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Kala Pérez // 27 de noviembre de 2022 Al Daayen - Qatar

Bajo del auto lo antes posible, el sol pega muy fuerte a esta hora de la mañana.
Llegamos a la universidad, el lugar donde se encuentra la concentración de la selección Argentina.

Tras la victoria de ayer, el cuerpo técnico decidió que hoy todos los jugadores pueden pasar un tiempo con sus familias, reponer energías para volver a enfocarse en el próximo partido, el cuál es ante Polonia y también esta caratulado como una final.

¿A qué hora salen? - miro a Agustín, él es quien está más en contacto con estas cosas.

En un toque, ya debe salir - responde acomodando su pelo, giro mi cabeza y al igual que nosotros, hay varias familias esperando.

Veo a Valentina caminar con Olivia a su lado, me acerco hasta ella y logra reconocerme rápido.

¡Kalita, te extrañé! - me abraza, le doy un sonoro beso en el cachete y también saludo a Olivia.- ¿Llegaste bien?

Súper bien - contesto levantando a Olivia, la menor se abraza rápido a mí y beso su frente.

Nos acercamos un poco más a la puerta de entrada de la universidad, las grandes puertas negras comienzan a abrirse y dejan a la vista la majestuosa universidad.

Es enorme - murmuro sin apartar mi vista del edificio frente a nosotras.

Re contra - agrega Valentina, mi amiga estira sus brazos para que Olivia vaya con ella y la pequeña ni duda en dejarme.

Los jugadores empiezan a salir de la universidad, los primeros son Gonzalo y Germán, sus respectivas parejas y familias los esperan.
Mariana se acerca hasta donde estoy y señala a un lugar completamente diferente.

Julián camina despreocupado, tiene un short rojo de playa y una remera blanca, empiezo a creer que no le gusta otro color.
Me alejo de Mariana y mi amiga, él nota mi presencia y un impulso muy grande hace que mis piernas tomen todo el control.

Doy un salto cuando estoy a pocos centímetros de él y mis piernas se aferran a su cadera. Julián tambalea riendo, levanto su mentón y sus ojos marrones se conectan de una manera intensa con los míos.

Hola mi amor - murmura sobre mis labios, roza ligeramente y soy quien une nuestros labios en un hermoso beso.

Muerde un poco de mi labio inferior y acaricio su nuca recientemente cortada.
Me baja lentamente para poder abrazarme, sus brazos formados me sujetan con fuerza.

La rompiste toda ayer - susurro pegandome a su cuerpo, mis labios rozan su oído y noto como los pequeños pelos de su cuello se levantan.

Tengo a mi chica mirando, sos mi amuleto - contesta besando mi cuello, siento la humedad de sus besos y me derrito por completo.

Chamuyero que sos - digo, una sonrisa se escapa de sus labios y es justo en ese momento en el que me siento completa.

Deja un beso en mi cachete y siento un ligero pellizco en mi espalda.
Giro mi cabeza, me encuentro a Agustín con la típica sonrisa maliciosa que posee.

Soltando a mi hermanito, pendeja de mierda - pide, me toma del brazo alejandome de mi novio.- Yo también lo quiero abrazar.

Me lastimas, pelotudo - murmuro quejándome, él ríe y abraza a Julián.

Mi novio es rápidamente abrazado por sus papás, no tardan en llegar las felicitaciones por el partido de ayer.
La emoción de ellos es un hermoso recuerdo imborrable, unas cuantas lágrimas se desprendieron de nuestros ojos al ver que Julián había convertido en su primer mundial y varios a nuestro alrededor nos felicitaron a nosotros, como si hubiéramos hecho el gol con él.

Acaramelao | Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora