Inicios

1 4 0
                                    

He estado ligada a la cultura china desde que abrí los ojos rodeada de adornos🧧 de esa nación. También desde ese momento las personas a mí alrededor me dicen chinita, como para recordarme que entre mis ancestros hay alguien que hace 175 años llegó a estas tierras.
Mi historia con Japón es diferente, y guiada por los múltiples animes que ha pasado la televisión de mi país como serie infantil. De ahí a hacer cosplay (por una sola vez en mi vida) no fue nada, igual que gritar a todo pulmón los nombres de los personajes de Maho shojo como Sailor Moon o Pretty Cure (a la edad que sea🙃).
Cuando entré en la adolescencia me volví fan de las novelas coreanas, sus canciones y sus ídols🤩😍. Me aprendí cada escena🎭,
cada canción🎤,
cada baile💃...
No digo que bien, porque mis dos pies izquierdos y mi voz de rana con catarro (no existe emoji para describir 🤷) no me dejan, además de mi magnífica retentiva que... ¿Qué estaba diciendo?🤔
En fin, como si no fuera poco me decidí a estudiar la lengua de mis ancestros (👅 No, esa no) en una escuela y allí terminé de bibliotecaria📚, razón por la cual no es extraño que me decidiera a escribir mis memorias (o sea, tengo mucho de donde plagiar, digo, nutrirme 😙🎼🎶🎵). Y como no me basta entonces he estado estudiando coreano y japonés de forma autodidacta.
Nada, que para mí Asia nunca es suficiente.🌏

Diario de un alma asiáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora