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Kala Pérez// 4 de julio de 2022,Buenos Aires- Argentina

¡Kali, la puerta! -gritó Florencia desde la cocina, me quejé desde el sillón y me puse mis pantuflas de conejito para abrir.

Suspiré, estoy demasiado cómoda viendo gossip girl. Estoy demasiado triste como para moverme de mi lugar, podría estar acá por los próximos días.

Me duele todo, incluido el alma. Creo que fue una noche tan mala que me quedo demasiado corta.

Me pasé la noche llorando abrazada a mi papá por ese rechazo por parte de Julián, el alcohol me jugó una mala pasada.
El rechazo era una posibilidad, una demasiado grande pero no creí que fuera a dolerme tanto.

El dolor profundo que tengo es horrible, me duele quererlo tanto, no tiene sentido seguir insistiendo con alguien que no voy a ver más, y tampoco siente lo mismo. Sólo desperdicio mi tiempo en algo que no tiene nada de futuro.

Me cansé de llorar por Julián, necesito sacarme todo esto que siento. De una forma u otra cerrar esta etapa, prácticamente todos mis pensamientos son de él y no es sano.

Anoche fue el límite, no quiero seguir así, me lastimo yo misma con lo que hago y a la larga también lastimo a aquellos que rodeo.
Salí del boliche temblando, me había afectado de verdad.
Exequiel me trajo a casa después de comprarme algo de comer, seguramente lo agote con mi llanto descontrolado y aniñado.

Apagué la televisión al sentir ruido afuera, apenas son las cuatro de la tarde como para que vuelvan mis hermanos.

Nuevamente el timbre suena, me apuré para abrir. Seguro es algún paquete del correo, siempre llegan de esos para papá.

Abrí la puerta, Julián frente a mí, me sonríe e intente cerrar la puerta, pero su pie se interpuso en el camino.

Tenemos que hablar -me miró a los ojos, al igual que yo tiene ojeras debajo de sus ojos.- Kala, por favor.

Lo miré bien y se me hace un agujero en el pecho, después de todo lo que yo le dije, de abrir mi corazón,de forma obligada, él sólo se fue con Gianella.
Lo sé porque ella misma subió una foto que no pasó desapercibida por esas cuentas de Internet.

Había un contacto entre ellos, todavía él seguía sintiendo cosas con ella. Me había mentido.

Kali...por favor, hablemos -pidió, me duele verlo acá, me duele saber que se va. Todo lo que hace me duele.

Dudé en aceptar, pero me mira casi suplicante, es imposible decirle que no si me mira de esa forma.

Bueno -murmuré haciéndome a un lado para dejarlo pasar, una vez que entró cerré la puerta- Pero de acá te vas derechito con la trola de tu novia.

El enojo brotó de mi de una forma venenosa, son celos, por supuesto.

No pasó nada con Gianella -se atajó rápido, pero no creo absolutamente nada de lo que dice.

No te pedí explicaciones igual -repliqué rodando los ojos, él no dice mucho, sólo un sonido sale de sus labios.

¡Flor! -grité desde el living, acá es todo a los gritos. Sino no funciona la comunicación.

¿Quién era? -preguntó Florencia llegando al living, me mira sorprendida y hago una mueca.- ¡Juli, hola!

Él le sonríe y Florencia reprime una sonrisa. También había estado durante la madrugada consolandome, bah, prácticamente todos estuvieron viéndome llorar por él.

Vamos a estar arriba -avisé cortando el momento incómodo, ella asiente y ambos vamos hasta las escaleras- Decile a papá que más tarde necesito el auto, salgo con las chicas.

Acaramelao | Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora