La hechicera y el Kriptoniano

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Era una mañana nueva, un día nuevo y Raven se sentía particularmente alegre, ansiosa, no sabía de donde venía ese sentimiento pero le gustaba, eran pocas sus mañanas alegres desde la partida del ojiverde, pero había superado el dolor que le causaba su distancia y solo le había tomado un par de años.

Después de lo sucedido con el hermano sangre, ella y Damian habían tenido una fuerte discusión que desencadeno una serie de conflictos entre las aves y finalizó con la retirada temporal del hijo de Batman del equipo. Sin embargo, pasaron días, luego semanas, esas semanas se convirtieron en meses y solo cuando se convirtieron en años, Raven se resigno a dejar de esperar el regreso de Damian y se centró en fortalecer los vínculos que se habían estado forjando con los chicos de la torre.


Los años habían pasado y el equipo no era el mismo. 


La torre en forma de T se había convertido en una estación de paso para héroes de todo el mundo, otros equipos de titanes habían surgido, personas habían ido y venido, pero si algo tenía claro la hechicera, era que siempre podría contar con sus amigos, el equipo que no solo la vio crecer sino que había crecido con ella porque ni siquiera ella era la misma.


Por la torre habían cruzado todo tipo de héroes, algunos más efímeros que otros y de todos ellos, solo uno había decidido residir permanentemente en la torre, se trataba de Conner Kent, superboy. El había llegado con el equipo de la Young Justice desde Puerto Feliz junto con Artemisa, Señorita Marciana, Chico Flash y Tim Drake como el nuevo Robin, era el grupo que había estado liderando Dick mientras Kori seguía con los titanes y aunque periódicamente, uno a uno, partieron de la torre T, fue solo Conner quien se quedo, completamente cautivado por Raven y con la esperanza de Superman de que aprendiera a interactuar mejor con un equipo.


En total eran cinco titanes quienes salvaguardaban la ciudad y aunque ese día prometía ser encantador para la hechicera, en el fondo, ella sabía que había algo distinto, algo que cambiaría y no estaba dispuesta a averiguarlo, prefirió esperar a que llegara solo y así lo hizo.


Esa mañana, la hechicera había despertado temprano e ido a meditar afuera hasta que Garfield fue a buscarla, poniéndole un abrigo sobre los hombros porque hacía frio, le dio una mirada amable antes de esperar pacientemente a que ella terminara su meditación.


- ¿Qué quieres para desayunar? - Le preguntó el chico de piel verde mientras pasaba un brazo sobre sus hombros, al notar, tras unos minutos, que ella había terminado, ahora el era más alto - Tenemos waffles, panqueques, huevos, tocino, cereal e incluso Jaime trajo de su viaje a casa ese horrible té que tanto te gusta.


La chica suspiró pesadamente mientras pensaba en sus opciones y despejaba su mente.


- Sorpréndeme Gar - Le dijo al chico de piel verde mientras se separaban en la torre, ella para ducharse y el para servir el desayuno - Confío en ti - Le respondió la hechicera con una sonrisa.


El chico asintió halagado y feliz con las escasas pero sinceras muestras de afecto que le demostraba la hechicera y se encargo de sorprenderla. No hacía mucho, el había pasado por el duelo más grande de su vida y tras la partida de Damian, se habían apoyado el uno al otro hasta convertirse en lo que eran ahora, personas completamente afines que se negaban rotundamente a estar juntos. Almas gemelas.

El Regreso de Damian Wayne | Historia CortaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora