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–¡Ethan! ¡Despierta!

Benny entró en la habitación como un relámpago, despertando a su amigo y cerrando la puerta de un plumazo. Ni siquiera había amancenido del todo, aunque varios rayos de luz habían conseguido colarse por la ventana. Aún así, era demasiado temprano.

–¡Ethan! ¡Ethan! –insistió.– ¡Por Dios! ¡¿Me escuchas?!

–¡Sí, Benny! –finalmente se pronunció, todavía con los ojos cerrados.

Cuando se dignó a abrirlos, Benny se había subido a la cama junto a él. Quiso apartarlo y echarle de su habitación, pero sabía que eso sería imposible. El chico podía ser muy insistente. No tanto como Rory, lo cual era de agradecer.

–¿Qué pasa, Benny? –Ethan emitió un suave bostezo y clavó su espalda contra el respaldo de la cama.– Es sábado. Ni siquiera hay clase. ¿No deberías de estar durmiendo hasta la hora de comer?

–Cualquier otro sábado, sí. ¡Pero este es muy diferente, tío!

–¿Por qué?

–¡¿Qué?! –exclamó, formando un gesto de asombro por todo su rostro.– ¡¿Te has olvidado?!

Ethan tragó saliva e intentó hacer memoria. ¿Acaso era algo importante? De ser así, se habría acordado. Hacía solo unos pocos días que habían derrotado a otro monstruo que amenazaba con destruir el pueblo, incluso acabaron con unos cuantos vampiros la semana pasada con ayuda de Sarah y Jessica. ¿Qué más podía ser? Dudó por unos segundos más. Temió que se tratara del cumpleaños de su amigo, pero descartó rápidamente aquella idea.

Benny solía ser muy dramático en ciertas ocasiones. Se había colado en su casa y había subido hasta su habitación sin previo aviso, despertándole y trepando a su cama.

Sí, estaría exagerando.

–¡La fiesta! –gritó su apuesto amigo. Por supuesto, se trataba de la fiesta.

Sarah había conseguido una invitación para la fiesta más importante del año escolar. Uno de los chicos populares andaba detrás de ella y la había invitado. Se celebraría en la gran casa del joven y se sabía que habría infinidad de comida y alcohol. Al final, la vampira había conseguido unas cuantas entradas más que acogieron con mucho gusto Ethan, Benny, Rory y Jessica. Sabían que no pasarían desapercibidos, pues no eran el grupo más discreto de la escuela, pero tenían muchas ganas de divertirse y disfrutar de la noche.

Ethan se levantó de golpe e intentó mantener el equilibro, pero se acabó mareando. Benny contuvo la risa y trató de mantenerse serio, cruzando sus brazos y apretando sus labios.

–Tío, ¿de verdad te habías olvidado?

–¡Claro que no! –contestó, aunque ambos sabían que sí.

–Es tu oportunidad perfecta para pedirle una cita a Sarah.

Ethan suspiró. No sabía cómo responderle.

–¿Qué pasa, amigo? –cuestionó el más grande, de pronto preocupado.

–No creo que tenga ninguna oportunidad con Sarah. A ella le gusta ese chico popular.

–No, a ese chico popular le gusta Sarah. –le corrigió con su tono de experto. En cierto modo, se veía adorable.– Siempre he sabido que a ella no le interesa nada. Le gustas tú.

–No digas tonterías...

–Ethan, hazme caso. Soy un experto en esto.

–¡Pero si nunca has tenido ninguna novia!

–¡Eso es debatible!

Ambos compartieron una sonrisa de complicidad. Si Ethan tenía algo claro era que Benny nunca le fallaría. Siempre estaba ahí para él, en las misiones contra cualquier peligro o en algún problema de su vida personal. Era como un amuleto, y desde luego no quería perderlo.

Era muy importante para él (aunque nunca se lo hubiera dicho).

–Vamos a ver tu armario... –anunció Benny, con una sonrisa deslumbrante.– ¡Tenemos que prepararnos para esta noche!

–¡Benny, todavía no he desayunado! ¡Y quedan muchas horas para la fiesta!

–Estúpido...

Ethan contempló como el rostro de Benny se entristeció. Sin embargo, el chico comenzó a caminar hacia su dirección y pronto sacó a relucir su hermosa sonrisa, contagiando a su amigo mientras levantaba sus manos y se acercaba a su cuerpo.

–¿Qué haces? –rio, tratando de esquivar a Benny, pero era demasiado tarde.– ¡No, por favor!

–¡Abrazo de oso!

Benny se lanzó hacia Ethan y le atrapó entre sus brazos. Los dos cayeron a la cama y lucharon el uno contra el otro mientras reían y sus mejillas se sonrojaban.

Pero lo que ambos desconocían era que su destino estaba a punto de cambiar para siempre. Y de una manera inimaginable.

Si Es A Tu Lado, Mejor. [My Babysitter's A Vampire🦇] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora