que transmitían preocupación, su cabello castaño llegando casi a la cintura y unos labios levemente rosados, una mezcla perfecta a ojos del enano

-ahh.. Déjame ayudarme. - la chica comenzó a buscar algo para tapar aquel raspón y no se infectara, pero solo encontró una solución. Desató el pañuelo que tenía amarrado a la cintura y lo amarro a la mano pequeña y regordeta del rubio.

-enserió que no.. No era necesario bella dama. - dijo sonriendo confiando intentando impresionar a la chica

-listo, con esto no se infectara. - terminó de hacer el nudo y miró al duende a los ojos, unos ojos azules que parecían agua cristalina. - muchas gracias por ayudarme, espero verlos pronto. - concluyó para sonreir levantarse y continuar con su rutina.

-vaya amigo era una chica preciosa. - mencionó el castaño acercándose a su compañero que parecía embrujado con un evidente sonrojo en las mejillas regordetas.

-Jack estas bien?. - preguntó el pelirojo

-si como digan. - respondió el mencionado

-rayos ya lo dejaron tarado. - se burlo el castaño -tierra llamando a Jack!. - dijo moviendo sus manos

-eh..?-dijo saliendo del trance

-hasta que reaccionas francesito, vamos hay que ir al castillo

-claro... Vamos. - Se limito a decir jack con aquella chica en sus pensamientos