¡¿Como que estamos en el pasado?! [TobiNaru]

Demasiado tarde... [16]

Naruko: ¡NOO!! -Grito desesperada

Todos la vieron correr más desapareció casi en un rayo viendo cómo el Senju salía disparado hacia un costado varios segundos después todos pudieron admirar como la pelirroja era atravesada en el pecho cerca del corazón mientras tocia sangre, dándose cuenta que no podía regenerarse

Tobirama: ¡NARUKO! -Grito, ninjas médicos ya estaban cerca de ella empezaron a actuar para tratar de salvarla

Zetzu: Adiós- nadie pudo detener al ser oscuro ya que se marchó atravesando la tierra

X: está perdiendo demasiada sangre debemos llegar a konoha - dijo rápido tratando de cerrar la herida - al parecer tiene algún tipo de sello que evita que se pueda regenerar -dijo con el albino cargándola rápidamente, todos sabían que la Uzumaki de Senju tenía la capacidad de regenerarse casi enseguida sin importar el tipo de herida

Tobirama: Ir por Mito - Grito al ninja más rápido mientras el llevaba a su esposa en brazos sabía que Mito podría hacer algo esperaba llegar a tiempo

El camino era demasiado largo el Senju iba a lo más que podía, tenía que llegar pronto

Tobirama: resiste cariño- susurró viendo a la moribunda pelirroja tratando de acelerar su paso mientras lagrimas caían de sus ojos, estaban por llegar a lo lejos pudo ver a una preocupada Mito en la entrada la cual se acercó y empezó a descifrar el sello

Mito: no es nada del clan Uzumaki, es demasiado complejo, ¿quién lo hizo? - dijo desesperada lagrimando y tratando de concentrarse sin dejar de correr

Naruko: To..Tobi..Tobirama- susurró llamando su atención el cual la vio estaba con una sonrisa débil viéndolo con amor

Tobirama: no digas nada, ya listo llegamos, te pondrás bien, si cariño - dijo con la voz quebrada tratando de convencerse a si mismo con la Uzumaki escupiendo más sangre

Naruko: Gra..Gracias por To..Todo - dijo con una sonrisa mirándolo fijo a los ojos el cual puso ver como poco a poco el brillo se iba, entendió esas palabras, sabía que significaba Gracias por amarme, cuidarme, protegerme y no odiarme a pesar de saber quién soy y de dónde vengo, Mito que estaba a un lado se alejó habían llegado ya a la puerta de konoha el Senju cayó de rodillas no podía más

Tobirama: hey cariño, ¡pequeña mírame - pidió totalmente quebrado el corazón de la pelirroja había dejado de latir no podía evitar las lágrimas- Naruko! NARUKOO!! -Grito dolido abrazando el cuerpo de su esposa muerta mientras acariciaba con cariño su mejilla y cabello soltando lágrimas sobre ella, en esos momentos no le importaba quien le veía solo quería que su amada despierte y le diga que todo estará bien

A un costado estaba Mito de rodillas con el rostro cubierto por sus manos llorando a más no poder dando gritos de dolor el ver el cuerpo de su pequeña hija sin vida, el no poder escuchar sus risas, sus ocurrencias, el no poder seguir más con ella, tan solo pensarlo le quemaba el alma no lo soportaría y sabía que Tobirama tampoco el Senju que nunca mostraba emociones ahora lloraba y gritaba a más no poder

Tobirama: ¿despertarás verdad? - sin dejar de abrazar el cuerpo de la menor tenía la frente de esta pegada no le gustaba sentir como esa persona siempre llena de calidez comenzaba a enfriarse

X: señor - llamó una ninja - la Señorita estaba embarazada- dijo triste ante la noticia

Eso le cayó como un balde de agua fría ¿un hijo? Por inercia llevo la mano al vientre de la menor

Tobirama: MALDITA SEA!!!- Grito había comenzado a llover, los ejércitos habían entrado en la puerta tan solo quedaban Mito que no paraba de llorar, Tobirama abrazando el cuerpo de Naruko, mientras atrás de él estaban Hashirama, Izuna y Madara, el castaño fue y abraso a su esposa tratando de consolarla, Madara estaba llorando silenciosamente, quería a esa niña aunque ni pareciera, era como su hermana, ERA su hermana, a su lado Izuna había caído de rodillas soltando lágrimas tenía el Mangekyo sharingan al igual que Madara estaba dolido, no le gustaba ver el cuerpo así de la pelirroja se acercó al albino

Izuna: vamos, se resfriara, no dejes que se moje - quería creer que ni estaba muerta el albino solo lo vio y negó sabía a qué se refería sabía que pasaba no quería aceptarlo - no está muerta, vamos solo está cansada necesita dormir -decía el Uchiha menor siendo levantado y abrazado por Madara callando sus sollozos apenas - Madara sácala de aquí, está viva verdad, no es verdad? - preguntaba a cambio su hermano solo lo abrazaba aún más fuerte, claro que le dolía, también quería pensar eso también deseaba que así fuera

Madara: Izuna, Naruko no volverá- dijo quebrado con el menor alejándose

Izuna: ¡no es verdad! - incrédulo con miedo- por qué ella? - sollozos aún más fuerte

Tobirama: es el mismo ser que la trajo, la mato es mi culpa, es mi culpa... - repetía casi como un mantra las últimas palabras ignorando todo a su alrededor Hashirama se había llevado a una llorosa Mito, Madara había noqueado a Izuna y se lo iba llevando mientras Tobirama cargo el cuerpo de su amada pasando por la aldea con ella en brazos los presentes agachada la cabeza en respeto a la soldado caído el albino llegó a su casa y acostó a la menor en su cama acariciándole el cabello - mi hermosa y preciosa esposa, es mi culpa verdad... - dijo quedándose admirando el rostro de su esposa...

Al día siguiente se enterró a Naruko Senju, la enterraron con honores, tanto aldeanos como ninjas estuvieron presentes, era alguien muy importante, ayudó a las mujeres a mejorar sus clases, en el comercio, guerras y política ganando varios favores de gente importante

Tobirama: Mi única amor - pensó dolido - nos volveremos a encontrar, lo prometí, ¿no? - viendo la tumba con una sonrisa triste y mirada perdida tocando el anillo que se posaba en su dedo aquel anillo el cual confirmaba que estaban casados

Hashirama: hermano, vamos - dijo triste poniendo su mano en el hombro del menor en forma de apoyo

Tobirama: Hashirama, ¿ahora qué hago? - pregunto incrédulo - mi esposa, mi hijo - dijo totalmente dolido

Hashirama: seguir adelante... sabes que a ella no le hubiera gustado verte así- dijo viendo como en menor asentía lentamente- vamos - caminando cada quien, para su casa, pero el albino al llegar se dio cuenta que en la mesa había 6 cartas, se acercó y tomó la que estaba con su nombre enviando el resto de cartas a las personas que decía...