004. Familia Chwe

222 33 6
                                    

Eran las cuatro de la tarde y Hansol ayudaba a su hermana a meter sus maletas a la casa. Ayer recibió un mensaje de su madre diciendo que Sofia estaría llegando a Corea por la tarde, y claro que le pidió que la recibiera.

—Ayúdame a subir mis cosas a mi habitación.— pidió Sofia, casi mandándolo.

Sin decir algo, el chico hizo lo que se le ordenó. Una vez dejó la maleta estaba a punto de darse la vuelta para ir hacia otro lado, pero se vio interrumpido por la voz femenina.

—¿Qué vas a hacer hoy? Quisiera que me acompañes a un lado.

—Voy a estar ocupado.

—¿Y no tienes tiempo para mi? Sabes que no me gusta salir sola.

—¿Y cómo viajaste de un continente a otro?— preguntó con molestia haciendo que la chica abriera la boca en forma de indignación.

—Que grosero. ¿No has visto la inseguridad que hay hoy en día? Vamos, sé un hombre y acompaña a tu hermana con sus amigas. Luego puedes irte a donde quieras.

Aún sin estar de acuerdo en hacer aquello, Hansol le dijo que la llevaría. Al fin y al cabo... es su hermana.

Después de un transcurso muy silencioso, ambos chicos llegaron a un tipo de restauran-bar a eso de las seis de la tarde. Había poca gente, y es que el evento estaba programado para empezar en una hora y media, así que a penas se iba llenando. Era un lugar grande y un poco elegante. Claro, conociendo a Sofia no se presentaría en cualquier lado.

—Bien, ahora me voy.— habló Vernon al saber que su hermana había encontrado a sus amigos.

—Espera.— pidió ella deteniéndolo. —Quiero contarte algo.

Con duda, Vernon levantó una ceja esperando lo que quería decir, algo inusual en ella. Pronto un chico se posicionó a su lado abrazándola por los hombros, haciendo que cerrara los ojos con pesadez.

—¿Recuerdas a Joonhong? Bueno, no es nada oficial en realidad, pero ya que lo conoces sentía que debía contarte. Es mi novio.

El chico sonrió burlón hacia Hansol, que estaba genuinamente asombrado con esa información.

—Wow, bien por ti.— fue lo único que pudo salir de sus labios.

—Lo siento si estás molesto. Sé que pensabas otra cosa de mi.—mencionó Joonhong sonriendo. Hansol enfureció, aunque su relación con Sofia fuera generalmente mala, no le gustaba pensar en la posibilidad de que estuviera jugando con ella. A demás, sabía que se refería a la plática que tuvieron el día anterior donde dijo que Joonhong tenía sentimientos por él. En realidad eso no le importaba, no lo creía seriamente.

—¿De qué hablas?

—Nada Sofi, creo que no le agrado mucho desde que nos graduamos.

Vernon sonrió y negó con la cabeza lentamente. —Yo también creo que no te agrado mucho.

—Oh, ¿está bien si Joonhong viene a casa después de esto? Ya lo invité así que...

—Claro.— mencionó rápido. —Entonces me voy.

Sin esperar otra palabra, Hansol caminó hacia la puerta de salida para irse de ahí. Definitivamente no quiere que Joonhong esté en su casa, ¿pero qué podía hacer al respecto?

Mientras caminaba, recibió un mensaje de Seungkwan con un simple "¿Puedes venir?" Y claro que siempre podía. Caminó rápido hasta su casa, que estaba algo cerca del lugar donde se encontraba. Al llegar miró a su amigo sentado en la banqueta de la calle, con la cabeza entre sus rodillas. Al ver esa escena sabía que algo malo había pasado.

—¿Estás bien?

—¿Crees que pueda ir a tu casa?

Al notar que Seungkwan seguía sin levantar la cabeza, se acercó a él para hacerlo girar. Al ver su cara notó que su labio estaba roto. Era poco visible, pero estaba. También sus ojos estaban vidriosos.

—Te voy a ayudar.

Vernon jaló a su amigo para que se pusiera de pie y tomó su cabello con gentileza. Fueron a una farmacia cercana donde Hansol compró lo necesario para su herida y él mismo lo curó. Ya eran las ocho y media de la noche.

—No podemos ir a mi casa.— Seungkwan miró con el ceño fruncido a su amigo. —Tal parece que Sofia y Joonhong son novios. Él irá hoy a la casa.

—Pero eso no debería importarte, ¿no? Después de todo es tu casa, no de él.

—Seguramente se quedará a dormir. ¿Tu crees que estaré tranquilo sabiendo que está en el mismo lugar que tu?

—Oh... ¿te molesta que tengas que cuidarme?

—Para nada. Sabes que jamás vas a molestarme.— Hansol empezó a acomodar mechones de cabello de su amigo detrás de su oreja.

—¿Y entonces qué haremos?

Y como si un foco se hubiera encendido en sus cabezas, una persona pasó por sus mentes. Alguien que saben que pueden confiar y que posiblemente les dejaría quedarse en su casa una noche.

Seungkwan comenzó a teclear para mandar un mensaje a Mingyu. El chico que los ayudó, y que confían en él. Casi de inmediato miró el mensaje y les comentó que no se movieran de donde estaban, que les pasara su ubicación y él iría por ellos.

Mingyu llegó, en el camino solo hablaron de cosas triviales, y al llegar a su casa, se sorprendieron al darse cuenta que literalmente vive a lado de Wonwoo en una bella casa de color azul.

—¿Sorprendidos?— preguntó Mingyu invitándolos a pasar a su casa. —Es una buena historia y es genial vivir a lado de Wonwoo.

Cuando los chicos entraron los recibió un agradable olor a canela. Su casa estaba sumamente ordenada, tenía cuadros de fotografías y pinturas colgados en las paredes, muchas ventanas e iluminación. Un espacio realmente agradable.

Mingyu aún en la puerta, la abrió nuevamente dejando pasar a Wonwoo y Chan. Este último corrió hacia Vernon para darle un fuerte abrazo, luego jaló a Seungkwan para que también se uniera.

Vernon sólo podía pensar en que sería una noche muy larga.

Vida Deseada | verkwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora