Llamémosle fantasía.

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Otra vez una simple nota periódica me paraliza.Tomo el periódico en una mano y doy un sorbo de mi café. Se lee en uno de lo titulares:

"Abusó a su hija de 2 años."

Lo dejo a un lado por un momento. No podía sufrir una de esas crisis de disociación ahora, tenía que trabajar. Me acerqué a mi compañera y tomé los binoculares. Enfoqué a la salida del banco central de la ciudad.

- Ahí esta, ¿lista?

No recibí respuesta. Simplemente vi el cuerpo de un hombre caer al suelo en las escaleras del banco. Hombre de 40 años caucásico, evasor de impuestos, acusado con varios cargos de abuso no implicados. El dosier contenía toda esa información, ni más ni menos. De todas formas con eso no me había bastado, tuve que realizar mi propia investigación.

- Neila,- la llamé y ella volteó a mirarme sin sacar las manos del arma.- Vamos.

Obedeció rápidamente ayudándome a desarmar el francotirador. Caminamos hacia la escalera de emergencia, mientras que ella buscaba en nuestro bolso el Handy para avisar al resto del equipo que la misión fue exitosa.

- Estuviste muy bien.- le admití de forma fría.- Buen manejo de tus emociones.

Pase por delante de ella evitando que viera la tristeza que mis ojos denotaban. Estaba orgullosa. Orgullosa de un trabajo que no debería existir, de la valentía y la audacia que podría utilizarse en otro lado.

Lo creía un deseo. ¿Lo era?

El resentimiento me comía por dentro, y es igual al que devora a mi nueva compañera.

Pensamientos a las 3 am.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora