Enviale un saludo a la muerte... Atte su amiga

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8.00 pm una noche de invierno, un joven se encontraba en la parada del micro en una esquina bastante oscura, los árboles robustos generaban un aspecto aún más apagado ya que no permitían que la luz de la luna impactara contra la superficie del áspero asfalto.

Una joven, con ojos sensuales y mirada astuta, se acercaba dando pasos lentos, sus caderas y curvas seducían a quien la mirara, y su maquillaje y peinado eran dignos de admirar, tras su paso el ambiente se volvía tajante, cortante, parecía imposible respirar, las calles se vaciaban y el silencio era abrumador, el frío... el frío era de muerte, ese que por más abrigado que estés, te congela la sangre, el corazón, los huesos, todo parecía calmo y la tensión en el ambiente generaba paz, sueño, ganas de cerrar los ojos y dormir una renovadora siesta, y todo por la llegada de aquella sensual muchacha, la muerte.

Mientras tanto, el joven ni siquiera giró a mirarla, estaba tan metido en sus pensamientos que ni siquiera se percató de su llegada, su rostro pálido y desorientado hacía creer incluso que ya estaba muerto, pero no, estaba congelado y no por la presencia de semejante mujer sino por sus pensamientos. La muerte, quien estaba acostumbrada a ser el centro de atención y codiciada por muchos se preguntaba ¿Qué problemas tan importantes tendrá ese muchacho para no notarla? así que decidió saludarlo

- Hola

Dijo con el tono más seductor que pudo, pero para su sorpresa, el muchacho no tuvo reacción alguna, no la notó, ni siquiera la saludó.

Al llegar el micro la muerte decidió subirse junto con él, ella paso por delante y el muchacho subió por detrás, pero nada, ni un gesto ni una mirada, ni siquiera a sus mejores atributos, la muerte frustrada decidió sentarse y mientras esperaba la parada en la que bajaría el muchacho ideó un nuevo plan.

Llegado el momento de abandonar el micro, se decidió a bajar, pero antes esperó a ver si el muchacho le cedía el paso, como decían las abuelas cuando les llegaba la hora, "hay que ser caballeroso con las mujeres", pero nada, el muchacho tuvo el descaro de bajar delante de ella y ni siquiera se percató que ella tambien quería bajar, la muerte indignada bajo del micro con malestar en su rostro, y así fue como detrás de todos estos intentos frustrados de llamar su atención, la muerte se obsesionó, se aprisionó de la vida del muchacho.

El joven la veía en todos lados, donde fuera ella estaba, incluso intentó deshacerse de ella durmiendo, pero incluso la soñaba, tomaba pastillas, se alcoholizaba, e incluso se drogaba, pero lo único que hacía era acercarse más a ella, un día cansado de luchar con el rostro de aquella mujer, la cual lo había llevado a la locura, la cual había vuelto todos sus malditos días tajantes y fríos al igual que aquella noche que la conoció , decidió acabar con su vida, pero fue un grave error, en vez de alejarse, al hacerlo la conoció a un mejor, y dejando una carta dió su ultimo respiro, en el cual la muerte lo recibió con los brazos abiertos y lo abrazo fuertemente dejándolo caer en sus brazos y le dijo:

- ¿Ahora si me vas a saludar?

El joven, agotado y un tanto decepcionado por haber tenido que recurrir a ese intento desesperado de paz, se encontraba parado junto a la muerte y en un estado de transparencia visualizaba la escena de horror, su cuerpo frío en el piso, su padre lo abrazaba llorando y su madre tomando la carta que había escrito la leía entre sollozos:

"Si tan solo la hubiera saludado como una amiga, no la hubiera vuelto mi enemiga, si tan solo me hubiera dejado seducir, la ignorancia no me habría llevado con ella, si tan solo fuéramos felices y amables al hablar de la muerte, el fallecimiento de alguien sería un abrazo y no un golpe al corazón, vivan y no esperen a la muerte como la finalidad de la vida sino como el momento de abrazar a la vida que tuviste y darle las gracias, la muerte no es mala, la muerte es el momento en el que podemos agradecer y ser amables por todo lo que hemos vivido, si tan solo esa noche hubiera sido agradable con ella, aun seguiría agradeciendo mi vida"