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Actualidad.

Al salir de esa casa, la que alguna vez fue su "hogar seguro", empezó a correr, lo más rápido que pudo. Siguió avanzando hasta llegar llegar a un callejón oscuro, al otro lado había otra calle. Dispuesto a ir allí sintió un fuerte dolor en su vientre.

Pero no le importo, con ayuda de la pared siguió avanzando, hasta que su cuerpo lo traicionó, haciendo que se caiga.

Todo se tornaba negro, ya no tenía fuerzas, ni siquiera para mover un dedo, lo último que sintió fue como su cuerpo era levantado del frío suelo.

Oh no...

Mark lo encontró...

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Despertó en una habitación distinta, por un momento se alegró, pero luego recordó la razón por la que estaba corriendo.

Con cuidado se levantó de la cama y fue hacia la puerta, intento abrirla pero esta no cedía, optó por patearla pero al alzar su pie, un fuerte dolor se instalo nuevamente en su vientre.


Tapo su boca con sus manos, pero no sirvió de nada, vio como la manija de la puerta empezaba a moverse, ignorando el dolor de su vientrecorrió hacia la cama y se hizo bolita en allí cubriéndose con las frazadas.

Luego sintió como pasos se acercaban a él, y como alguien le arrebataba la frazada que tenia encima.

Y lo vio...

No vio al hombre al que tanto miedo le tenía, sino, vio a un hombre alto, muy alto a su parecer, tenía el cabello color mental, su piel era blanca, tan blanca como la nieve y sus ojos pequeños, que lo hacían ver como un ¿gatito? Tambi-

Una voz interrumpió sus pensamientos...

— ¿Estas bien? ¿Te duele algo?

El hombre extraño tocó sus pequeñas manos  pero no espero que el pequeño empezará a gritar.

— ¡NO! ¡NO ME TOQUES POR FAVOR! ¡SUELTAME! ¡SUELTAME! ¡NO ME LASTIMES! — grito Hosoek haciendo que aquel hombre suelte sus manos.

— Tranquilo, tranquilo pequeño, no te voy a hacer nada malo te lo juro, solo quiero ayudarte, tranquilo por favor, tranquilízate.

Sus grandes manos limpiaron las lagrimas que tenía Hoseok en el rostro.

— No te haré nada, ¿okay? - El hombre se alejo unos cuantos centímetros del cuerpo del pelinegro, - ¿Vez? Si no quieres que te toque, no lo haré, estate tranquilo. — sonrió mostrando sus hermosas encías rosaditas.

Agarró una silla que estaba al lado de la cama y se sentó sentó ella, estando al frente del pequeño Jung.

— Soy Min Yoongi, ¿Como te llamas? — dijo Yoongi.


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HELP ୨୧ Yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora