Si Es A Tu Lado, Mejor. [My Babysitter's A Vampire🦇]

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-¿Qué te parece?

-¡No! ¡Ni hablar!

Ethan se enfureció. Ya era la cuarta vez que se probaba un conjunto diferente para la fiesta. Benny ya estaba vestido con una camisa blanca y unos pantalones negros ajustados. El chico alto se había acostado sobre la cama de Ethan, apoyando su cabeza sobre la almohada y sirviendo como jurado mientras su amigo intentaba encontrar la ropa perfecta para la fiesta.

Al fin y al cabo, quería impresionar a Sarah.

-¡Benny! -rugió Ethan, cerrando los ojos y arrugando las cejas. Aquello era interminable.

-Solo estoy siendo sincero, tío. -le aseguró.- Ya te lo he dicho. Esta noche va a ser inolvidable. ¡Irá casi toda la escuela!

Ethan asintió. No podía negarlo. Parecía una fiesta importante y tal vez fuera la oportunidad de oro para empezar a brillar. Todavía no había salido con ninguna chica, al igual que Benny, pero los dos parecían estar conformes y tranquilos con su situación.

Al menos se tenían el uno al otro.

Ethan dio media vuelta y rebuscó algo nuevo entre su armario. Agarró una chaqueta negra que conjuntaba con sus pantalones y le añadió una pequeña pajarita roja. Benny, por su parte, continuó tumbado en la cama mientras jugaba con su teléfono. Pero, cuando alzó la vista, Ethan ya se encontraba vestido de nuevo.

Sin duda, aquel era el traje perfecto. Ethan pudo ver como la cara de su amigo se iluminó por completo.

-Wow, te ves... -de pronto, se quedó en blanco. Nunca le había visto tan atractivo, ni siquiera había pensado en él de esa manera.- Te ves muy lindo.

Hubo un breve silencio. Ninguno supo cómo reaccionar. Benny sintió su rostro poniéndose colorado. No podía creerlo, había soltado aquel comentario en voz alta y Ethan lo había escuchado.

-Um... ¿Gracias? -contestó el chico, también un poco vergonzoso.

-A Sarah le va a encantar.

-¿Tú crees? ¿No es muy elegante para una fiesta? -desvió la mirada, pues de repente los ojos de Benny se sentían demasiado deslumbrantes.- Tú... Tú también estás muy bien, Benny.

Su amigo sonrió.

Fue una sonrisa cálida y pícara, como su personalidad. Nunca dejaba de sorprenderle.

-¡Oh! ¡Falta un detalle! -advirtió Benny, que se levantó de la cama y se acercó a Ethan a paso ligero.- Confía en mí.

Benny retocó la pajarita de Ethan y sacó una pequeña flor de su cartera mágica. Siempre la llevaba consigo, aunque su abuela solía recordarle que no era buena idea. Como buena bruja, era consciente de que Benny era muy impulsivo y los hechizos se le podrían ir de las manos.

-¿Una flor? -preguntó Ethan, confundido.

-Es para ti. -volvió a sonreír y la colocó sobre uno de los bolsillos delanteros de la chaqueta.- Te dará suerte.

-Gracias, Benny.

Ethan le devolvió la sonrisa.

La habitación volvió a quedarse en silencio. Los dos chicos se miraron fijamente, como nunca antes. Ninguno comprendió qué estaba sucediendo. ¿De dónde había salido aquella tensión? Sentían temblores por todo el cuerpo con tan solo mirarse, como si una fuerza superior les hubiera lanzado un hechizo y les obligara a enamorarse.

Pero ambos sabían que aquello no era cierto. Aquello era algo entre ellos dos.

¿Y si la amistad ya no era suficiente? ¿Y si alguno quería algo más?

Siguieron conectando sus miradas, sin mediar palabra, hasta que el teléfono de Ethan vibró y les despertó de su propio sueño profundo.

Eran Sarah y los demás. Había llegado la hora de acudir a la gran fiesta.

Y es que, tras aquella noche, ya nada volvería a ser lo mismo.