💜Hola, aquí les traigo esta nueva historia corta en versión Jihope como disculpa por abandonar wattpad tanto tiempo💜
"Jimin tenia un noviazgo con Jeon Jennie, una hermosa chica que cualquier hombre podria desear en su cama y vida, pero se sentía u...
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Jimin sonrió sin poder evitarlo, sus ojos cautivados por la divina belleza de su suegro.
El almuerzo en la casa de la familia fluía con tranquilidad.
Los tres en el comedor, sentados frente al otro, Jimin y Hoseok fácilmente podrían pasar desapercibida a Jennie, quien en su mayoría se encontraba callada, concentrada en su comida y pensamientos irrelevantes.
Tampoco es que a los dos les interesara mucho el que la chica no participara en la extensa plática que decidieron tomar en algún punto del almuerzo.
Después de todo, parecían realmente encantados el uno con el otro.
Hoseok no podía evitarlo, amaba a su hija, al igual que a su hijo mayor Johnny, quien se encontraba viviendo con su novio en Busan y tenia prácticamente la misma edad de Jimin. Pero el exceso de masculinidad que desprendía su adorado yerno le estremecía las entrañas.
No podía evitar tener pensamientos sucios de él siendo llenado obscenamente de esperma perteneciente a Jimin.
Tampoco podía evitar que sus dulces sueños los pintaran como una pareja.
Y es que hace mucho había abandonado los sueños de amar a otra persona, después del fracaso matrimonial que tuvo con su primer amor y padre de sus hijos.
Hoseok creyó que un descanso seria estupendo, pero ahí estaba su reciente yerno, dándole apoyo cuando en realidad quien lo necesitaba más era su hija.
Jimin era sonrisas, era cautivante como el aroma a pino, fresco como la lluvia y le hacia humedecer su entrada. Olía deliciosamente a hombre. Hombre altamente masculino, pecho peludo y todo. De esos que te harían maullar o ronronear del placer.
Tan sexi, tan delicioso como solo el podría serlo. Tan correcto y tan prohibido.
Dios se sentía tan enfermo, tan malditamente culpable porque su hija parecía enganchada con él y su retorcida mente no dejaba de imaginarlos desnudos, follando por todos los lugares de la casa...
Hoseok se estremecía con solo imaginarlos, a él inclinado sobre esta misma mesa, con el pecho pegado a la madera y el culo parado recibiendo la polla dura de su yerno.
Llenándose de hijos.
Dios, tan enfermo y tan malditamente erótico.
Sacudió levemente su cabeza, con total disimulo que cualquiera podría decir que era un meneo con intención, con intención de robarle el corazón a quien lo viera y Jimin era quien lo pondría en un plato de oro para Hoseok.
—Me alegra que hayas ganado el partido Jiminnie—. Dios, ese "Jiminnie" mandaba temblores a su polla que lo dejaban con ganas de muchas cosas sucias— Tus padres deben estar muy orgullosos de ti—. Hablo Hoseok, tan dulce como solo el podía serlo. Interesado en lo que el joven frente suyo decía, con el rostro apoyado sobre sus palmas.